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Entrevista

Fein: “Lo que hago, lo hago con compromiso, honestidad y pasión”

La intendenta dijo que quiere repetir un mandato y destacó las principales obras concretadas durante su gestión.


Siempre con una sonrisa, con un gesto que prodiga permanente optimismo, la intendenta Mónica Fein se acercó hasta nosotros que la aguardábamos en su despacho para realizar esta entrevista. Una entrevista que abarcó varios asuntos: los de rigor, los que corresponden a la funcionaria, y los otros, esos que a menudo no se consideran, pero que suelen ser más importantes: los de la persona. Porque detrás de un funcionario siempre hay una persona, un ser humano. Por eso la intendenta de Rosario nos mostró obras realizadas, tales como las efectuadas en los Fonavi, la duplicación del suelo industrial en la ciudad, la relocalización de la villa de emergencia que se encontraba en el ingreso a Rosario, por la autopista, las cloacas, los trabajos de acceso a la ciudad, entre otras, pero también respondió sobre otros aspectos: por ejemplo que en aras de la función pública resignó muchas cosas: “Si yo pudiera decir qué fue lo más costoso al resignar, ha sido tener más tiempo con mis hijos, con mi madre, con mi marido; pero creo que valió la pena y creo que ellos también lo saben”. Fein tampoco evitó aceptar, durante la entrevista con El Ciudadano, que en ocasiones de hechos dolorosos para los rosarinos “sentí quebrarme en esos momentos. No en mi capacidad de abarcar el problema, sino en el dolor de no haber podido evitar esa pérdida”.

—¿Cuáles han sido las principales obras y proyectos concretados en el curso de su gestión?

—Creo que los más importantes han sido obras de infraestructuras. Entre las cloacas hechas y las que se están terminando son veinte barrios de cloacas. También siete avenidas, de las cuales seis ya están terminadas y la otra a terminar y creo que el otro gran avance de obras, aparte de las avenidas mencionadas, son casi todos los accesos a la ciudad. Por supuesto  el tren que está prácticamente terminado; el haber, también, estratégicamente reposicionado nuestro aeropuerto, era un aeropuerto que yo empecé defendiéndolo porque tenía un solo vuelo internacional y hoy se ha reposicionado con gestión nuestra a nivel nacional en un aeropuerto de gran importancia. Quiero rescatar que duplicamos por ordenanza el suelo industrial en la ciudad y eso es un gran avance, además de terminar el código urbano que le da previsibilidad al que invierte tanto en lo urbano como en el desarrollo productivo de la ciudad. Y creo que uno de los grandes logros es lo que pudimos hacer con el gobernador con el programa Abre. Fue una inversión muy fuerte durante un año, destinada a los barrios con mayores conflictos sociales y con menor calidad de vida. Esa es una obra que les cambia la perspectiva a muchísimos ciudadanos. Cuando observamos lo que estamos haciendo en los Fonavi, no sólo por arreglarlos sino por la formación de consorcios, por generar una nueva convivencia como por ejemplo en Acindar, en Casiano Casas, en Grandoli y Gutiérrez, en el de la Carne, en el Franchetti, todo lo que hemos hecho, como la apertura de calles en el barrio La Tablada, haber logrado y ya estamos en el proceso final, la relocalización de la villa en el ingreso a la autopista, que en la Circunvalación pueda terminarse la obra, concluimos en que hay muchas cosas importantes que hemos podido hacer en muchos barrios de Rosario y muchas que espero seguiremos haciendo en este 2015.

—¿Dónde pone el acento el presupuesto?

—Tenemos un presupuesto entre lo propio y lo que hemos gestionado nacional  e internacionalmente en la obra pública muy importante, tanto en las obras de infraestructuras como en otras obras, como por ejemplo pavimentar un barrio entero, como Uriburu y La Guardia,  que demanda cien millones de pesos, solamente, en pavimentación. Vamos a seguir con las obras de cloacas. Pero un eje muy importante para nosotros del presupuesto sigue siendo salud pública. Creo que es un derecho tan y bien ganado en los rosarinos que no lo vemos, pero es una de las inversiones más importantes que hacemos.

La otra cuestión importante del presupuesto es seguir mejorando los servicios públicos, tanto transporte como recolección de residuos, dos hechos que son fundamentales para mejorar la calidad de vida en la ciudad, así que diría que esas tres son inversiones importantes, obras públicas, servicios públicos y salud. Quiero señalar que en obras públicas proyectadas para el 2015, además del tren (que va a ser un cambio sustancial) un tema que va a ser muy importante para la ciudad es la nueva planta potabilizadora de agua. Después de más de 130 años Rosario va a resolver el problema de agua en todos los barrios, que son muchos y que en esta época del año se siente más. Esta nueva planta potabilizadora con una inversión de 650 millones que hace la provincia va a ser un gran avance.

