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Reflexiones

Finanzas: apuestan por los emergentes

Primero fue el estupor y el cimbronazo por el Brexit, pero pasados los días, los jugadores de las finanzas que suelen poner fichas en los “mercados emergentes” se entusiasman con un “veranito” para las “apuestas más riesgosas” en los países al Sur del globo.


Primero fue el estupor y el cimbronazo por el Brexit, pero pasados los días, los jugadores de las finanzas que suelen poner fichas en los “mercados emergentes” se entusiasman con un “veranito” para las “apuestas más riesgosas” en los países al Sur del globo.

Así lo indicaron múltiples análisis en los últimos días publicados en la gran prensa económica internacional, que basan su análisis en un razonamiento simple, pero que por ahora –todo en las apuestas financieras es “por ahora”– parece sólido.

La apuesta de los inversores es que el voto de los británicos por dejar la Unión Europea hará que los bancos centrales de los países desarrollados continúen “bombeando” dinero hacia el sistema financiero global.

Esos “fondos frescos” tendrán como objetivo que la actividad en esos países se enfríe más pero también les da a los inversores dinero barato para apostar algunas fichas a “activos más riesgosos” como son todos aquellos –bonos, acciones, monedas– en los mercados “emergentes”, los países en desarrollo.

Así fue que esta semana, los papeles de esos países están ganándoles la carrera a los de los países centrales en el margen más grande que se registre desde el año 2009.

De esa forma, seguramente, primero se verán beneficiados con dinero -de corto plazo, claro- los gigantes de los Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).

Habrá que ver hasta qué punto la apuesta se consolida o es una de los tantos amagues a los que los mercados nos tienen acostumbrados desde 2008, con el estallido de la crisis financiera internacional.

Hay que pensar, al mismo tiempo, que del otro lado el mostrador está nada menos que China, que tiene por su parte una serie de reformas por delante.

El año pasado, algunos estornudos del gigante asiático casi hacen trastabillar a todo el mundo: China es el gran acreedor de los Estados Unidos y una de las pocas locomotoras que le quedan a la economía internacional, por lo que un aterrizaje de emergencia de Beijing no le conviene a nadie.

En 2015, China devaluó su moneda y la Reserva Federal comenzó a subir sus tasas de interés por primera vez en una década, por lo que nadie se animaba a augurar qué pasaría este año.

Así fue que llegó el Brexit y una guerra de nervios en los países desarrollados, con centro en una Europa que no le encuentra la vuelta política ni económica a su futuro.

¿Esperará algún otro “Brexit” a la vuelta de la esquina? ¿Cómo resolverá Brasil su enorme crisis política y económica, con un presidente interino al que casi nadie quiere?

¿Qué pasará este año en las elecciones de Estados Unidos, donde uno de los candidatos amenaza con un aislamiento económico que ese país no conoció en un siglo?

Demasiados interrogantes acechan todavía en un mundo siempre interconectado.

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