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Francia avanza en la prohibición de la burka

"Muchas mujeres del mundo árabe-musulmán están esperando una señal de Francia. El velo integral es un sarcófago ambulante", sostuvo el ministro francés de la inmigración.

Políticos y miembros del gobierno francés aseguraron que seguirán adelante con el proyecto de ley que podría restringir el uso de la burka un día después de que el Consejo de Estado recomendara no prohibirla, mientras la vecina Bélgica dio el primer paso para su no utilización en lugares públicos.

“Estoy a favor de una prohibición total de la burka en nombre de la dignidad de la mujer. El velo integral es un sarcófago ambulante y no está inscripto dentro de las tradiciones francesas”, aseguró hoy el ministro de la Inmigración Eric Besson en declaraciones a la radio Europe 1.

“Muchas mujeres del mundo árabe-musulmán están esperando una señal de Francia”, agregó.
La burka o niqab es una vestimenta que recubre completamente el cuerpo de ciertas mujeres musulmanas, disimula los ojos detrás de una raja y que algunos consideran que excede lo religioso para convertirse en símbolo de sumisión.

Seis años después de que el parlamento francés sancionara la denominada “ley del velo islámico”, que prohíbe el uso de todo signo religioso “ostensible” en los lugares públicos, Francia continúa el debate iniciado hace ocho meses cuando un grupo de 60 diputados de diferentes tendencias junto a las principales figuras del gobierno reclamaran extender esa ley para abarcar a la burka.

La idea de restringir el uso del velo integral es apoyada por el 56 por ciento de los franceses, según un sondeo publicado el lunes por el semanario Le Point realizado por Ipsos.

Sin embargo, la intención del gobierno de Nicolas Sarkozy de crear una ley para prohibir el uso de la burka en Francia podría toparse con reparos legales franceses y europeos.

El lunes, el Consejo de Estado, supremo órgano consultivo del gobierno, entregó un informe en el que asegura que prohibir en la calle a las musulmanas vestir ropas que les cubran el rostro entraña “cierta fragilidad jurídica, riesgos e incertidumbres”, según da cuenta hoy el diario Le Figaro.

El organismo propone prohibir la prenda sólo en algunos espacios públicos (tribunales, hospitales y escuelas), pero aboga por medidas “disuasivas” que eliminen “progresivamente” el fenómeno.

Ahora, el Consejo de Estado se manifiesta contrario a imponer una multa y asegura que es mejor convencer a esas mujeres a base de mediaciones sociales obligatorias. “Es una cuestión de eficacia y pedagogía”, asegura.

“La opinión del Consejo de Estado es respetable, pero seremos los responsables políticos quienes determinaremos lo que es imperativo para nuestra seguridad”, previno Jean-Francois Copé, presidente del bloque oficialista en la Cámara de Diputados.

Copé recordó que la denominada “ley del velo” fue desaconsejada por el organismo de consulta gubernamental pero que al sancionarla “no hubo ninguna polémica particular”.

Por su parte, el presidente del bloque oficialista en el Senado, Bernard Accoyer reafirmó su voluntad de “disminuir el tono del debate” para no “correr riesgos jurídicos”, considerando que “una reglamentación prohibiendo los rostros cubiertos en los espacios públicos sin mencionar a la burka” sería “más acorde” que una ley.

Según el ministerio del Interior hay 1.900 mujeres que utilizan la burka en Francia, el país con la colonia musulmana más grande de Europa con casi 6 millones de musulmanes practicantes.

Diferentes analistas destacan que detrás del debate se encuentra la voluntad del gobierno francés de frenar el crecimiento de los partidos de extrema derecha, como en la reciente elección regional, y de atajar el crecimiento del salafismo dentro de su territorio.

Por su parte, Bélgica dio hoy el primer paso para prohibir la burka, al aprobar la Comisión del Interior de la Cámara de Diputados el proyecto de ley que pretende negar el derecho de portar el velo integral islámico en los lugares públicos.

No obstante, este proyecto deberá ser aprobado por la Cámara de Diputados y el Senado. De prosperar, Bélgica se convertirá en el primer país europeo en adoptar una legislación de ese tipo.

A pesar de las divisiones políticas que padece Bélgica por las diferencias entre Valones y Flamencos que amenazan el federalismo del país, la iniciativa contra la burka encolumnó a partidos políticos y representantes de las dos regiones que conforman el reino belga.

Solo un grupo de partidos de izquierda con los ecologistas Los Verdes al frente alertaron que la medida podría chocar con problemas jurídicos como en Francia.

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