—¿Va a volver a ser intendenta? No le pregunto si candidata y ¿por qué deberían elegirla los rosarinos?

—Me gustó ser intendenta, creo que ser intendenta de esta ciudad es un privilegio porque es una ciudad mucho más importante que algunas provincias y obviamente es la segunda ciudad del país. Y Rosario tiene particularidades que no tiene ninguna otra ciudad y por lo tanto la verdad ha sido un privilegio ser intendenta. Me gustaría ser nuevamente intendenta porque siento que me ha apasionado transformar la ciudad y me ha dado una gran alegría más allá de las preocupaciones de todos los días, y creo que he demostrado gestionar adecuadamente en los momentos más difíciles y en los momentos más complejos. Y yo lo que hago lo hago con compromiso, con honestidad y pasión. Creo en el diálogo y en los equipos y que sólo se puede gobernar una ciudad como ésta, con experiencia, con equipos de trabajo, con mucho diálogo con otros niveles del Estado y con otros niveles políticos para lograr que la potencialidad de Rosario se vea. Hago lo que hago con mucha honestidad y mucha pasión y obviamente con un alto compromiso social porque creo que estoy aquí intentando cambiar una sociedad todos los días y hacerla un poquito más justa. Me gustaría que me votaran porque la gente sienta que puedo seguir trabajando para construir una sociedad más justa y mejor para sus hijos.

—Últimas preguntas apartadas del molde periodístico acostumbrado. El vecino ve al funcionario, al dirigente político, no suele ver a la persona, le pregunto ¿Lloró en este año que acaba de pasar, y porqué?

—Me emocioné muchas veces; no sé si puedo decir llorar, pero me emocioné a veces de alegría viendo que las cosas se realizaban y sentí que se puede cuando uno logra transformar aquellas cosas que más duelen. Me emocioné, me conmoví, muchas veces cuando sentí que la violencia se cobraba la vida de una persona. Sí, sentí quebrarme en esos momentos; no en mi capacidad de abarcar el problema sino en el dolor de no haber podido evitar esa pérdida. Creo que hubo momentos en estos tres años de gestión para mí dolorosos e imborrables: cuando apenas inicié a los pocos días fue el triple crimen de Villa Moreno, esas tres muertes significaron un profundo dolor para mí. Y calle Salta fue  otro momento y  lugar doloroso, si bien cuando uno tiene esta responsabilidad no se puede dar el lujo de perder el equilibrio para resolver los problemas, muchas veces me sentí emocionada por el dolor o por la búsqueda o por los familiares por lo que nos tocó vivir… muchas veces.

—¿Se sintió en algún momento decepcionada, sola?

—Sola no, siempre me he sentido acompañada por el gran equipo de trabajo. Y el pertenecer también a una organización política me ha permitido tener además diálogos con Miguel Lifschitz, con Antonio Bonfatti, con Hermes Binner, todas personas con experiencias que junto con mi equipo no me han permitido sentirme sola en el marco de consultas. Claro, después cuando uno toma  decisiones las toma en soledad, esa es la verdad;  cuando uno arriesga o decide, decide sola. Me ha gustado siempre dialogar y escuchar tanto a mis equipos como a las personas de referencias.

Decepcionada sí, decepcionada a veces con algunos compañeros de ruta que ante la difícil se cambiaron de camino. Yo soy una persona muy fiel y coherente en todas mis convicciones desde mi vida personal. Llevo 32 años casada con el mismo hombre y me siento absolutamente fiel al afecto y al amor de mi vida, y también lo soy con mis ideales y me decepciona cuando las personas dicen una cosa y hacen otra y eso en la política me ha pasado.

—Si es que resignó algo de su vida, y es obvio que sí, qué fue lo que más sintió y si valió la pena en aras de la función pública.

—Posiblemente el tiempo de familia. En una gestión como intendenta se dedica mucho tiempo y si yo pudiera decir qué ha sido lo más costoso de resignar ha sido tener más tiempo con  mis hijos, con mi madre, con mi marido, pero creo que valió la pena y creo que ellos también lo saben. Perder un poco de eso que yo siento que perdí para construir también para ellos y para los hijos de mis hijos una sociedad mejor, es perder algo propio para construir realidades mejores para muchos otros que tienen menos posibilidades. Eso vale la pena y por eso elegí la política para transformar la realidad sabiendo que uno deja en el camino algunas cosas, pero son más las que aportan al colectivo de una sociedad.

