Un ex policía que secuestró un colectivo lleno de pasajeros en la ciudad de Manila, Filipinas, fue abatido por las fuerzas presentes en el lugar. La toma finalizó cuando efectivos comenzaron a romper los vidrios de la unidad. Se vivieron horas dramáticas cuando los efectivos apostados en el lugar, que intentaban ingresar al autobús, recibieron disparos del hombre que protagonizó la toma.
El ex miembro de la fuerza que fue despedido, estaba armado con una ametralladora y amenazaba con matar a los cautivos. Aun no se reportó cual es la situación de los rehenes que en un principio eran 25.
Las policía decidió intervenir después de que el secuestrador afirmó haber disparado contra dos de los rehenes, que mantenía secuestrados desde hace mas de 12 horas. “Disparé a dos chinos. Voy a matarlos a todos si esto continúa”, declaró el delincuente. Sin embargo, los policías, agachados junto al colectivo sobre el que apuntaban sus armas de fuego, no lograron entrar de inmediato, cuyas ventanas y puertas intentaron romper.
El hombre tomó el control del vehículo en horas de la mañana, en un principio liberó a nueve personas, entre ellos tres niños.
Una de las personas dejadas en libertad fue una madre que salió del vehículo tomando de la mano a sus tres hijos pequeños y a quienes cerca de la puerta del vehículo aguardaban dos negociadores de la Policía.
En declaraciones a una radio local, el hombre identificado como Rolando Mendoza, dijo: “estoy viendo a muchos SWAT (miembros de los comandos de intervención). Sé que quieren matarme. Tienen que irse todos porque en cualquier momento haré lo mismo aquí”.
La Policía identificó al sospechoso como, un antiguo inspector con el grado de capitán que fue apartado del cuerpo en 2008 tras verse implicado en un turbio asunto de robo, extorsión y tráfico de drogas.
Al comienzo de la negociación, el secuestrador colocó una cartulina en una ventana del autocar en la que escribió las condiciones para la poner en libertad a los rehenes y que incluyen la de que debe ser absuelto por la defensora del Pueblo de Filipinas de los cargos que sobre él pesan.
El jefe policial de Manila, Rodolfo Magtibay, señaló que son chinos las victimas del secuestrador, la mayoría de Hong Kong, y que con ellos viajaban al menos tres filipinos: el conductor, un guía y un fotógrafo, estos dos últimos ya liberados.
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