La derrota ante All Boys sembró preocupación en el pueblo leproso. Y no estaba mal que eso ocurriese, pero la fe o la confianza no es una corazonada, se trata de trabajo y convicción. Y a esa lógica perturbación, Newell’s le metió una dosis de optimismo desenfrenada luego de vapulear a Unión en Rosario. Fue 5 a 0, nada más que para cumplir con la normativa del juego en donde los números tienen un papel preponderante. Nunca hubo equivalencias, como refleja la tabla de posiciones del Final.
Y esa fue la principal virtud de Newell’s. “En los momentos finales el equipo no pierde la forma, eso me gusta”, afirmó Martino en una breve declaración para la TVPública. Y no es circo, ni se trata de una frase hecha. Es un ideal puesto al servicio de un equipo, que a veces parece no tener un plan B y en otras oportunidades entrega la certeza que no lo necesita. Era posible suponer, en un fútbol lleno de especulaciones (y no es una crítica, al respecto) que Newell’s pudo haber sido más cuidadoso contra All Boys, sabiendo ya los resultados de Lanús y River. Pero no pasó, Newell’s es siempre Newell’s. Ganando o perdiendo, contra el humilde Lara en Venezuela, o contra Boca en la Bombonera. Es la marca en el orillo que identifica al equipo del Tata. No sabe de especulaciones, ni cálculos previos. Esos que indican que un punto en Rafaela puede ser bueno para la próxima fecha, pero seguro que esto a Martino no le debe importar. Newell’s irá por todo, y si le toca perder, volverá a intentarlo contra Argentinos en la última fecha. Es su idea, esa que Martino pretende lacrar con un título en la prolífica historia leprosa.
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