La Cámara Penal de Rosario dará a conocer este lunes su veredicto sobre el femicidio de Chiara Páez, la adolescente de 14 años asesinada a golpes el 10 de mayo de 2015 en Rufino, al sur de Santa Fe, y enterrada en el patio de la casa de los abuelos de Manuel Vallejos, el ex novio que entonces tenía 16. Hace dos meses el joven, quien había confesado el crimen, fue condenado a 21 años y medio de prisión y tanto su defensa, que quería la absolución, como la Fiscalía, que pidió perpetua, apelaron. La familia de Chiara, cuyo reclamo de Justicia desató la movilización #NiUnaMenos en todo el país, convocó una conferencia de prensa junto a organizaciones de mujeres y familiares de víctimas de femicidio el mismo lunes a la mañana para hacer pública su preocupación por la falta de información en torno a la causa. El papá de la joven dijo que les están “escondiendo todo” y recordó que se enteraron de la condena dos días después. A eso se sumó que el viernes pasado fue notificado que la audiencia oral y pública será a “puerta cerrada”.
“Parece que fuera brujo”, dice Fabio Paéz a El Ciudadano cuando se le consulta el motivo de la conferencia de prensa que dará hoy a las 8.30 frente a los Tribunales provinciales (Balcarce 1651) donde los jueces de Cámara darán su veredicto. Es que si bien la convocatoria la había organizado 15 días antes precisamente para denunciar que le “esconden información y hacen todo por atrás”, este viernes le llegó una notificación judicial que advierte que no se podrá ingresar a la sala de audiencias donde se ventilará la decisión respecto a la pena que purgará el joven que mató y ocultó el cuerpo de su hija.
El crimen de Chiara no sólo conmocionó a la pequeña localidad de Rufino. Para esa fecha, mayo de 2015, otras nueve chicas ya habían sido asesinadas ese año en Santa Fe. Por eso, la primera convocatoria realizada por sus familiares en el Monumento Nacional a la Bandera fue multitudinaria. Reunió a más de 20 mil personas y consagró el lema “Ni una menos” que, desde entonces, engloba los reclamos del colectivo de mujeres cada 3 de junio.
Fabio reflexiona sobre ese punto. Dice que Chiara se convirtió en un emblema, que fue la gota que rebalsó el vaso y que explotó a nivel nacional pero que para la Justicia “no pasó nada”. En ese sentido dijo que si la causa de su hija, que tuvo repercusión nacional, la siguen a espaldas de ellos, qué les queda a las mujeres que no tienen espacio en los medios. “El antes y el después lo hemos tenido los familiares con el dolor, que no tiene vuelta atrás, y los ciudadanos comunes con más precauciones y miedo con sus hijos. Pero de parte de la Justicia hacé de cuenta que no pasó nada. Siguen largando a violadores y asesinos que vuelven a violar y a asesinar”, lamentó.
La peor noticia
La última vez que Chiara fue vista con vida fue la madrugada del domingo 10 de mayo de 2015 cerca de la escuela de Educación Técnica Nº 286, cuando iba a la casa de unas amigas con las que no llegó a encontrarse, en Rufino. Después de varias horas de búsqueda, la adolescente apareció enterrada en la casa de los abuelos de su ex novio, con el que había terminado hacía pocos meses, y de quien esperaba un hijo. La autopsia confirmó que estaba embarazada y que tenía restos de Oxaprost-antiinflamatorio- en el cuerpo, una droga abortiva. Poco antes de que encuentren el cadáver, Manuel se presentó junto a su padre en la comisaría y confesó el asesinato. El adolescente quedó detenido y sus familiares empezaron a ser investigados para determinar si participaron o encubrieron la muerte.
En septiembre pasado, el juez de Menores de Venado Tuerto, Javier Pardo, condenó a Manuel Mansilla a 21 años y medio de prisión tras considerar que consideró que el hecho cometido fue “espeluznante” y que el joven no mostró arrepentimiento.
Fabio se mostró satisfecho con la pena, que aún no está firme, pero apuntó a la responsabilidad de su familia: la madre, el padrastro y los abuelos.
“No lo hizo solo”, aseguró tras recordar que las pericias indican que su hija no fue arrastrada y que Manuel no pudo levantarla solo.
