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Francia se agita en las calles

Hubo nuevas manifestaciones masivas contra la reforma jubilatoria y siguen bloqueadas las refinerías por lo que peligra el abastecimiento de combustible. Además, hay rutas cortadas por los camioneros.

Manifestantes opuestos a las reformas del sistema de pensiones que propone el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, salieron nuevamente ayer a las calles de todo el país para protestar por las medidas que el mandatario impulsa. Además, por quinto día consecutivo, los depósitos de combustibles permanecieron bloqueados por la fuerte protesta estudiantil, y las persistentes perturbaciones en el transporte interurbano y las 246 movilizaciones en todo el país fueron consideradas como “masivas” y similares a las del 2 de octubre por los sindicatos.

Según la Central General de Trabajadores (CGT) francesa, fueron 3 millones los manifestantes en todo territorio galo, mientras que el Ministerio del Interior descendió ese número a 850.000.

Según el corresponsal de la agencia Télam, Hernán Campaniello, la movilización en París contó con muchos empleados del sector privado, que aprovecharon que era un día no laboral para poder  manifestarse, pese al mal tiempo y el frío que azotaba a la capital gala.

Producto de una copiosa llovizna, miles de paraguas se observaban sobre la cabeza de los manifestantes, férreamente acompañados por un enorme operativo policial.

El secretario general de la CGT, Bernard Thibault, recordó ayer que “incluso si una ley fue votada y adoptada por el Parlamento, eso no pondrá término a la protesta”.

La reforma del sistema de pensiones deberá ser votada por el Senado el próximo miércoles.

Como forma de continuar con la presión sobre los legisladores, los sindicatos llamaron también a una marcha para este martes y los estudiantes anunciaron que el bloqueo de refinerías continuará por lo menos un día, con la intención de que la huelga tome un tinte económico.

El bloqueo es tal, que la dirección de la aviación civil recomendó a los aviones que llegan del extranjero traer suficiente combustible para evitar tener que cargar en Francia.

Mientras la oposición reclama que el tratamiento de la ley sea suspendido, el ministro de Trabajo Eric Woerth, quien dirige esta reforma, defendió el texto, pero evitó el triunfalismo de los últimos días y optó por un tono conciliador.

“Es una movilización muy importante, con mucha gente en la calle; pero que se encuentra en baja”, afirmó a la cadena I-Tele.

Woerth, además, sostuvo que es “necesario continuar explicando y escuchando, a hacer evolucionar este texto, pero la reforma es necesaria, indispensable para nuestra economía”.  Para Thibault, el movimiento “tiene una amplitud pocas veces  visto en los últimos años”, según declaró a la radio Europe 1. Frente a este cuadro, el gobierno sigue apostando a que el proyecto de Reforma del Sistema de Pensiones sea definitivamente aprobado por el Parlamento. Los principales puntos de conflicto son la intención de elevar de 60 a 62 años la edad necesaria para jubilarse y de 65 a 67 a quienes no hayan realizado los aportes necesarios.

En las últimas 48 horas, se multiplicaron los incidentes  entre las fuerzas del orden y los estudiantes. Dos jóvenes resultaron gravemente heridos en el suburbio de Montreuil (este de Paris) y Caen. Los enfrentamientos llevaron al ministro del Interior, Brice Hortefeux, a instar a los policías a que limiten el uso de la fuerza a “lo estrictamente necesario”.

Empresas distribuidoras de combustible informaron, por su parte, que varios cientos de estaciones de servicio debieron cerrar ayer por no poder hacer frente a la demanda. La ministra de Economía Christine Lagarde, subrayó que “no hay penuria de combustible”, y remarcó que “hay reservas para varias semanas”. “Solamente 230 estaciones han cerrado sobre un total de 3.000, es decir el 2%”, agregó Lagarde.

Por su parte, el presidente de Total, cuyas refinerías se encuentran en huelga, se mostró más preocupado al asegurar que la huelga “está causando serios problemas”. Al mismo tiempo, la movilización de los camioneros también se  comenzó a sentir con bloqueos esporádicos de rutas.

Un lema se repitió en todas las marchas: “Luchamos por conseguir la jubilación a los 60 años; lucharemos para conservarla”.

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