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“Fueron 34 años de búsqueda”

Lo afirmó Lidia Borda, hermana de Roberto Borda, desaparecido durante la última dictadura militar y cuyos restos fueron identificados por el Equipo de Antropología Forense.

Lidia Borda, hermana de Roberto Borda, desaparecido durante la última dictadura militar y cuyos restos fueron identificados por el Equipo de Antropología Forense, afirmó hoy que “uno se va acostumbrando a la idea de que no va a tener más noticias, y de pronto se moviliza todo”.

Durante una conferencia de prensa que ofreció para dar a conocer la identificación de su hermano Roberto, cuyos restos fueron encontrados en el osario del cementerio de la localidad bonaerense de Pergamino, Borda sostuvo que “se trata de un hecho muy conmocionante para mí, fueron 34 años de dolor, de búsqueda, de trabajo incesante”.

“Si yo dijera que no estoy conmocionada estaría mintiendo, también estaría mintiendo si yo digo que esto se termina acá: esto ahora comienza, ahora hay que investigar quiénes fueron los responsables materiales del hecho, porque a los responsables intelectuales los conocemos todos”, dijo Borda, quien durante la dictadura también estuvo detenida en la Alcaidía de Mujeres de la ex jefatura de policía de Rosario.

Roberto José Borda, empleado del juzgado correccional 2 de los tribunales locales, pero oriundo de la localidad santafesina de Rufino, desapareció el 7 de julio de 1976 y nunca más se supo de él. Militaba en el Movimiento Social de Inspiración Cristiana (MOSIC), vinculado al Movimientos de Sacerdotes del Tercer Mundo.

Hace diez días el juez federal de San Nicolás, Carlos Villafuerte Ruzo, convocó a sus familiares para reconocerlo en fotografías y notificarles el hallazgo de sus restos en el cementerio de Pergamino.

Según se pudo determinar por la investigación judicial, Borda apareció muerto en un camino rural cercano a Pergamino, en la localidad de El Socorro, el 10 de julio de 1976.

Lidia ofreció hoy una conferencia de prensa en el local de la Asociación Tribunales de Rosario, el gremio que ayudó a fundar su hermano desaparecido.

“En el momento en que el cuerpo de Roberto es hallado, el 10 de julio de 1976, a tres días de su desaparición, se tomaron las huellas dactilares y se les sacaron fotos al cuerpo”, narró Lidia sobre la investigación que permitió identificarlo.

“Se armó un sumario que fue trasladado al juzgado federal de San Nicolás, mientras que los restos se enterraron en el cementerio de la ciudad de Pergamino”, agregó.

Según explicó, “el expediente durmió durante años y cuando llega la democracia, por lo que nos cuentan extraoficialmente, hubo órdenes de destruir toda esa información, pero un empleado de tribunales guardó el expediente”.

Lidia dijo que se trataba de un expediente con “tres NN enterrados en Pergamino, uno no se pudo conocer nunca su identidad porque el cuerpo fue encontrado totalmente calcinado, el segundo pudo ser identificado por el apellido Gómez, y el tercero, que es mi hermano, a través de las huellas dactilares”.

Explicó que personal del Equipo Argentino de Antropología Forense y peritos de la División de Investigaciones Criminalísticas de la Prefectura Naval cotejó la información digital del expediente de San Nicolás con datos de desaparecidos en la provincia de Buenos Aires, con resultado negativo.

Entonces la investigación “se extendió a otras provincias” y tras cinco años de realizar comparaciones, dijo Lidia, se estableció que uno de los NN enterrados en Pergamino era Roberto José Borda, su hermano.

Sin embargo, los restos de Roberto Borda no podrán ser recuperados, ya que sobre el lugar donde habían sido depositados se construyó con posterioridad un panteón.

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