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Gestión menstrual: mujeres y gestantes gastan más de 3 mil pesos al año en toallitas y tampones

Un proyecto de ley para el acceso gratuito a productos de higiene femenina tuvo media sanción en la legislatura provincial. En Rosario, dos iniciativas duermen en el Concejo municipal. Desde enero fueron incluidos en programas nacionales y municipales, aunque no integraron los bolsones en pademia


Arte El Ciudadano: Ana Stutz

Durante el 2020, mujeres y personas gestantes gastaron un promedio de 250 pesos mensuales para comprar protectores, toallitas o tampones. Son más de 3 mil pesos anuales y se estima que los períodos menstruales durante la vida de una persona equivalen a 7 años. El gasto no es optativo y el impacto es mayor al considerar que la brecha salarial es del 27.7% en empleos formales. El acceso a productos de gestión menstrual, como un elemento de salud reproductiva, integra la agenda de la economía feminista con dos pedidos concretos: exceptuar a los productos del IVA; y distribuirlos de forma gratuita en escuelas, centros de salud y cárceles. El último aspecto tuvo eco en la Cámara de Diputados de la provincia de Santa Fe que el 13 de agosto dio media sanción a un proyecto de ley para garantizarlo. En la actualidad, las localidades que cuentan con ordenanzas municipales para la provisión gratuita de estos productos son Morón, Santa Fe, San Rafael, y más recientemente Villa Gobernador Gálvez. En Rosario, dos iniciativas duermen en el despacho del Concejo municipal: una fue presentada dos veces (en 2016 y en 2019) por la concejala Norma López y quedó varada en la comisión de presupuesto; y en marzo ingresó otro proyecto de Ciudad Futura que apunta a la producción y distribución de elementos sustentables. A la espera de una regulación, el Concejo aprobó en mayo una iniciativa para que los productos de gestión menstrual formen parte de los bolsones alimentarios entregados por el Estado por la pandemia, pero finalmente no fueron incluidos en las cajas alimentarias ni entre los productos provistos por el área de salud.

A principios de año, los elementos de higiene femenina fueron incluidos en programas nacionales y municipales. Desde febrero integran el programa municipal de Precios Justos, a pedido de la Secretaría de Género y Derechos Humanos, aunque en la última edición sólo se incluyen protectores diarios y toallitas comunes a un precio un poco mayor al de ofertas de algunas cadenas comerciales. En enero, el gobierno nacional había ido por el mismo camino con Precios Cuidados, que incorporó 12 productos.

Sin tabúes

Regular el acceso a los productos de higiene femenina busca acercar la brecha salarial entre hombres y mujeres, evitar el ausentismo en escuelas y trabajos, y traducir la gestión menstrual en políticas estatales al considerarla como un derecho a la salud.

Hasta el momento se presentaron 16 proyectos de ley de alcance nacional, provincial y local que buscan traducir la gestión menstrual en políticas públicas.

En el congreso de la Nación hay tres proyectos de ley que proponen la exención de impuestos en los productos de gestión menstrual y fueron presentados por Victoria Donda, Cristina Fiore, y Norma Durango.

En tanto, otros 12 proyectos buscan la provisión gratuita de productos. Fueron presentados en la provincia de Buenos Aires, en CABA, en Rosario, en la Nación, en Viedma, en Ushuaia, y en la provincia de Santa Fe.

La dulce espera en Rosario

En 2016 la concejala Norma López, junto con el colectivo Economía Feminista, presentó un proyecto para crear un programa municipal de gestión menstrual. Apunta a generar una campaña para sensibilizar y evitar la discriminación sobre el tema; fortalecer emprendimientos que produzcan y/o comercialicen elementos ecológicos; impulsar una colecta solidaria con organizaciones de la sociedad civil e instituciones; desarrollar estrategias para que todos los baños públicos de la ciudad cuenten con las condiciones de higiene necesarias para su uso; y promover acciones de concientización sobre la importancia de reducir los residuos generados por los elementos de gestión menstrual. La iniciativa fue presentada con algunas modificaciones el año pasado y quedó varada en la comisión de presupuesto.

