La reapertura de los bancos este viernes para quienes no tienen tarjetas de débito devino en un escenario de descontrol por la gran aglomeración de gente, sobre todo jubilados. Largas filas en la city rosarina, con epicentro en Sarmiento y San Lorenzo y Santa Fe entre Sarmiento y Mitre. Y la falta de observación de la distancia de seguridad contra el contagio de coronavirus en la mayoría de los casos. No faltaron barbijos improvisados. Hasta el intendente Pablo Javkin, única cara oficial por calle Santa Fe, echó mano a un megáfono anunciando que los bancos estarán abiertos durante el fin de semana, como una invitación a retirarse a aquellos que no tenían la necesidad imperiosa de tener un billete en la mano y podrán regresar sábado y domingo.
Fotos: Franco Trovato Fuoco
El paisaje de extensas colas desde la madrugada fue común en todo el país, y Rosario no escapó a esa lógica de falta de medidas de distanciamiento social largamente machacadas.
La aglomeración pone en jaque toda la estrategia de la cuarentena. Y más porque la mayoría de quienes se agolpan en las filas son adultos mayores, el grupo de riesgo por contener las tasas de mortalidad por covid-19 más altas.
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