A partir de ahora, Tiger Woods tendrá que rascarse el bolsillo cada vez que quiera usar el coche. General Motors ha roto el acuerdo que mantenía con el golfista en los últimos años y que permitía a Woods, se supone que además cobrando un buen dinero, usar automóviles de las marcas de GM. Primero fueron Buick, aunque el año pasado ya se pasó a los Cadillac, la división de lujo del grupo.
De hecho, la tormenta provocada por las infidelidades del deportista se desató la noche del pasado 27 de noviembre, cuando su imponente todoterreno terminó estrellado contra un árbol después de llevarse por delante una boca de agua para bomberos. El modelo en cuestión era un Cadillac Escalade, muy del gusto de los famosos en EEUU y que Woods utilizaba en virtud del acuerdo con GM.
Como luego se supo, ni el coche falló ni el golfista circulaba borracho o con exceso de velocidad. Sólo intentaba escapar, presa del pánico, de una esposa que ya había destrozado las ventanillas traseras del coche usando lo que más a mano tenía: un palo de golf.
Fuente: elmundo.es
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