“Es indispensable la politización de la menstruación como parte de la salud sexual y reproductiva. Hoy sigue siendo tabú, y las mujeres y gestantes tenemos un impacto fijo en la economía que no está dimensionado”, señaló López, y recordó la importancia de que el Estado garantice la igualdad para mujeres y gestantes.

“El acceso a implementos de gestión menstrual permite achicar brechas salariales y educativas porque las niñas y adolescentes que no pueden costearlos faltan a la escuela. Tiene que ver con un aspecto más de la feminización de la pobreza”, dijo, y agregó la necesidad de avanzar en el impuesto rosa: “La industria hace negocios sobre nuestros cuerpos. Cambian el color de las máquinas de afeitar, desodorantes o jabones para ofrecerlas a un mayor precio”.

En marzo, el bloque Ciudad Futura presentó otra iniciativa que pretende crear una campaña para coproducir toallas menstruales de tela y ponerlas a disposición de las personas menstruantes. La propuesta es que la Secretaría de Economía social impulse convenios con las cooperativas y empresas locales para su fabricación y posterior distribución, de manera gratuita, en centros de salud.

Higiene y consumos

La concejala Lorena Carbajal impulsó una campaña local para conocer los hábitos adquiridos por personas menstruantes. “Experiencia Menstruar: de esto si se habla en Rosario” buscó identificar, a través de una encuesta online, qué elementos se utilizan, cómo se adquieren, y qué costo tienen. También propone visibilizar una opción de elementos sustentables. Los resultados de la encuesta se conocieron la semana pasada y arrojaron que la mayoría de las personas menstruantes en Rosario prefieren productos de higiene de un solo uso por sobre los elementos reutilizables.

“Buscamos que hablar de menstruación deje de ser un tema tabú y que las personas menstruantes puedan contarnos qué productos de higiene utilizan, si les resultan accesibles, e incluso si sus cuerpos los toleran, para que podamos trabajar también en generar otras opciones. Creemos que hay un eje que no se está abordando adecuadamente, en relación al cuidado del ambiente y de la salud sexual y reproductiva”, dijo Carbajal.

“Conversamos con algunas mujeres en distintos sectores de la ciudad para contarles también sobre variables ecológicas y saludables en comparación a los elementos de elaboración industrial que estamos acostumbrados a consumir. Consideramos que la información es un punto fundamental para permitir que todes tengan derecho a elegir cómo cuidar su salud reproductiva”, agregó.

Según la encuesta, el 78% de quienes respondieron utiliza elementos descartables. Un 57%  conoce las toallitas reutilizables, pero un 82% nunca las utilizó, un 6% lo hace frecuentemente, un 7% las usa de vez en cuando y un 4% lo hizo una vez.

Otro dato que arrojó la encuesta es que del 7% de quienes reutilizan elementos de higiene dijeron que son más cómodos, prácticos e higiénicos.

“El consumo de descartables se produce por la alta oferta publicitaria, por el fácil acceso: hoy se pueden comprar toallitas en minimarkets, supermercados, farmacias, mientras que los otros elementos tienen poca visibilidad”, explicó la edila.

La información se relevó de manera online y presencial, desde el 24 de agosto al 4 de septiembre. Se obtuvieron 943 respuestas, de las cuales 221 fueron presenciales, a través de visitas a diferentes centros comunitarios de la ciudad.

“Saber lo que ocurre en los barrios, en relación a este tema nos parecía prioritario. Para generar una legislación realmente inclusiva, hay que escuchar las voces de todas las personas involucradas”, concluyó Carbajal.

