José Odisio
Newell’s consiguió una gran victoria ante Lanús. La Lepra afrontó un partido donde estaban en juego sus chances de seguir en carrera en busca de la clasificación a la zona campeonato, y respondió. Fue un partido completo: cuatro goles, rendimientos individuales altos y el regreso de la eficacia en la pelota parada, un arma que trajo muchas satisfacciones en la pasada Superliga.
“Jugamos bien. A mi entender habíamos hecho un muy buen primer tiempo con Boca, sin profundidad. Creo que salió muy bien. Tuvimos orden, posesión y ataque directo. Era lo que planteamos con los cambios antes del partido”, destacó Kudelka.
Y ahí va otro punto que genera buenas sensaciones. La Lepra había perdido dos partidos, sin convertir goles, y con escasas llegadas en ofensiva. Y eso obligó a Kudelka a cambiar esquema. Pasó del 4-3-1-2, a jugar con doble cinco, un 4-2-3-1 con mucho sacrificio para Sebastián Palacios y Francisco González, quien con este dibujo tuvo su chance de ser titular.
El esquema funcionó tal como el DT lo planeó. Newell’s generó muchas situaciones de gol, además de convertir cuatro tantos, pero no tuvo desequilibrio defensivo, ya que en el medio estuvo muy compensado con Pablo Pérez y Aníbal Moreno, dos que se lucieron.
“Estoy muy satisfecho. Tuvimos que cambiar sobre la marcha y los chicos respondieron muy bien. Preparamos mucho la pelota detenida. A veces sale, y a veces, no. El cambio de sistema aduce a que debíamos ser más verticales que poseedores”, sostuvo el DT.
Y ahí hay otro punto que trajo tranquilidad al Parque: la pelota parada. La Lepra anotó dos goles de cabeza, algo que extrañaba horrores. Y la sensación era que sin Cristian Lema la eficacia por esa vía iba a ser ínfima. Con Lanús quedó demostrado que no. Si los ejecutantes están certeros, Newell’s tiene en Gentiletti, Fontanini, Scocco e incluso Pablo Pérez a cuatro buenos cabeceadores. Por ahí Kudelka deberá trabajar más con Moreno, encargado de los centros desde la derecha, o darle esa función a Panchito González, quien sacó el centro para el gol de Gentiletti.
La semana había arrancado con complicaciones, con el Covid-19 positivo de Julián Fernández, a quien se sumó Ángelo Gabrielli el mismo día del partido. Y quedaba ver la respuesta de Ramiro Macagno en el arco, lugar que posiblemente ocupará por el resto del torneo.
Y ahí hubo otro buen indicio para el entrenador. Macagno se mostró sólido, en especial en los centros al área, y no se complicó con los pies, aunque en ese punto hubo un ajuste del DT, que decidió que se jugara menos por abajo, para no sumarle un problema al juvenil arquero.
Ahora se viene Talleres, el lunes a las 21.15 en el Coloso, un partido de gran importancia para las chances de terminar entre los dos primeros de la zona. Y Kudelka seguramente repetirá esquema táctico, y si es posible los mismos nombres. Aunque primero deberá esperar el hisopado de Ángelo Gabrielli, para saber si permanece aislado o puede jugar; y ver cómo está Santiago Gentiletti físicamente, ya se retiró de Lanús con una fuerte contractura en el isquiotibial izquierdo y mañana será evaluado por el cuerpo médico.
Con Julián Fernández aún ausente por el protocolo de Covid-19, no hay dudas que el doble cinco será Pablo Pérez-Aníbal Moreno, de gran rendimiento frente a Lanús. Y Panchito González se mantendrá como carrilero por izquierda, con Palacios ocupando el sector derecho.
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