Ciudad

Estricta aplicación del Registro de Carreros

Por Agustín Aranda.- Los caballos sin chip o en mal estado van al corral municipal.


El municipio lleva incautados 130 caballos que fueron sacados de las calles con el fin de cumplir con la ordenanza que establece la prohibición de la tracción a sangre. De acuerdo con el director de Control Urbano, David Sánchez, el número se incrementó desde abril, cuando cerró el Registro Único de Recolectores Informales de Residuos, que también fue consecuencia de la ordenanza que pretende regularizar a los carreros de la ciudad, de hecho el balance fue positivo ya que el 95  por ciento de los carreros se inscribió y regularizó su situación. En total, se entregaron 1.200 patentes para carros y se registraron mediante microchip unos 2 mil caballos. En la jornada de hoy, el municipio informará si alguno de los caballos decomisados el domingo, durante una cinchada que tuvo lugar en la zona sudoeste, estaba dentro de ese registro.

El corral municipal ubicado en el camino viejo a Soldini, cerca de Puente Gallego, cuenta con unos 130 equinos. Según explicaron desde Control Urbano, en cuya órbita está el predio, esto es consecuencia de un criterio rígido a la hora de los controles en calle. “Día por medio, decomisamos entre tres o cuatro caballos, con sus respectivos carros, que no están registrados o incumplen con el régimen sanitario o de seguridad para circular”, precisó Sanchez. Sin embargo, la iniciativa del registro que empezó a fines de julio de 2011 y culminó los primeros días de abril, fue un éxito para el funcionario. “Sólo un 5 por ciento de los carreros que trabajan en la ciudad decidieron no ingresar al registro”, explicó el director de Control Urbano.

En 2011 se puso en marcha una serie de medidas, merced a la ordenanza 8.726 de 2010, para eliminar en un plazo de tres años la tracción a sangre de la ciudad. La principal fue el registro de carreros. El sistema involucró la colocación de microchips a los equinos, a partir del cual se puede acreditar la propiedad del animal y permite a sus dueños iniciar el trámite correspondiente para obtener certificado de salud del caballo, chapa identificatoria del carro y faja reflectiva para la prevención de accidentes de tránsito. Dado que el microchip no daña la salud del animal, el recolector puede continuar su trabajo.

Tal como informaron desde el municipio, el cuidado sanitario del animal tiene dos instancias. La primera, al momento de la aplicación del microchip, donde los veterinarios hacen observaciones sobre el estado del animal –falta de peso, lastimaduras, enfermedades–. La segunda, cuando el recolector va a retirar en las oficinas de Control Urbano su carné.

Con la promesa de erradicar la tracción a sangre de los caminos rosarinos, el municipio convocará a los representantes de Economía Solidaria para analizar la situación de cada carrero. Se pensará, insistieron desde el municipio, qué oferta –laboral o cambio de vehículo– es más pertinente para cada caso. “Hay particularidades en las familias y trabajadores de la recolección a los que se les debe brindar una solución específica. No todas están en condiciones de hacer el traspaso a un motovehículo”, declaró Sánchez en oportunidad de un balance.

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