El Hincha

Clásico Rosarino

“Ganar un Clásico es una sensación única que te marca”

Con apenas un puñado de partidos en el lomo, Real fue elegido por el profe Castelli para ser el nueve titular ante Central


El trapo con su imagen en un festejo clásico cuelga de la platea del Coloso Marcelo Bielsa desde hace un tiempo. Germán Real reconoce que no se siente ídolo leproso, pero sabe bien que sus goles ante Central fueron un sello que el hincha no olvida.

Y si bien nunca perdió un clásico y convirtió varios goles ante el Canalla, la imagen que perdura es su festejo alocado en el Parque para empatar sobre la hora y mantener un invicto como local que Newell’s sostuvo por 22 años.

“Me emocioné mucho cuando vi la bandera con mi imagen. Es un orgullo grande que los hinchas te recuerden así. No soy ídolo, hay otros que están en ese lugar, pero sí me siento muy querido por la gente de Newell’s”, reconoce el Gordo Real en su charla especial con El Hincha.

El Gordo, como lo conocen con cariño los simpatizantes leprosos, jugó casi un centenar de partidos con la casaca rojinegra, y anotó unos 30 goles. Pero su sello distintivo siempre fueron los clásicos. Ahí se potenciaba, tenía un nivel envidiable, y además de anotar goles, fue participe de jugadas decisivas en varios choques ante Central.

Su bautismo clásico fue en marzo de 1999. Con apenas un puñado de partidos en el lomo, Real fue elegido por el profe Castelli para ser el nueve titular ante Central. “Había muchos nervios. Era mi primer clásico y se sentía. El partido lo preparamos con mucho tiempo, porque era la primera fecha. La sensación que teníamos era que íbamos a ganar. No era sólo un deseo, había confianza, y el resultado final (4-1) fue una consecuencia”, cuenta Real sobre el partido jugado en el Parque Independencia.

El Gordo anotó el 2-0 a los 21 minutos, tras un rebote en el arquero, pero el descuento de Moreno y Fabbianesi antes del entretiempo lo puso a Central en juego. “Fue muy importante el tercer gol, Central había descontado y se había puesto duro. Hubo un rato de incertidumbre y llegó mi gol para definir el partido”, comenta, sin resaltar que el tanto fue una verdadera joyita, ya que le dio de emboquillada desde 25 metros por encima de José María Buljubasich.

A la hora de recordar los festejos clásicos, el atacante se sincera: “Uno no prepara nada, cuando llega el gol te olvidás de todo. Se te vienen un montón de cosas a la cabeza, después cuando lo ves por televisión te das cuenta de situaciones que en la cancha no recordás”.

El segundo Clásico fue 1-1 en el Parque, pero lo dejó marcado, porque anotó un gol sobre el cierre del partido para empatar un partido muy friccionado y permitir que Newell’s mantuviera un invicto como local ante Central que se prolongó 22 años.

“Por emoción fue el gol que más recuerdo. Y el que la gente más me recuerda. Fue un partido durísimo, estaba muy complicado, y pude empatar y ese festejo quedó en la historia”, explica el Gordo, que esa tarde apareció en el segundo palo de cabeza y comenzó un alocado festejo que como él mismo cuenta “quedó en la historia”.

Los Clásicos son partidos aparte. Hay mucho en juego. Y real lo reconoce. “Ganar un Clásico es una sensación única, hermosa. Tuve la suerte de convertir goles, y también de estar en jugadas claves, como el pase a Fuentes para otro 1-1, o la asistencia a Saldaña para ganar otro Clásico 2-1 en el final”, cuenta.

“Yo quedé marcado con los Clásicos. La gente me hace saber que soy parte de la historia. Fueron los partidos más importantes de mi carrera, de eso no tengo dudas”, se sincera.

¿Cuál es la fórmula para jugar los Clásicos? Real tiene la suya: “Vivirlo con intensidad, jugar concentrado, ir a cada pelota como si fuera la última. Son partidos que te marcan, para bien o para mal”.

El Gordo vivió muchos clásicos y siempre con ambas hinchadas, por eso se lamenta del choque de hoy en Sarandí a puerta cerrada. “Siento mucha tristeza que se juegue un partido así sin gente. Y en una cancha como la de Arsenal, es increíble. Que nadie pueda organizar un partido así en la ciudad es triste. Ojalá en algún momento los Clásicos vuelvan a ser la fiesta que eran en mi época”, se ilusiona.

Se acerca la hora del partido, y Germán sabe que hay mucho en juego. “Newell’s es un equipo intermitente, pero este partido puede ser un buen paso para despegar”, señala.

Y recuerda que en esos primeros Clásicos que le tocó jugar, en el banco canalla estaba como DT Edgardo Bauza. “El técnico era el Patón, que después tuvo un éxito enorme en muchos equipos. Es un gran entrenador, con una carrera exitosa. Pasaron 20 años y hoy vuelve a estar en el banco de Central, como cuando debuté. Ojalá se repita el resultado”, bromea.

Germán Real. El Gordo. El que nunca perdió un Clásico. El de los goles importantes ante Central. Jugar ante el eterno rival era su sello distintivo. Y el hincha siempre se lo reconocerá.

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