Romina Uhrig ingresó el martes a la casa de Gran Hermano y se quedará hasta este jueves con varios objetivos: jugar, ayudar a los “hermanitos” a ordenar la casa y a nominar.
La participante se lució en la edición anterior por ocuparse del orden, la limpieza y la cocina, ítems que en esta temporada no parece que puedan resolver.
Pero Romina aprovechó la estadía para charlar con los chicos y conocerlos un poco más, aunque deberá intentar en todo momento que no se rompa el aislamiento que propone el reality.
Mirando a Furia, Romina le dijo: “Creo que te ponés esa coraza de mala y sos buena. No sé que te habrá pasado en tu vida, tiene que ver mucho”.
Pero Juliana explicó que es su forma de ser: “Yo soy un ser re piola, pero si me venís a atacar me defiendo y mi defensa es tan violenta, que asusta, entonces no me jodan, loco. Si yo te mostré que soy una buena compañera, ¿por qué tenés ganas de pincharme? Porque quieren cámara. Después se ponen a llorar, se ponen a temblar, van al confesionario a decir que les quiero pegar. Yo no grito porque tengo ganas, vienen a buscarme”.
Frente al descargo, Romina se quedó muda, mirándola sorprendida. “Bienvenida a la casa”, le dijo otro de los chicos.
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