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Cordera presenta su “Vivo”


Renacer siempre implica morir. Entendiendo la muerte como un “dejar atrás”, como “olvidar y perdonar”, Gustavo Cordera volvió a nacer reencontrándose con su público, consigo mismo y con su ex banda, Bersuit Vergarabat. Sintetizando esas vivencias fue que el músico empezó a diagramar Cordera vivo, su primer disco directo desde que se largó a trabajar en solitario. El material, que surge de la necesidad de integrar su historia personal como compositor “desde «Mi caramelo» a «Soy mi soberano»”, según puntualizó, terminó, burocracia de por medio, conteniendo sólo aquellas canciones que sobresalen de La Caravana Mágica, además de las imágenes de shows que muestran el ritual que generan sobre y debajo del escenario. “En un principio, fueron grabadas 22 o 23 canciones; después hubo un problema legal por el cual yo no pude editar las canciones que hacía con la Bersuit porque son derechos que ya no me pertenecen. Hice este disco con esta nueva etapa y me llevé una sorpresa muy grande cuando me di cuenta que al disco no le faltaba nada y que la gente lo escucha y dice: «Guau qué discazo»; me pone muy contento eso”, relató Cordera a El Ciudadano, anticipando la presentación del material que se llevará a cabo en la ciudad este sábado, a las 21.30, en el teatro El Círculo (Laprida y Mendoza), show en el que, además, podrá verse el recorrido completo de las composiciones del Pelado desde sus inicios con Bersuit.

“En el concierto vamos a estar, metafóricamente, prendidos fuego, con ese fuego interior, las emociones a flor de piel. Buscamos poder bailar, llorar, reír; ese para mí es el objetivo de subirme a un escenario. Movilizar energía, que salgas distinto, que salgas mejor”, adelantó sobre la experiencia que vivirá junto a su público local, velada en la que también se verá parte del recorrido que realiza el DVD.

Cordera estará acompañado por los músicos de La Caravana Mágica: Stella Céspedes en coros, Licina Picón en coros y teclado, Chacho Piriz en guitarra y coros, Lele Perdomo en guitarras y coros, Pepe Oreggioni en bajo y coros y Emiliano Pérez Saavedra en batería.

“Le puse Cordera vivo porque en un momento, en referencia a la gente, yo estaba casi muerto, porque venía muy poca gente a vernos y demás”, dijo en una amena charla en la que contó los pormenores de una actualidad signada por su historia.

—Viviste hasta acá un proceso en el que, de alguna manera, te tocó empezar de cero…

—Un poco menos de cero, porque de cero es una banda nueva. Yo no empecé de cero, tenía 21 años encima con la Bersuit, con recitales en la cancha de River, llenando estadios. La resistencia de la gente fue tan grande que fue peor que de cero. Porque cualquier canción que yo podía llegar a hacer no era escuchada, era negada, como si no existiera. Eso se disipó con el tiempo, la gente se acercó nuevamente y ahora estoy pasando por un período de enamoramiento muy lindo con el público.

—¿Sentís que ese reencuentro con el público comenzó a darse a partir de la edición del disco “Caravana Mágica Vol. 2”?

—Después de eso, empezó a pasar, y el 2014 fue fuertísimo para nosotros: hicimos cuatro Trastiendas y después un Luna Park. Eso fue el puntapié inicial para querer mostrar esta fuerza que está naciendo, donde Bersuit y La Caravana son como un solo corazón. Porque yo soy el fundador de los dos proyectos y esa impronta la llevo en el alma. Eso me da la posibilidad de que la gente se abra a escuchar lo nuevo.

—Cuando fue tu desvinculación de La Bersuit hablaste de la fama como algo negativo, algo que te llevo a correrte. ¿Cómo llevás ahora la popularidad de La Caravana Mágica?

