El artista trabajaba en un taller instalado en las escaleras de una la calle que une Lapa con Santa Teresa, donde los turistas podían dialogar con él y comprar sus cerámicos.
El diario O`Globo publicó hoy una entrevista con Selarón en la que el artista, de 65 años, denunció que desde el pasado noviembre recibía amenazas de muerte por parte de un colaborador de su taller, Paulo Sérgio Rabello, cuyo hermano y sobrino fueron detenidos por estar implicados en el tráfico de drogas.
De acuerdo al diario brasileño, la policía civil no descarta la hipótesis de homicidio y está investigando las circunstancias de la muerte de Selarón, que fue hallado sin vida en la escalera del Convento de Santa Teresa, en el barrio homónimo de Río, donde el artista desarrolló gran parte e su obra.
Según O Globo, el cadáver presenta señales de quemaduras y junto al cuerpo se encontró una lata de disolvente, aunque los investigadores no han confirmado esta versión.
“Ayudé mucho a este chico. Pero lo que quería todo, quería que las pinturas, las ganancias. Como yo no estaba de acuerdo con esto, las amenazas comenzaron en noviembre del año pasado y nunca se detuvo. No estaba satisfecho”, dijo el artista en la entrevista hace pocos días.
En noviembre, Selarón viajó a Paraty de vacaciones y dejó a Rabello por primera vez al frente de la empresa. En su ausencia, el ayudante comenzó a pelearse con otros colaboradores del pintor, entre ellos su secretario, el argentino César Gómez, que en la foto publicada por O`Globo aparece llorando desconsolado junto al cuerpo del artista.
La mañana del 23 de noviembre, cuando Selarón pintaba en la vereda de su atelier, Rabello tiró sus cuadros y dañó sus caballetes y pinturas. Ese mismo día Selarón denunció las amenazas en la comisaría local. El 28, el asistente también agredió al secretario argentino.
Selarón se instaló en Río de Janeiro a comienzos de los años 90 y por iniciativa propia comenzó a decorar con azulejos de colores vivos las escaleras de la calle Manoel Carneiro, que une Lapa con Santa Teresa, considerados los dos barrios más bohemios de la ciudad.
La obra de Selarón se ha convertido en uno de los principales lugares turísticos de Río de Janeiro y es considerada un patrimonio de Río de Janeiro desde 2005. El artista chileno sustituía a menudo muchos de los azulejos que decoran los 127 peldaños de la escalera y, con el tiempo, fue incorporando piezas cerámicas procedentes de ciudades de todo el mundo que él mismo fue comprando en sus viajes o que regalaron los turistas que visitaban las escaleras. El chileno, informó la agencia Efe, solía entablar conversación con los turistas a diario en la escalera, donde fijó su residencia y su taller de cerámica, en el que vendía azulejos.
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