La vuelta rápida que le valió a Lucas Di Grassi largar adelante en la súper pole terminó siendo apenas una muestra para lo que el piloto brasileño, al igual que su equipo, el ABT Schaeffler, está: para mecharse cada vez más de manera frecuente entre los líderes. Lo que hizo en carrera Sebastian Buemi a bordo del Renault del equipo e-Dams, en contrapartida, fue el fiel reflejo del momento de equipo: tres victorias suyas en las primeras tres competencias del año para asegurarse el obvio primer lugar de la clasificación y además, la reputación de ser el coche batir en este temporada 2016-17.
Pero Buemi primero debió esperar para tomar la punta. En la tercera vuelta el francés Jean-Eric Vergne le impuso una presión asfixiante al brasileño Di Grassi que no le permitió mantener los registros de vuelta que lo llevó a largar adelante. La curva 1 fue el escenario donde Di Grassi comenzó a perder. La larga recta y el posterior giro a la izquierda decapitaron las ilusiones del Coleman, que vio como Vergne, en primera instancia, y luego Buemi llegaron mejor pisado y le arrebataron sus ilusiones. El suizo de Renault debió esperar recién tres giros más para superar al piloto francés.
En medio de todo eso, sucesivas vueltas rápidas le allanaron para poder encontrar un escondite que le permitiese colarse. En la vuelta seis cocinó todo. Y al superar a Vergne, comenzó a cimentar una victoria sólida (clavando un récord de vuelta en el giro posterior), que sólo lo tuvo fuera de la punta, transitoriamente, cuando llegó el momento de cambiar de auto, sobre el giro número veinte de la final.
Posteriormente, en la segunda etapa de la competencia, se dedicó a administrar sus dos mayores armas: la batería y su diferencia. Y si bien sobre el final de la competencia pasó algún sobresalto mostrando lo endebles que funcionaron por momentos sus frenos (algo que reconoció luego en la rueda de prensa), nada ni nadie pudo arrebatarle un triunfo merecido y justo, coincidente con un arranque de ensueño de esta temporada para el equipo de Alain Prost.
Acerca de esto, sin embargo, el piloto se mostró precavido: “Ahora debemos sumar todos los puntos que podamos ya que no durará por siempre este momento. Estoy muy feliz, ya que en ediciones anteriores del ePrix de Buenos Aires no se me habían dado las cosas como quería”, expresó. Quién también mostró su alegría fue Alain Prost, quien en medio de un tortuoso camino hacia el podio, repleto de cariños, saludos y selfies por parte del público, con la seriedad que lo caracteriza dijo: “Fue una carrera muy dura, realmente estamos muy felices por el resultado”.
Pechito, por la buena senda
La remontada que llevó adelante el piloto argentino realmente demuestra que se encuentra por el buen camino. Probablemente no haya sido el mejor de sus fines de semana, tampoco el deseado; pero el cordobés se lleva de Buenos Aires las 37 vueltas que estuvo a bordo de su DS Virgen, donde en la mayor parte de la competencia demostró una competitividad que le posibilitó salir a último momento desde la vigésima y última posición (cuando había sido 18° en Qualy), y llegar 10°, al igual que en Marrakech, y sumar nuevamente un punto.
Los registros de Pechito lo habían dejado en el primer lugar en los entrenamientos matinales, en la segunda tanda estuvo atrás pero Sam Bird, su compañero, había hecho el mejor tiempo. Eso lo llenó de expectativas para la sesión de clasificación. Pero en ella, su coche imprevistamente se fue de cola y le hizo perder el interesante tiempo que, al momento, lo hubiera colocado en el segundo lugar. “Cuando toqué el freno en la curva seis, el auto se me va de atrás. Probablemente hubo algún problema con la regeneración de energía. No me había pasado nunca”, dijo.
Poco después, al apagarse el semáforo, el cordobés demostró los avances que prometió. Prácticamente, en todas las vueltas giró al mismo tiempo que lo hacían los líderes. Eso le posibilitó tener riñas con pilotos como con Engel, Ma quin Hua, Antonio da Costa y Heifeld. Con maniobras al límite, pero limpias, logró abrirse camino.
Posteriormente, el realizar el cambio de auto, el cordobés declararía luego que lo sintió demasiado suelto, algo que tendrían que analizarlo después. En esta última parte, con 17 giros por cumplir, se vio lo mejor de él. Con lógicos espacios mayores en pista, y con una estrategia más agresiva, según su planificación, se mantuvo siempre muy cerca de la puerta donde entregan los primeros puntos. Sobre la vuelta 31 tuvo un sobrepaso magistral sobre Stéphane Sarrazin. La penalización confirmada sobre Heidfeld lo dejaría en la 11ª posición. Expectante, achicó las diferencias frente a Robin Frijns. Ya faltando dos vueltas para el epílogo, con mucho oficio, se le tiró por dentro sobre el espejo del holandés, en la curva 4, y aguantó en la siguiente para asegurar su posición y nuevamente poder sumar una unidad, aunque esta tiene un sabor diferente ya que el camino hacia ella lo refleja al propio Pechito López más confiado, más maduro y esperanzado de cara al futuro.