Espectáculos

Falleció Héctor Barreiros

Teatro rosarino de luto. A los 82 años  falleció el sábado el fundador del grupo Aquelarre, director de más de 100 puestas. Barreiros, además de su actividad teatral, fue periodista de espectáculos del Diario La Capital.

Foto: Héctor Río.

Se conoció ayer la noticia de la muerte del actor, maestro y director teatral Héctor Barreiros, de 82 años, ocurrida el sábado a las 20. Los restos de quien fuera el creador del grupo Aquelarre fueron sepultados ayer por la mañana.
Héctor Barreiros, con más de 60 años de teatro dirigió más de 100 puestas, y se desempeñó como maestro. Se había formado con Ernesta Robertaccio y Antonio Cunill Cabanellas, y entre otras particularidades de su vasta y ecléctica trayectoria, fue el primer maestro de actuación que tuvo Darío Grandinetti. Con Aquelarre, con el que recorrió el país a lo largo de más de 30 años, versionó clásicos de Shakespeare, Chéjov y montó teatro de repertorio argentino. Barreiros comenzó a actuar en Buenos Aires en 1948. Antes, en Rosario, había integrado el Núcleo Teatral Bohemia. Volvió a la ciudad en 1957 y no paró de producir hasta hace unos pocos años.
En las últimas décadas, la trayectoria de Barreiros se vio ceñida a su labor como director-programador del Teatro Empleados de Comercio (Corrientes 450), donde estrenó la mayoría de sus espectáculos más recientes.
En una trayectoria inabarcable, en los años 60, comenzó a trabajar con un nutrido equipo de actores al frente del grupo Aquelarre, con el que estrenó obras clásicas y proyectos más contemporáneos surgidos de la experimentación.
De las últimas dos décadas, se destaca su unipersonal Me queda la palabra, con el que recorrió los escenarios argentinos y de diversos países como España y Estados Unidos. Del mismo modo, en 2000, estrenó Juntando los pedazos y un año después, Bruma en la isla. En los últimos tiempos, antes de que lo aquejara una enfermedad que le impidió continuar con el trabajo teatral, se conocieron versiones de piezas tales como Esperando el lunes, Sofía, como la Loren, un trabajo sobre cuentos de Chéjov y Maldita lengua, estrenada en 2004.
Barreiros, que pasó por todos los géneros y que en los 90 se dedicó a la crítica teatral en el diario La Capital, llegó a estrenar hasta cinco obras al año. Se trataba de un referente de la escena rosarina y su nombre era conocido en el resto del país.
En una de las tantas entrevistas que mantuvo con El Ciudadano, habló acerca del lugar del teatro rosarino en el que sentía que estaba parado, un lugar que siempre lo acercó al público: “Después de muchos años he generado un público que gusta de lo que hago, que me sigue. Por otra parte, el teatro sin público no existe. Yo veo que algunos grupos que hacen teatro en Rosario, esforzados, estudiosos, preparados, piensan sólo en ellos, en su entorno, y no en el público. Veo que hay obras buenísimas, que me han gustado mucho porque soy un hombre de teatro, pero que a la gente no le pasa nada porque sienten que ese lenguaje es extraño”.

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