Newell’s finalizó un semestre en el que no consiguió ninguno de los objetivos trazados.
Arrancó perdiendo el partido por la Copa Argentina ante Talleres de Córdoba y terminó quedándose afuera de la Copa Sudamericana pese a que se le habían dado todos los resultados a favor. Una señal inequívoca de que este semestre salió todos al revés.
Es que nunca alcanzó a pelear el torneo y encima perdió el clásico frente a Central, un golpe que repercutió duramente puertas adentro al tratarse de la tercera derrota consecutiva ante el Canalla. Sacó 25 puntos, su rendimiento fue decididamente irregular (y muchas veces malo) y las individualidades no rindieron lo esperado, a excepción de Maxi Rodríguez que anotó 11 goles. Ni hablar de la enorme cantidad de lesiones que atentaron contra el armado del equipo. Por eso, la salida de Gustavo Raggio termina siendo una consecuencia lógica de un proceso que apenas duró un campeonato.
Ahora todas las expectativas rojinegras están centradas en la nueva etapa que comenzará, oficialmente, en los primeros días de enero y con Américo Gallego al frente del plantel. El Tolo, en su segundo paso como entrenador rojinegro, tendrá la misión de recuperar el protagonismo futbolístico que Newell’s ha ido perdiendo en el último tiempo.
Para ello, primero se ocupará del armado del plantel y de definir si hay jugadores de los que prescindirá para el próximo torneo. Luego deberá esperar por posibles transferencias, rubro en el que Milton Casco y Ezequiel Ponce aparecen como los candidatos. Y después resolverá con la dirigencia rojinegra la chance de incorporar refuerzos.
Por lo pronto, el Tolo regresará el jueves a Rosario y el viernes, luego de la firma del contrato, será presentado en sociedad en los festejos por el décimo aniversario del título del Apertura 2004, del que fue el entrenador leproso. Y en los primeros días de enero se pondrá a trabajar con sus colaboradores y el plantel rojinegro en la pretemporada, que se realizará en la ciudad balnearia de Necochea.
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