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Evo celebró cinco años en el poder

Aun con la credibilidad dañada, el presidente revalidó logros de su gestión.

El presidente boliviano Evo Morales celebró ayer su quinto año en el poder reivindicando su política indígena y nacionalista, aunque con su credibilidad dañada por un frustrado aumento de combustibles que sólo provocó malestar social, según analistas.

Morales, un indígena de tendencia izquierdista, llegó al poder en enero de 2006 tras arrollar en las elecciones de 2005 con el 54 por ciento de los votos, y revalidó el cargo con un impresionante 64 por ciento en enero de 2009, encerrando a la oposición derechista a liderazgos regionales.

En su segundo período constitucional, ha mantenido su discurso antiestadounidense y su acercamiento comercial, económico y político con países como Irán, Cuba y Venezuela, tres enconados rivales de Washington.

Durante su balance del gobierno en 2010, realizado en una sesión pública del Congreso bicameral, Morales se dijo “muy contento, convencido de que Bolivia tiene esperanza y futuro”.

“Bolivia no sólo es una esperanza para los bolivianos, sino ahora Bolivia es la voz de los pueblos del mundo”, acotó al defender causas mundiales, como la lucha contra el calentamiento global o el uso del agua como un derecho humano. “Bolivia ahora puede expresar en las Naciones Unidas el sentimiento del mundo entero”, añadió.

A cuatro años de finalizar su segundo mandato, el gobernante dio detalladas explicaciones de las inversiones públicas y la labor de cada uno de sus ministerios.

Sin embargo, Morales tiene su imagen y credibilidad maltrecha tras aplicar la última semana de diciembre de 2010 un draconiano incremento en el precio de la nafta y el gasoil, hasta un 83 por ciento, el más alto de la historia del país. La medida sólo provocó fuertes protestas civiles, principalmente en ciudades donde el oficialismo tenía sus bastiones electorales, lo que obligó al gobernante a derogar la norma cinco días después.

La revisión, empero, no pudo contener una escalada inflacionaria que aún continúa en los mercados de abasto de alimentos, como el azúcar y el aceite, con porcentajes que fluctúan entre el 20 y el 30 por ciento.

“Lo encuentro (a Morales) en un momento muy difícil, con baja popularidad, con baja credibilidad, comparada con la que tuvo antes del gasolinazo”, afirmó el analista político y docente universitario Carlos Cordero al referirse a las encuestas privadas que colocan al gobernante con el 30 por ciento de respaldo ciudadano.

Los festejos callejeros oficialistas, que comenzaron en la mañana de ayer con ceremonias indígenas religiosas, y se extendieron en La Paz todo el día con celebraciones folclóricas en una plaza pública, también fueron analizados por Cordero.

“Están haciendo una demostración de fuerza, con movilización de gente, están haciendo toda una campaña mediática para tratar de cambiar esa imagen debilitada”, acotó.

Tras llegar al poder en enero de 2006, Morales aplicó una política con fuerte contenido nacionalista e indigenista.

En su primer año de gobierno, nacionalizó los hidrocarburos y luego aplicó la misma medida para controlar empresas que fueron privatizadas en la década de 1990.

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