Policiales

Gutiérrez al 1900

“Gato de mierda, van a llover balas y finados”

Vecinos de Ezequiel Núñez, asesinado en Flammarión y Gutiérrez, describieron la pelea por el narcomenudeo entre dos grupos del barrio y señalaron que al joven lo mataron en la noche de este martes porque se negó a vender droga. Tras mostrar mensajes de Whatsapp, advirtieron: "Esto recién empieza"


La hora: 10 de la noche. El lugar: Flammarión y Gutiérrez, un territorio ubicado en la linde de los barrios Las Delicias y Tiro Suizo signado por calles angostas doble mano en los que conviven peatones con motos y autos, al lado de casitas humildes sin veredas. En esa esquina Pablo Ezequiel Núñez, un joven de 20 años, tomaba una gaseosa junto con una decena de amigos cuando una moto tipo enduro con dos hombres apareció desde el sur. El grupo adivinó las intenciones y se disipó. Eze, como le decían a Núñez, tuvo la mala fortuna de buscar refugio en una despensa enclavada en la ochava contraria: el intento de escape fue en vano. El joven quedó entrampado dentro del local, el verdugo se bajó de la moto con una arma en la mano y le ordenó salir.

-Vení para acá.

“Yo no tengo nada que ver”, clamó el joven, antes de recibir un tiro que le atravesó el pecho, ante la mirada atónita de la mujer que atendía el comercio junto con su nena de 11 años, en una esquina marcada por la tragedia por segunda vez. Allí, hace más de cuatro años, los vecinos vieron desplomarse el cuerpo de Melani Navarro, una chiquita de 5 años que murió al quedar en medio de un tiroteo.

Antes de emprender la fuga los homicidas “le reventaron” el tobillo de un balazo a Jesús L., un chico de 17 años a quien ya le dieron el alta.

“Había un grupo de pibes en la esquina tomando algo. Apareció una moto grande y se desparramaron. Dos se metieron en el negocio. Los de la moto se metieron detrás de ellos y empezaron a tirar tiros, cuatro o cinco”, le contó a El Ciudadano el dueño del local donde sucedieron los disparos. “El pibe quedó tirado acá, saqué el auto y lo llevé”, completó el hombre, que escuchó las detonaciones y salió de su casa de enfrente y se encontró con la escena. “Estábamos por cerrar, si no abrimos hasta la 1. No hay mucho movimiento de ventas”, agregó.

Eze murió en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez, previo paso por el Roque Sáenz Peña. No logró recuperarse de la herida en el tórax. En Gutiérrez y Flammarión la Policía recogió cuatro vainas servidas.

Con sigilo y masticando bronca, unos pibes que presenciaron la faena criminal contaron que en las horas previas al asesinato se respiraba un aire espeso por Las Delicias. “A eso de las 19 se escucharon tiros por el Fonavi”, por el monoblock de viviendas municipales de Lamadrid y Vuelta de Obligado, emplazado a unas cuadras de la esquina donde mataron a Núñez. “Le pegaron un tiro en el cuello a un tal Kevin, ahí por Savio y Vuelta de Obligado, creo que murió ya”, arriesgó un pronóstico fatal uno de los pibes.

Balas contra un departamento

En rigor, cuando El Ciudadano llegó al lugar no encontró testimonios de esa agresión. Sí se informo oficialmente que en esa esquina, este lunes por la tarde, un hombre que tenía prohibición de acercamiento volvió a golpear a su pareja. En cambio, los vecinos contaron que la noche anterior un departamento de Lamadrid y Obligado recibió una decena de disparos, un blanco sobre el cual tiradores motorizados parecen haberse ensañado en las últimas semanas. “Es la tercera vez que lo tirotearon en menos de un mes. El departamento está vacío. Fueron dos en moto, una Honda Negra, que al doblar la esquina se cayeron y casi pierden el fierro”, sostuvo una mujer que hacía las compras del mediodía en ese sector.

Los Gorditos

“Es la banda de los Gorditos, vamos a ponerle nombre. Aprietan a pibes para que les vendan droga por la zona y si se niegan pasa lo que pasó. Que quede claro, esto no fue un ajuste de cuentas. A Eze lo mató el Tano porque lo habían ido a buscar para que venda droga y no quiso”, aseguró un grupo de chicos. El parte policial señala que Núñez poseía domicilio legal en Montevideo al 3300, aunque actualmente pernoctaba en la casa de su hermana que vende productos de limpieza, a unas cuadras de donde lo mataron.

“El que está detrás de todo es un tal Brandon, que da órdenes desde el penal de Piñero”, arriesgó un nombre un pibe del barrio.

“Mirá estos mensajes que mandan por Messenger”, expuso un joven, celular en mano. “Gato de mierda, van a llover balas y finados. Esto recién empieza”, se leyó en la pantalla del aparato.

Un conocedor del barrio, con el hastío y la resignación que le provoca convivir años con relaciones basadas en la violencia, expuso: “Los de Fuerte Apache que están cruzando la vía venden merca; los de Flammarión hacia el lado de Oroño también venden. Entonces los que están de un lado de la vía quieren pasar a vender del otro lado, y los del otro quieren hacer lo mismo. Hay conflicto para ver quien agarra el territorio, un día se cruzan y matan a uno, y viceversa”. La investigación por la muerte de Ñúñez quedó en manos de la Fiscalía de Homicidios. “Se ordenó la intervención del Gabinete Criminalístico de Policía de Investigaciones, el relevamiento de cámaras de la zona, la toma de testimonios y levantamiento de rastros”, reza el parte oficial.

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