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Estímulo “verde” para investigar


El investigador Ariel Sarotti del Instituto de Química de Rosario (Iquir) recibió un subsidio de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (Iupac) y la empresa Phosagro para proyectos ligados a “Química Verde para la vida”. El primero en marcha es averiguar cómo tomar desechos celulósicos urbanos e industriales para transformarlos químicamente en levoglucosenona. Se trata de una molécula orgánica muy versátil y prometedora que puede usarse como plataforma para hacer compuestos de alto valor agregado con usos farmacéuticos. El estímulo económico se da desde hace 5 años a científicos jóvenes que desarrollen proyectos innovadores. Semanas atrás en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo (Rusia), Sarotti, que fue conferencista invitado, recibió el subsidio. También participó de un seminario científico sobre Química Verde organizado en la Universidad Rusa de Recursos Minerales.

El elegido

El proyecto que ganó el estímulo está titulado: “Innovación en la transformación de residuos urbanos industriales para obtener compuestos químicos valiosos” y trabajan desde hace años los doctores Rolando Spanevello y Alejandra Suárez.

Tiene tres objetivos. El primero, optimizar los métodos para obtener levoglucosenona a partir de distintos tipos de residuos. “Queremos maximizar el rendimiento y la pureza del compuesto empleando un número reducido de experimentos”, contó el químico.

El segundo objetivo es producir organocatalizadores para la industria farmacéutica a partir de la levoglucosenona. “Son catalizadores que no tienen metales en su estructura. Permiten acelerar procesos químicos sin contaminar”, explicó Sarotti y agregó que muchos catalizadores eficientes tienen metales en sus estructuras que pueden ser contaminantes, tóxicos o de difícil manipulación.

El tercer objetivo es desarrollar compuestos anticancerígenos derivados de levoglucosenona. “Aún estamos en una etapa inicial, pero hemos sintetizado distintas quimiotecas estructuralmente diversas. Muchos compuestos mostraron muy buena actividad frente a células tumorales”, contó.

Cómo

Para los trabajos el equipo del Iquir, que incluye personal de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), creó elementos de química computacional que permiten guiar el desarrollo experimental. Eso significó ahorrar en la cantidad de experimentos para llegar a un resultado. “Con algunos datos experimentales de los organocatalizadores, entendemos cuáles son las características estructurales más relevantes en términos catalíticos. Con modelos computacionales evaluamos un gran número de posibles catalizadores para finalmente ir al laboratorio y sintetizar sólo los que muestran mejor selectividad las simulaciones”, explicó el investigador.

Para los verdes

El subsidio otorgado a Sarotti está dentro del programa “Química Verde para la vida” de Unesco, Iupac y la compañía Phosagro.Hace unos  cinco años financian investigaciones de científicos jóvenes que trabajen proyectos innovadores. Busca difundir las oportunidades que ofrece la “química verde” para satisfacer necesidades sociales de distintos sectores.

“Quieren despertar el interés general en la Química Verde y estimular a las generaciones más jóvenes de investigadores a trabajar en estas temáticas”, remarcó Sarotti.

Hogar de innovación

El Instituto de Química Rosario (Iquir) realiza investigaciones científicas y tecnológicas vinculadas con áreas de Química Básica. Incluyen Química Orgánica, Inorgánica y Analítica. Científicos diseñan, sintetizan y caracterizan moléculas orgánicas, organometálicas e inorgánicas, reactivos y catalizadores. También estudian propiedades y potencial utilidad, desarrollan nuevas metodologías analíticas y procesos químicos con fines aplicados (medio ambiente, medicamentos, energía, etc) promoviendo la transferencia de conocimientos al sector productivo.

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