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Fuerza conjunta con Chile

A 31 años de casi ir a la guerra, la Argentina y Chile reúnen sus armas en una milicia de paz binacional.

Los ministros de Defensa de la Argentina, Nilda Garré, y de Chile, Jaime Ravinet, firmarán mañana ante la ONU el memorando de entendimiento de la Fuerza de Paz Binacional Cruz del Sur, que estará a disposición del organismo multinacional.

La información fue proporcionada por el Ministerio de Defensa argentino precisando que con la firma del documento ambos países “pondrán a disposición esta fuerza de paz combinada y conjunta”.

La firma del memorando ante la ONU es la culminación “de un proceso de cinco años de planeamiento, conformación, desarrollo de doctrina, alistamiento, equipamiento y entrenamiento”, destacó el Ministerio de Defensa argentino en una comunicación.

Garré y su colega chileno hablarán hoy en Nueva York en una conferencia conjunta que ofrecerán en la New School University.

La ministra Garré se referirá al modelo argentino de modernización del área de Defensa, y Ravinet se explayará sobre el sistema de defensa chileno y la fuerza Cruz del Sur.

El memorando de entendimiento para la constitución de la fuerza conjunta llega tres décadas después de que la Argentina y Chile estuvieran a punto de enfrentarse en 1979 en una guerra por la delimitación del canal Beagle, en el extremo austral del continente, y la posesión de las islas Lennox, Nueva y Picton que un fallo arbitral del papa Juan Pablo II adjudicó finalmente al país trasandino.

El acuerdo también trae a la memoria que la fuerza de tareas británica enviada al Atlántico Sur para reapoderarse de las islas Malvinas y Georgias del Sur que la Argentina reclama para sí y había ocupado militarmente el 2 de abril de 1982.

En aquella ocasión, durante un enfrentamiento que se extendió a lo largo de 74 días hasta la capitulación de las tropas argentinas, Chile brindó ayuda a las fuerzas inglesas facilitándole sus bases aéreas en el sur para tareas de espionaje e incursiones de comandos en el extremo continental argentino.

Pero la caída de las dictaduras instauradas en aquel entonces a uno y otro lado de la cordillera y los esfuerzos de los gobiernos democráticos que las sucedieron para restablecer lazos de hermandad al margen de los diferendos limítrofes  que separaron a ambos países desde su emancipación de España abonaron el terreno para una creciente cooperación que fructifica ahora en la creación de esta fuerza de paz conjunta.

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