—Lo que estoy viviendo ahora es el reencuentro con la gente, y con ese reencuentro estoy teniendo también la posibilidad de experimentar un escenario parecido al anterior pero siendo otra persona. Es como sortear el mismo obstáculo, un obstáculo que no pude sortear en otra época de mi vida. Quiero afrontar eso, volver a ese lugar y lo estoy haciendo mucho más rápido de lo que me imaginaba. Al principio pensé que eso iba a tardar mucho más tiempo, teniendo en cuenta experiencias de otros artistas como Vicentico o (Gustavo) Cerati. Pero la verdad es que el proyecto está pisando fuerte.

—El nuevo disco presenta dos temas nuevos: “Remamos” y “Agua de río”, que se emparentan con tu faceta más melódica. ¿Qué búsquedas musicales te movilizan en la actualidad?

—Siempre me gustaron las historias intrincadas con melodías populares, con buenos ritmos para bailar; me gusta experimentar con el encuentro de cosas complejas con cosas simples: la música electrónica con cumbia, de murga con tango. En mi repertorio hay mucha experimentación libre sin ningún tipo de prejuicios. Estoy produciendo temas que son muy roqueros, que roquean muy fuerte e intensamente. Para mí el estado de ánimo es muy volátil, me encuentro por distintas regiones a lo largo de todo el año, hasta diría a lo largo de todo el día. Soy muy inestable emocionalmente, puedo estar gritando y cantando rock pero después tocar una balada, pero eso con total naturalidad. Actualmente estamos experimentando mucho con las máquinas, integrando la tecnología con la música tradicional, tratando de evolucionar con el mundo, no tirando para abajo. Utilizar la tecnología para que el sonido vaya integrándose a la tradición.

—El DVD repasa tu presentación en el penal de La Matanza. ¿Cómo te cambió esa experiencia?

—Nos invitaron a tocar y dije que sí. Fue muy fuerte tocar para reclusos, tirarme ante sus brazos, abrazarlos, hacer pogo con ellos, fue muy lindo, un encuentro de amor y entrega total. Pocas veces me sentí tan querido por gente tan sensible, tan descarnada; esas personas que no tienen nada que perder, que ya tienen suficiente perdido. Cuando terminó el concierto y se los llevaron, los encerraban, fue muy fuerte. La experiencia me nutrió muchísimo, me acercó mucho a mí mismo, me hizo ver el valor que tiene la música para sanar a la gente, para hacerla sonreír, para hacerla sentir bien y hacerla reflexionar. Fue una experiencia inolvidable.

Una tapa polémica

“Esta fue la peor tapa del rock nacional para algunos y en otros lugares la elogiaron; creo que no es ninguna de las dos cosas. Es una tapa que dice lo que yo necesito decir de una manera ácida y con humor, a lo Cordera. Es provocativa y muestra lo que quiero decir sin ser genial ni una tapa de mierda”, explicó Cordera sobre la portada de Cordera vivo, una gráfica que despertó amores y odios pero con la que el músico buscó graficar el “renacer” que significó la grabación. “Tiene que ver con esta cosa de renacer pero a los 50, no nacer recién nacido”, cerró.

“Un grito de rebeldía”, rodeado de amigos

A la experiencia de grabar un disco en vivo se sumaron Iliana Cabra e Ismael Cancel, de Calle 13; el actor Mex Urtizberea y el talentoso Francisco Faltoruso, artistas con los que Cordera asegura tener mucha afinidad. “Con Mex somos amigos. Los chicos de Calle 13 eran fans de Bersuit desde chiquitos, teniendo un demo de dos o tres canciones nosotros los escuchamos, los asesoramos. Son como nuestros hijos musicales. Ahora crecieron un montón y está buenísimo trabajar con ellos por son realmente una de las bandas más importantes del rock latinoamericano”, contó Cordera quien concibe el rock como “una forma de vida”: “Es mirar de frente las cosas, es un grito de rebeldía tratando de cambiar el mundo. El rock es una energía que excede el género musical. Vos podés roquear haciendo cuarteto como la Mona Jiménez o haciendo folclore como el Chaqueño Palavecino. Escuchás tocar a los guitarristas del Chaqueño y te caés de culo, si eso no es rock el rock dónde está. Creo que el rock excede los géneros musicales, es una forma de vida, yo soy rock y voy a seguir siendo rock hasta el día en que me muera por más que haga una cumbia”.

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