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Fernando Carrera: “Me sacaron la cruz de la espalda”

El hombre absuelto por la Corte Suprema vivió una pesadilla de once años, muchos de ellos en prisión.


Fernando Carrera, el hombre al que la Corte Suprema de Justicia de la Nación absolvió por la Masacre de Pompeya, ocurrida hace 11 años en ese barrio porteño, aseguró en conferencia de prensa que “nunca se va el miedo” y que lo que le ocurrió “nunca se va a borrar”. Carrera, de 39 años, formuló estas declaraciones en una conferencia de prensa, junto a su esposa y su hija, el cineasta Enrique Piñeyro, su abogada, Rocío Rodríguez López, el director de Defensa y Litigios del Centro de Estudios Legales y Sociales (Cels), Ramón Diego Morales, y la ex defensora del Pueblo Alicia Pierini.

La conocida como Masacre de Pompeya ocurrió al mediodía del 25 de enero de 2005, cuando Carrera, que iba al volante de un Peugeot 205, atropelló y mató a dos mujeres y a un niño en Pompeya, pero, según él, sucedió mientras huía porque era perseguido por desconocidos que lo agredían y abrieron fuego contra su auto, provocándole heridas graves que lo dejaron inconsciente.

Los policías involucrados, que durante el hecho vestían de civil, aseguraron que el hombre era un ladrón que atropelló a las personas cuando escapaba de ellos, versión que fue utilizada por los jueces del juicio oral para condenarlo y enviarlo siete años en prisión hasta que fue absuelto en la última instancia por la Corte.

“Esto le podría haber pasado a cualquiera y le puede pasar, la intercepción de gente en la calle por policías de civil sigue pasando, los móviles no identificables siguen circulando, esto pasó antes, me pasó a mí y puede volver a pasar”, aseguró el ex detenido. Además, dijo que su caso “el atropellamiento de las personas fue muy trágico” y que “lo raro” es que no lo mataron: “Me creyeron muerto y me dejaron de disparar, por eso se pudo llegar a la verdad, si no yo hubiera sido abatido y esto nunca se hubiera sabido”.

Al preguntarle por los años que vivió en el Complejo Penitenciario de Marcos Paz, Carrera contestó que “fue un calvario” y que “la decisión de la Corte Suprema de 2012 trajo el alivio de poder salir de la cárcel”, pero que nunca tuvo “la tranquilidad de saber que estaba totalmente libre”.

“Nunca se va el miedo, porque si yo no fui, ¿quién fue?”, comentó, y agregó: “Ahora estamos todos libres, y siempre queda miedo, pero hay que aprender a convivir con eso y tratar de ser fuerte, cuidarse y protegerse mutuamente, tratamos de estar en familia”.

“El tiempo es irrecuperable y espero volver a ser un ciudadano común, lo deseo, esto nunca se va a borrar, pero en algún momento va a aparecer otra noticia, se van a olvidar de alguna manera, y voy a tratar de vivir como siempre que no me ha perseguido esta causa”, expresó el hombre de 39 años.

Respecto a la resolución del máximo tribunal argentino, Carrera se mostró alegre porque le “sacaron la cruz de la espalda”, pero lamentó que “por otro lado, hay tres víctimas fatales y la Justicia no ha dicho nada de eso”, por lo que su interés “es que se sepa quiénes fueron los culpables realmente y que estén donde tengan que estar”.

Por su parte, Pierini, defensora del Pueblo porteña cuando sucedió la Masacre de Pompeya, dijo que se trató de “un caso que le ha robado a Carrera y a su familia casi doce años de proyectos de vida, y eso es un daño ocasionado por el sistema judicial”.

“Hay que seguir los casos de este tipo porque todos tienen alguna matriz común, que es o una causa armada o el ocultamiento por parte de la Policía”, sostuvo.

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