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Femicidio: psicóloga forense dijo que hijo de la ex jueza tenía “reacciones desmedidas y agresivas”

Jorge Julián Christe, de 31 años, es juzgado en Paraná por el "homicidio triplemente agravado por el vínculo, alevosía y mediando violencia de género" de su ex novia Julieta Riera, a quien golpeó y arrojo, dice la acusación, desde un octavo piso hace poco menos de un año


La psicóloga Aranzazú Ormache del Departamento Médico Forense del Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos aseguró este viernes que el hijo de una ex jueza, quien está siendo juzgado por un jurado popular por el femicidio de su novia Julieta Riera en abril del año pasado, “consumía alcohol y cocaína desde joven” y que tenía una “conducta posesiva, con celos y reacciones desmedidas y agresivas”.

Ormache declaró este viernes en la segunda audiencia del debate que comenzó este jueves y que tiene a Jorge Julián Christe, de 31 años, como acusado del delito de “homicidio triplemente agravado por el vínculo, alevosía y mediando violencia de género” en perjuicio de Riera, quien fue golpeada y arrojada desde el octavo piso de un edificio en la zona céntrica de Paraná.

En la audiencia de apertura, realizada este miércoles, el fiscal del juicio Ignacio Aramberry calificó al imputado como “un macho violento” que golpeó y luego arrojó a la víctima desde el octavo piso.

“Esta es la historia de un macho violento que atacó ferozmente a su novia tomándola del cuello, apretándoselo y la mató arrojándola por el balcón, y que lejos de interesarse por lo sucedido, fue a la casa de su madre y luego a la policía, donde informó falsamente que se había caído su suegra”, relató el fiscal en su alegato de apertura.

Christe, quien llegó al juicio con un arresto domiciliario, no declaró en el inicio del debate y su abogado dijo que lo hará en el final.

En tanto en la mañana de este jueves, la licenciada Omarche describió las conclusiones de sus entrevistas con el acusado, de quien dijo que tiene una “conducta posesiva, con celos y reacciones desmedidas y agresivas ante la aparición de un tercero fantaseado”; y una “personalidad narcisista, que privilegiaba la agresión o huida al diálogo o la palabra”.

Además, agregó que el acusado mantiene una “sobreprotección de su mamá”, la ex jueza en lo Civil y Comercial Ana María Stagnaro y que “consumía alcohol y cocaína desde joven” al menos “cuatro días a la semana y en grandes cantidades, que se incrementaron por la pandemia”.

Respecto a la relación con la joven asesinada, la psicóloga explicó que la pareja “tenía vínculos con amigos pero los interrumpieron por celos (de parte de él); ante cualquier fantasía de terceros se duplicaban las conductas agresivas como empujones y rotura de celulares” hacia la víctima, lo que el acusado “no veía como violencia”.

Por otro lado, la testigo sostuvo que el imputado no presentó “cuestiones emotivas” sobre la muerte de su novia, y que “aparecían esbozos que no eran espontáneos, con palabras que no parecían propias” y que “buscaba siempre justificarse sobre lo que aparecía en los medios sin que se le pregunte”, como “con un relato armado y guionado”.

Christe está con prisión preventiva desde mayo del 2020, aunque cuatro meses después, la vocal de Juicios y Apelaciones Carolina Castagno le otorgó arresto domiciliario que cumple en un departamento bajo la custodia de su madre.

Esta decisión fue repudiada públicamente por asambleas, organizaciones y diferentes espacios de Entre Ríos que consideraron que la vocal actuó “sin perspectiva de género” y que el fallo estuvo “amparado en el poder de ese sistema y en los privilegios de clase” del detenido.

El femicidio de Riera, de 24 años ocurrió el pasado 30 de abril, cuando la joven cayó del balcón del departamento 5 del octavo piso del edificio de la calle San Martín 918 de la ciudad de Paraná, entre las 2.20 y 2.50.

La joven, que estudiaba para terminar el secundario y tenía un hijo menor de edad, presentaba más de 31 lesiones, hematomas, hemorragias y excoriaciones en el rostro, cuello, brazos y piernas, según determinaron los médicos forenses, lesiones que, “principalmente en la zona del cuello, fueron anteriores a la caída”.

La pareja convivía desde hacía un año y medio y, según la Justicia, “más de 10 personas” entre familiares y amigos de la chica “sabían que la relación estaba caracterizada por la violencia de género”.

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