—¿Cuáles son motivos de tristeza y de alegría fundamentales en su vida?

—El de alegría fundamental lograr que aquellos que menos tienen, como hoy cuando fuimos al barrio Toba de Travesía y Paso, cambien su posibilidad de vida o cuando un joven que dejó la escuela y no tenía perspectiva me diga “yo quiero seguir estudiando”, “yo quiero trabajar”, “yo tengo esperanza”. A mí eso me da la fuerza  y la alegría para decir “¡se puede!” y hay que seguir en este camino. Lo que más me entristece es la violencia y la pobreza, que están unidas muchas veces. Yo creo que la violencia tiene tres elementos fundamentales que son la desigualdad, la intolerancia y la impunidad. La violencia creo que es lo más terrible que le puede pasar a una sociedad, porque se pierden vidas humanas y no ocurre sólo en Rosario. Pero la sociedad es cada vez más violenta y en esa violencia pierde el respeto a las personas y pierde el respeto a la vida misma y se lleva muchas vidas y sobre todo muy jóvenes.

—Una palabra que defina un sentimiento que le regale usted a los rosarinos.

—Hoy para esta ciudad la palabra que a mí más me convoca es “convivencia”. Convivir es vivir con otros y vivir en paz, en igualdad con otros. Convivir es saber que vivimos con otros y que por lo tanto nos tiene que interesar la vida del otro para que esa vida sea tan feliz como la nuestra. Es la mejor palabra que podemos tener cada ser humano. Vivimos con otros y eso nos compromete a convivir, a vivir en sociedad  en paz y con respeto.

La inseguridad y el costo político

—¿La gestión municipal paga un costo que no le pertenece, que no le corresponde en materia de inseguridad?

—En alguna medida sí, claramente. En lo que es el tema de combatir el delito nosotros no tenemos ninguna competencia, son competencias provinciales y nacionales, pero el ciudadano siente que el gobierno local, el intendente, es el más cercano para exigirle, para lograr que resuelva el problema de la inseguridad. Indirectamente sí, creo que nos relaciona por esto que estaba diciendo antes: mejorar la calidad de vida, promover la convivencia, generar respeto, mejorar el control que lo hicimos mucho. Mire, cuando yo decidí crear la Secretaría de Control lo hice consciente de que para lograr una mejor convivencia en la sociedad el municipio tenía un rol que era decirle a los rosarinos: el pacto social hay que cumplirlo. Y se rompe el pacto social cuando andamos a cualquier velocidad, sin casco, sin cinturón, cuando paramos en doble fila, cuando mostramos que tenemos impunidad en cómo nos manejamos cada uno y se lo mostramos a nuestros hijos y a los hijos de los hijos. Y la verdad es que el área de control creo que aporta, junto con el programa Abre, a mejorar la convivencia y la seguridad.

—¿Hubo gestiones municipales para mitigar la inseguridad?

—Muchas. En el 2013, recuerdo que convoqué a todos los presidentes de bloques (del Concejo) y nos fuimos a Buenos Aires en enero a pedirle al gobierno nacional, a través de Gils Carbó, de la Justicia federal, que se involucraran en el tema seguridad. Y creo que hicimos un gran avance y en eso la Municipalidad ayudó en articular a quienes tienen que tomar el tema. Y creo que podemos seguir ayudando desde ese lugar, logrando que se sienten en una mesa los actores. Igual creo que no está claro para la ciudad que no tenemos competencia directa y en ese aspecto creo que nos cobran más que lo que a veces le cobran a otros niveles del Estado cuando nuestra competencia es mucho menor.

—Se fue parte de Gendarmería, ¿le da temor?

—Primero debo decir que quedó la unidad móvil que es de 700 gendarmes, que es muy importante. Y vamos a seguir trabajando juntos y a hacer operativos. Y en segundo lugar considero que hay que seguir trabajando con la Nación para fortalecer la presencia de Gendarmería y Prefectura en la ciudad. Los delitos complejos requieren de los distintos niveles del Estado, pienso que ayudó mucho que estuvieran Gendarmería y Prefectura y tenemos que seguir dialogando para que exista la colaboración de ambas en Rosario más allá de que el trabajo del Ministerio de Seguridad de la provincia, creando la Policía Táctica, la judicial y de proximidad nos da mucha más tranquilidad que la que teníamos antes de que llegara Gendarmería.

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