Media sanción

A mediados de agosto, la Cámara de Diputados de la provincia de Santa Fe dio media sanción al “Programa de Provisión Gratuita de productos de gestión de higiene menstrual”, un proyecto de ley impulsado por el Frente Progresista que garantiza el derecho a una gestión de higiene menstrual segura, eficaz y digna. Apunta a achicar la brecha de desigualdad social y al acceso de los productos de higiene menstrual: toallitas ecológicas, descartables, copas y tampones.

El texto busca garantizar su entrega en centros de salud, hospitales, ámbitos educativos, cárceles y refugios de la provincia, la que será coordinada por el Ministerio de Salud y el de Desarrollo Social.

“En los últimos años, organizaciones de mujeres y colectivos feministas impulsaron campañas y acciones que pusieron el tema de la menstruación en la agenda pública de muchísimos países. Sentimos que es nuestra responsabilidad generar políticas públicas en Santa Fe en el mismo sentido”, sostuvo la legisladora Lionella Cattalini.

El objetivo es que los productos estén al alcance de todas las personas que lo necesiten “garantizando el suministro gratuito e irrestricto, generando conciencia en la sociedad y modificando a partir de la educación todos los estigmas relacionados con la menstruación”.

Proyectos simultáneos

El pasado 24 de agosto concejalas y legisladoras del Partido Socialista de 14 provincias presentaron de manera simultánea proyectos de regulación para la provisión gratuita de productos menstruales. Hace dos meses la ciudad de Santa Fe aprobó una ordenanza en este sentido y es la segunda del país que regula el acceso a los productos de higiene menstrual, luego de Morón (provincia de Buenos Aires).

Los proyectos también buscan incorporar elementos más económicos y sustentables, como la copa menstrual y los dispositivos no descartables.

En la región

El Concejo Deliberante de Villa Gobernador Gálvez aprobó por unanimidad el “Programa de Higiene Menstrual”, presentado por la edila Andrea Balbuena, que consiste en incluir elementos de gestión menstrual en la provisión de productos de primera necesidad a personas menstruantes en situaciones de vulnerabilidad social. También incluye acciones para difundir las diferentes opciones existentes ecológicas, económicas y saludables de estos elementos.

El proyecto de ordenanza también incluye estos productos en el “Programa Precios Justos”, y declara de interés el proyecto de ley “Programa de Provisión gratuita de productos de gestión de higiene menstrual” presentado por el bloque de Diputadas Socialistas, que tuvo media sanción el 13 de agosto.

Acentuar la brecha

Según señalaron desde el Colectivo Economía Feminista, adolescentes, mujeres y trans pasan más de 2.500 días de su vida, el equivalente a casi a 7 años, menstruando. El costo estimado de compra de toallitas y tampones en 2020 es de entre 2.900 y 3.800 pesos. El gasto no es optativo. La brecha de ingresos total entre varones y mujeres, además, es del 29 por ciento, y asciende al 35,6 por ciento cuando se compara a trabajadores y trabajadoras informales.

Desde la campaña piden la quita del IVA de los productos de gestión menstrual, ya que son de primera necesidad y no poder adquirirlos es un factor de ausentismo escolar y laboral. También exigen la distribución gratuita de métodos de gestión menstrual en escuelas, cárceles y otros espacios comunitarios.

Pioneras

El 6 de marzo, el municipio de Morón aprobó una ordenanza que asegura la provisión gratuita de productos de gestión menstrual. El 28 de mayo, Día Mundial de la Higiene Menstrual, la ciudad de Santa Fe votó una regulación en el mismo sentido y se convirtió en la primera capital provincial del país en contemplar este derecho. En julio, la Municipalidad de San Rafael, en Mendoza, siguió el mismo camino.

El 28 de mayo se presentó en la Cámara de Diputados de la Nación un proyecto de ley que prevé la inclusión de productos de gestión menstrual en las políticas sociales destinadas a la mitigación de los efectos de la pandemia de coronavirus.

 

 

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