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Francia: trabajadores redoblan la lucha

Trabajadores de todos los ámbitos se manifiestan en contra de la reforma jubilatoria que está promoviendo el presidente Sarkozy.

Francia vivirá mañana la sexta jornada de protesta nacional contra la reforma jubilatoria del presidente, Nicolas Sarkozy, que propone elevar la edad jubilatoria de 60 a 62 años. En medio de la gran agitación social que se está viviendo, durante esta jornada estudiantes chocaran hoy con la policía, camioneros bloquearon rutas y estaciones de servicio se quedaron sin nafta, en medio de gran agitación social.

Los sindicatos franceses tienen previsto realizar mañana más de 200 marchas y paros en todo el país para mantener su lucha contra el proyecto de Sarkozy, que el Congreso tiene previsto votar definitivamente el jueves.

Los trabajadores explican que la jubilación a los 60 años es una conquista fundamental y temen que la reforma sea el primer paso hacia una pérdida de su calidad de vida, pero el gobierno dice que 62 es una de las edades de retiro más bajas de Europa, que los franceses viven más tiempo y que el sistema ya pierde plata.

Líderes gremiales, dirigente opositores y críticos de Sarkozy dicen que el presidente conservador quiere imponer en Francia un sistema “capitalista al estilo americano” y que el gobierno podría sacar dinero de otra parte en vez de los aportes previsionales, como por ejemplo aumentando las contribuciones de los empleadores.

Desde el gobierno no quieren ceder con la reforma, cuya votación final fue aplazada hoy del miércoles al jueves por el Senado. Sarkozy, por su parte, volvió a defender la ley y predijo su aprobación. “La reforma es esencial. Francia está comprometida con ella. Francia la llevará a cabo”, dijo el mandatario en declaraciones en Deauville, en Normandía, por la tarde.

Antes de las declaraciones del mandatario, se produjeron en distintas ciudades francesas variados episodios violentos que incluyeron balas de goma, piedras y bombas molotov. Los protagonistas del enfrentamiento, que terminó con 290 jóvenes detenidos, fueron estudiantes y policías.

Casi 300 colegios se vieron afectados por las protestas, que en muchos casos consistieron en marchas callejeras. La participación de los estudiantes en las protestas, que comenzó recién el martes pasado, se interpreta tradicionalmente en Francia  como una señal de aumento de la resistencia popular. “Está claro que los políticos tienen miedo de los jóvenes, y no sin razón”, dijo a Télam el sociólogo francés Olivier Galland, del  Centro Nacional de la Investigación Científica (CNRS) francés.

Entre las medidas de fuerza, la huelga de los trabajadores petroleros es una de la que más preocupa al gobierno, que hoy abrió un centro de coordinación de crisis para focalizarse en este conflicto puntual y evitar que termine con un desabastecimiento general de combustible. La producción está interrumpida desde hace una semana.

La mayoría de los franceses apoyan las protestas, y una encuesta publicada hoy en el diario Le Parisien mostró hasta un 71% de respaldo o simpatía por las medidas.

Para mañana, la sexta jornada de protesta nacional contra la reforma de septiembre, se esperan severos trastornos en el tráfico aéreo, transporte público y educación.

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