Los restos del ex gobernador de la provincia, Felipe Sapag son velados en su domicilio particular en la ciudad de Neuquén y serán inhumados por la tarde en el cementerio central.
Desde anoche, poco después de conocerse su deceso, cientos de personas acudieron a la casa de calle Belgrano al 500 para despedirlo y saludar a sus familiares.
Uno de los primeros en acercarse fue el gobernador Jorge Sapag, -sobrino- quien dispuso decretar siete días de duelo.
Felipe Sapag falleció anoche a las 22.15 en su domicilio particular debido a una larga enfermedad.
Nació en la ciudad de Zapala el 14 de febrero de 1917. Hijo de sirio-libaneses fue una figura central a lo largo de la historia política de la provincia y caudillo indiscutible del Movimiento Popular Neuquino.
El 4 de junio de 1961 fundó junto a sus hermanos Elías y Amado y un grupo de peronistas proscriptos el Movimiento Popular Neuquino que desde el nacimiento institucional de Neuquén como provincia ha sido gobierno.
“Don Felipe” como se lo conocía popularmente, inició su carrera política en 1952 como presidente del primer Concejo Municipal de la ciudad de Cutral Có.
Ocupó la primera de sus cinco gobernaciones en 1963 en coincidencia con la presidencia de Arturo Illia.
Entre 1970 y 1972 fue gobernador durante el gobierno de facto, renunció antes de las elecciones y fue electo en 1973 para ocupar la tercera gobernación hasta el golpe militar de 1976.
En 1983 con la recuperación de la democracia, Sapag fue elegido una vez más al frente del gobierno de Neuquén y cerró su ciclo político en el período 1995-1999.
Sufrió en el seno familiar las consecuencias de la dictadura por la muerte de sus hijos Ricardo y Enrique Sapag.
En un libro de su autoría titulado “El Desafío” editado en 1994 recuerda a sus hijos en una nota que titula “Mis hijos menores montoneros”.
Sus otros dos hijos, Luis Y Silvia (ex Senadora y Diputada Nacional) viven en Neuquén y lo acompañaron hasta sus últimos momentos.
Retirado de la vida política, Sapag junto a su esposa Estela Romeo (Chela) vivió en su residencia ubicada en el centro de la capital neuquina.
Fue uno de los pocos políticos que pudo caminar solo por la calle y eran habituales los comentarios que despertaban sus caminatas diarias hacia la “Plaza de las Banderas” en el extremo norte de la Avenida Argentina de la ciudad de Neuquén.
En su libro “El Desafío” realizó un resumen de su vida política y los proyectos y obras ejecutadas durante los últimos 30 años en educación, salud, telecomunicaciones, desarrollo productivo y otras áreas de gobierno sustentadas en una permanente reivindicación del federalismo.
“Hoy queda aún pendiente la lucha por la vigencia del federalismo establecido en la Constitutción Nacional y por consiguiente contra la marginación patagónica en poro de la Pampa Húmeda”, escribió.
En el año 2008 el Concejo Deliberante de Neuquen “Vecino Ilustre”, distinción que le fue entregada durante un acto realizado el 4 de septiembre de ese entonces.
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