Policiales

Perejil

Familiares de un discapacitado denuncian que está preso por ser “parecido” a un sospechoso

Unas 40 personas se concentraron frente a Fiscalía para pedir la libertad de un joven con retraso madurativo detenido en un psiquiátrico a la espera que determinen si es imputable. Una hermana dijo que teme por su salud. Lo vinculan al crimen del Chivo Saravia, por el que acusan a los jefes de NOB

Uno de los presuntos homicidas del Chivo Saravia escenificando el momento del crimen.

Algunos diccionarios lunfardos aseguran que el término perejil deviene de gil, jerga utilizada para mencionar a personas tontas o más lentas. También coinciden en que su significado varió con el tiempo hasta referirse sólo a los que tienen poco poder social o adquisitivo. Tan poco que terminan regaladas como el perejil, que no hace tanto era la yapa de las verdulerías por su valor insignificante. El ejemplo más común es que al perejil se lo usa para “echarle muertos”, es decir, para endilgarle delitos que no cometió. Y el ejemplo rosarino podría ser la detención de un joven discapacitado que hace un mes está privado de la libertad en la Colonia Psiquiátrica de Oliveros a la espera de que una junta médica determine si puede ser imputado o no. Esta semana, su familia encabezó una concentración frente a la Fiscalía para clamar por su libertad, advertir sobre el deterioro de su salud y denunciar que está preso sólo por ser “parecido” a otra persona.

El joven en cuestión es Jonatan Ezequiel B. Lo detuvieron hace un mes junto a otras siete sospechosos, entre ellos los dos jefes de la barrabrava de Newell’s Old Boys Guillermo “Ojito” Sosa y Alejandro “Rengo” Ficcadenti, como parte del grupo comando que el 23 de octubre pasado entró a la casa del anterior líder de la hinchada leprosa Nelson “Chivo” Saravia y lo ejecutó con una ametralladora frente a su esposa, su hijo de 8 años y su sobrino de 13. Según la investigación del fiscal Matías Edery, 22 personas participaron de ese brutal homicidio y entre los ocho que logró detener figura el joven discapacitado.

Este martes, medio centenar de personas se concentraron frente al Centro de Justicia Penal de Rosario para aclamar la inocencia de Jonatan y pedirle al fiscal que “se ponga una mano en el corazón” y lo libere. Marcela, una de las hermanas del joven internado con custodia en un hospital de salud mental dijo en declaraciones radiales estar desesperada: “Ya no sé qué más hacer, qué papeles entregar para que lo suelten”.

La mujer esgrimió que su hermano no tuvo nada que ver con el violento episodio y que lo tienen preso sólo por ser hincha leproso y parecerse a otra persona.

“No lo pueden tener detenido por eso. Por un parecido no podés detener a una persona con discapacidad. Ya va a ser un mes que no tiene vida”, dijo Marcela con voz angustiada.

“No tenemos respuestas, hemos presentado todos los estudios. Mi hermano tiene retraso madurativo, epilepsia y esquizofrenia. Está en Oliveros custodiado, vamos todos los días a la visita, pero solamente nos dejan verlo dos horas. Hace un mes que estamos yendo y viniendo todos los días”, lamentó.

“No se que más pruebas quieren, la verdad no entiendo. No lo imputaron porque ellos vieron como estaba, vino la ambulancia, estuvo internado en el Heca, salió del hospital y lo llevaron al Order (el sector del cárcel donde alojan a los detenidos antes de ser imputados), de ahí volvió al Heca”, recordó Marcela mientras repesaba todo lo que padeció su hermano antes de quedar internado con custodia en un psiquiátrico a la espera de que una junta médica determine si es imputable o no.

“Mi hermano no está bien. Lo tienen todo el día dopado. Lo veo y lloro. Me pide llorando que lo saque de ahí que quiere estar con su familia. Me paso las dos horas tratando de calmarlo. Y cuando me voy me lo quiero llevar conmigo y no puedo”, dijo con la voz quebrada y recordó que su hermano fue padre tres veces pero uno de sus hijos mellizos falleció. “Mi hermano está mal”.
En relación a su vínculo con la hinchada leprosa Marcela dijo que el joven no conoce a los acusados. “Yo también iba a la cancha con él. He estado con él en el paravalancha, mis hijos han estado ahí. Pero lo van a meter preso por ser hincha de Newell’s? Se van a llevar presa a toda la ciudad? Porque la mitad de Rosario es de Newell’s”, dijo para concluir: “Lo único que le pido al fiscal es que se ponga una mano en el corazón y lo deje en libertad”.

Acusaciones

Hasta el momento, por el crimen de Saravia hay ocho personas detenidas, entre ellas Ojitos o Chupa Sosa, imputado en mayo, y Rengo Ficcadenti, en junio. Para el fiscal Edery ambos son los actuales cabecillas de la barra de Newell’s y fueron quienes instigaron el homicidio de su antecesor –el Chivo la lideró entre 2013 y 2016– en lo que se presume una feroz interna leprosa.

Además de Jonatan Ezequiel B., quien no llegó a ser acusado formalmente, los otros cinco imputados son Kevin Nahuel J., Alexis Brian D., Salvador Esteban A., Juan Manuel A. y Alexis Gabriel O.

Para el fiscal Edery, los acusados formaron parte del grupo de 22 personas que se reunieron el 23 de octubre en la casa de Ojitos Sosa, donde se presume que se planificó la logística del asesinato, se repartieron armas, se prepararon los vehículos, se asignaron roles y se cambiaron vestimentas. Todo quedó filmado en cámaras internas de la vivienda de Sosa, rastreada luego del crimen, ya que después de ejecutar a Saravia se llevaron el celular de su esposa para que no llame enseguida a la Policía, y el GPS del teléfono móvil llevó a los pesquisas hasta el domicilio de Ojitos.

El material visual incautado en su vivienda, posterior al asesinato, muestra que los agresores escenifican el momento en que tumban la puerta de entrada de la casa del Chivo y cuando lo ejecutan con una ametralladora. Para el fiscal, Sosa y Ficcadenti organizaron la logística del crimen en el marco de un plan criminal que devino a “consecuencia de la sucesión de la barra brava de Newell’s”.

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