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Dudas y aportes

Fuertes críticas del Colegio de Arquitectos al proyecto que regula edificación en altura en Rondeau

Con relación a la altura máxima, los profesionales plantearon que “habría que verificar si hay infraestructura –de servicios- que pueda soportar la densificación”


Rondeau podría cambiar su fisonomía

Los integrantes de la comisión de Planeamiento del Concejo Municipal recibieron a referentes del Colegio de Arquitectos de Rosario, quienes expresaron sus opiniones con relación al mensaje del Ejecutivo que modifica las normas edilicias respecto a bulevar Rondeau.

Entre otros, asistieron Rubén Del Canto y Omar Basallo, quienes indicaron que vieron “con mucho interés” la propuesta de la intendencia, y destacaron la idea que prima respecto a una “buena calidad de vida urbana”.

Destacaron “los considerandos del proyecto, pero las propuestas son contradictorias”. Y marcaron que: “En tales considerandos se adhiere a un proyecto de ciudad que queremos, pero parece ser un copie y pegue”. Y resaltaron que bulevar Rondeau “es una zona residencial con mucho verde, es la belleza paisajística que tiene el barrio”.

Enfatizaron en que “son casas bajas, con uno o dos pisos, y mucho verde, que es la riqueza” de la zona.

Al avanzar sobre la propuesta del Ejecutivo indicaron que “se permiten bloques de 20 metros, pero su contrafrente –ejemplificó con calle Agrelo- perjudica a los vecinos”. Y además propone muros divisorios de 6 metros.

Consideraron que “ante la demanda cierta y la decisión de la Secretaría de Planeamiento para densificar el sector y si se quiere recuperar superficie absorbente en los fondos de las parcelas a partir de la incorporación de terrazas verdes y veredas jardín debe mantenerse la profundidad máxima de 20 metros”. Y fueron enfáticos en cuanto a “no a la eximición de la servidumbre de jardín”.

“La servidumbre de jardín no se negocia. Es un sapo muy feo de tragar”, afirmó el arquitecto Del Canto, quien sostuvo que “es un derecho que ganó la ciudad hace 50 ó 60 años”.

Requirieron también “prohibir cualquier edificación en centro de manzana, en la totalidad de las parcelas”. Y en el mismo sentido “respecto a bloques interiores en una misma parcela”. Asimismo, pidieron un factor de ocupación del suelo (FOS) que “respete las características del entorno”.

En tanto, y con relación a la altura máxima, estimaron que “habría que verificar si hay infraestructura –de servicios- que podría soportar la densificación”. Y se expresaron asimismo “en contra” de la anulación de los deslindes parcelarios.

El proyecto

A grandes rasgos, vale recordar que el proyecto del municipio busca permitir la construcción sobre los corredores Alberdi y Rondeau de hasta 25 metros, pudiendo llegar hasta 30,5 metros en el tramo central de Rondeau, que representa unas 12 cuadras.

Entre otras modificaciones, pretende corregir una normativa que limitaba la construcción en altura, estableciendo que sólo se autorizaban edificios cuando contemplaran una distancia de 5 metros con medianeras linderas. Esa condición implicaba que para presentar un proyecto había que juntar dos o más terrenos, lo que no sucedió a lo largo de una década. Todo lo que se construyó fue a través de pedidos de excepción aprobados por el cuerpo legislativo.

Al dedillo

En detalle, en el corredor Alberdi la altura bajará de 30 metros a 25, equivalente a planta baja y ocho pisos. En Rondeau, subirá la altura en los tramos norte y sur de 19,5 metros (seis pisos) a 25 y se suma la obligatoriedad de agregar suelo absorbente.

En el tramo central de ese bulevar, de Araoz a Uriarte, donde se evidencian mayores necesidades de intervención, y el ancho de calle es más amplio, bajará la altura de 36 metros a 30,5, unos 10 pisos más planta baja.

Los objetivos del proyecto son estimular la renovación urbana a partir de la supresión de los deslindes parcelarios vigentes; armonizar los corredores Alberdi y Rondeau con el corredor de la costa, que sí tiene varios proyectos en marcha; y potenciar los sectores comerciales, densificando más la zona y generando nuevos espacios.

Desde el Ejecutivo aducen que, a partir de la propuesta, se busca que los centros de manzana cuenten con espacios verdes y suelos absorbentes, buscando contar con más verde hacía el interior de los lotes. También, se promueven nuevas centralidades urbanas, incorporando servicios y comercios de cercanía en las plantas bajas de los edificios.

Además, se pretende sostener, enfatizar y extender el carácter comercial del corredor Alberdi hacia el corredor Rondeau, darles diversidad de usos y espacios para el encuentro y la vida social. La idea es que el ajuste de los indicadores urbanísticos, mantenga la edificabilidad vigente y una relación armónica con el tejido residencial del barrio, e incorporar superficies verdes, extender la condición de barrio jardín que caracteriza el entorno y recuperar superficie absorbente en los fondos de las parcelas con la incorporación de vegetación en terrazas verdes y veredas jardín.

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