Poco antes de las 13.00, el oficialismo en la Cámara de Diputados logró el quórum para comenzar el tratamiento del Presupuesto 2011 en una sesión especial pedida por el bloque K. Minutos antes, los principales referentes del radicalismo, el peronismo disidente, el GEN y el PRO estaban reunidos en el despacho de la diputada radical Silvana Giúdici (UCR) para acordar una posición común. Finalmente, bajaron al recinto. La Coalición Cívica y Proyecto Sur intentaron sin éxito impulsar una postergación del debate del Presupuesto para la semana próxima. Sin embargo, ya se sumaron a la discusión en el recinto.
El primero en tomar la palabra fue el titular de la comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados, Gustavo Marconato. El legislador kirchnerista defendió el proyecto oficial y declaró que su aprobación “reforzará la continuidad del crecimiento de la actividad económica real”.
“Es claro que no queremos y vamos a hacer todos los esfuerzos para no abandonar este instrumento de política económica de importancia porque deja clara la continuidad y la profundización de un programa de gobierno”, reflexionó, al abrir la discusión.
Marconato consideró que el Congreso está ante “la oportunidad histórica de demostrar” que la política puede ser utilizada como “herramienta para transformar la realidad en beneficio de la gente”. “Apelamos a la responsabilidad de la oposición; nuestra prudencia fue la base de nuestras proyecciones presupuestarias desde el 2003; nuestros objetivos deben ser mejorar la calidad de vida de los argentinos”, insistió.
El diputado nacional Adolfo Prat Gay, de la Coalición Cívica, fue el elegido para defender el dictamen de minoría firmado por 23 diputados anti-K, de ocho bloques distintos. Prat Gay sostuvo que la oposición busca “mejorar la propuesta del gobierno” de Presupuesto 2011 y negó que la iniciativa del “Grupo A” represente una “alternativa de gobierno”.
“Lo único que intenta nuestro dictamen es mejorar la propuesta del gobierno, y no otra cosa; no queremos permitir que se subestimen los recursos”, afirmó el legislador de Elisa Carrió.
“El dictamen de minoría (del grupo A) es el Presupuesto del gobierno, pero con el debido control republicano de la oposición”, expresó el diputado, quien insistió en que la decisión del arco opositor pasó por “sacar lo que sobra al Presupuesto oficial”.
Además, el ex titular del Banco Central marcó que el superávit de la Anses será en el 2011 del orden de los “35 mil millones de pesos”, por lo que podría asumir el pago del aumento del 82 por ciento móvil a los jubilados.
Francisco De Narváez, del Peronismo Federal, afirmó a través de un comunicado que el proyecto “es mentiroso”, y advirtió que “no estamos dispuestos a acompañar al oficialismo”.
El empresario cuestionó al Ejecutivo porque “no tiene vocación ni capacidad para reconocer ni enfrentar el problema de la inflación”. De Narváez señaló que no acompañará el proyecto porque “no se puede gobernar en base a mentiras. Dicen que no aumentan los precios, no asignan fondos para la lucha contra la inseguridad, no incorporan el posible pago del 82 por ciento móvil a los jubilados, que el Congreso votó y la Presidenta vetó. Entonces, no le vamos a votar a libro cerrado como pretende el oficialismo para avalarle una mentira”, completó.
El oficialismo ratificó a través del jefe del bloque, Agustín Rossi, que defenderá el proyecto oficial, al cual -dijo- ya le fueron incorporadas algunas “modificaciones”, y descartó que el kirchnerismo acepte otras propuestas de cambios de parte de los bloques opositores. El Frente para la Victoria quiere aprobar el Presupuesto 2011 que contempla un crecimiento de 4,3 por ciento, una inflación de 8,9 por ciento y una previsión de dólar de 4,10 pesos promedio.
El arco opositor no logró un dictamen consensuado y presentó dos dictámenes (uno impulsado por el Grupo “A” y otro por Proyecto Sur). En esos proyecto se incluye una inflación de 25%, la derogación de los superpoderes al jefe de Gabinete, Aníbal Fernánez, y el 82% móvil para los jubilados.
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