Mundo

Conflicto en la UE

¿Estilo de vida europeo?

El intento de las instituciones de la UE por mostrar sus virtudes ha acabado evidenciando sus debilidades. El problema de la UE no son las teorías que tratan de descomponer la unión


 

Sergio Molina García *

En los últimos años, uno de los principales retos de la Unión Europea ha sido justificar
la su existencia y defenderse ante las corrientes euroescépticas. Sin embargo, el
intento de las instituciones de la UE por mostrar sus virtudes ha acabado evidenciando
sus debilidades. El problema de la UE no son las teorías que tratan de descomponer la
unión. El principal obstáculo es la inexistencia de una idea común sobre lo que significa
ser miembro de esa entidad supranacional y cuales son sus valores, derechos y
obligaciones.

El último ejemplo de esta situación ha sido la reciente propuesta de la presidenta de la
Comisión Europea. Ursula von der Leyen, antigua ministra de defensa de Alemania,
presentó la semana pasada una nueva área de la Comisión denominada Defensa del
estilo de vida europeo. A ese comisionado, dirigido por Margaritis Schinas, se le han
asignado las competencias de inmigración. Para justificar este movimiento, von der
Leyen, ha publicado una carta en varios periódicos europeos. En dicho escrito de
defensa, ha recurrido al artículo 2 del tratado de la UE en el que se habla de libertad,
de democracia, de igualdad y de derechos humanos. Sin embargo, esa propuesta se
contradice con las propias declaraciones que la presidenta de la comisión realizó en
julio, las cuales fueron consideradas como un giño a la ultraderecha. En varios actos
aseguró que se necesitaban fronteras fuertes y que la seguridad era una de las
principales necesidades de Europa. Liberales y socialistas, que son los que respaldaron
el nombramiento de Ursula von der Leyen, han criticado la configuración de esa nueva
área porque es imposible conciliarla con el problema de los refugiados. No se puede
intentar generar una idea de valores europeos de solidaridad, mientras no se impiden
los naufragios de barcas de emigrantes en el Mediterráneo. ¿Las políticas de
emigración de Polonia o Italia, entre otros países, respetan los derechos humanos?
¿Cuál es la relación entre el modo de vida europeo y los refugiados? ¿Es posible hablar
de valores de solidaridad e igualdad cuando varios países miembros se niegan a

aceptar el reparto de emigrantes? Ambos grupos parlamentarios han pedido que la
presidenta de la Comisión compadezca en Luxemburgo para explicar su proyecto y
también han solicitado que las competencias de inmigración no se vinculen con el
nuevo departamento sobre el estilo de vida europeo.

Este conflicto no es el único problema de la nueva corporación comunitaria. El
Parlamento Europeo todavía no ha ratificado las propuestas de comisarios que ha
realizado la presidencia de la Comisión Europea. La relación de muchos de ellos con
corrupción está retrasando su nombramiento oficial y se corre el riesgo de que se
tenga que hacer una nueva propuesta. Sin esa aprobación, la Comisión no podrá iniciar
su mandato oficialmente.
Por desgracia, para la sociedad europea, el nuevo estilo de vida europeo, quizás, sea
que no hay una verdadera unión. Las instituciones, cada vez más desprestigiadas, son
observadas por los ciudadanos como ineficaces a la hora de tejer nuevas políticas
comunes e incluso de formalizar un gobierno comunitario consensuado. De esta
manera, difícilmente se podrá vencer a las ideas eurofóbicas. Como se comentó al
inicio, el principal enemigo de la UE es ella misma.

 

*Seminario de Estudios del Franquismo y la Transición

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