Espectáculos

Estelares, canciones simples pero medulares

Estelares dio un encendido concierto con un repertorio donde brilló el encanto de algunos temas y hasta hubo adelantos del nuevo disco que saldrá en julio.


Un intenso y movido concierto fue el que dio Estelares el sábado por la noche en el teatro El Círculo, surgido del repaso de las grandes canciones de la banda, aquellos cortes que atiborraron las FM y siguen siendo hoy cortinas de muchas propuestas radiales o televisivas. La banda integrada por Manuel Moretti en voz y guitarra; Pali Silvera en bajo y Víctor Bertamoni en primera guitara, y que tiene a Eduardo Minervino en teclados; Guillermo Harrington en segunda guitarra, y Javier Miranda en batería con la curiosa etiqueta de invitados permanentes, arrancó con un par de temas a puro nervio, a los que Moretti luego contextualizaría como hizo durante toda la noche con todas las canciones.
“De la Hoya”, el tema en honor al boxeador de nombre homónimo, del disco Ardimos (2003), esta vez estuvo dedicado a Mohamed Ali, el gran boxeador norteamericano muerto el viernes último. Con guitarras al palo y una bata dando sustento, el bajo tuvo un deslizamiento perfecto para estas canciones rockeras recostadas en el pop desde el artilugio climático y las letras melancólicas. “Aguijón”, un tema de los Cadillacs, fue la única versión hecha para esta presentación, ya que, como aclaró Moretti, sólo tienen unos pocos temas reversionados, aquellos “inevitables”, dijo. Con guitarra acústica en riestre, Moretti acomodó las estrofas de “Campanas”, de Sistema Nervioso Central, el cuarto disco; antes, había contado que compuso el tema cuando tomaba drogas como halopidol; aspecto descubierto a través de la letra de “La ruta se ha roto”, del segundo disco, que Moretti hizo sólo en su acústica.
Poco después, Estelares tocó un valsecito con teclados y guitarra, “Autobuses”, un tema compuesto a dúo por Moretti y Fito Páez; vuelta a una suerte de leit motiv de la noche, la canción “20 de noviembre”, de Extraño lugar, el primer disco de Estelares, remite a su experiencia mientras estaba saliendo de las adicciones, y fue una de las canciones escritas a “pura honestidad”, según mencionó, y que “no pudo dejar de contarlo en los últimos tres conciertos”, lo que fue ampliamente festejado por el público, que si bien no fue numeroso, se mostró absolutamente incondicional. En tren de adelantar que en julio entrarían a grabar un nuevo disco, Moretti anunció “Es el amor”, un tema con cierta épica pero lejos del sesgo descorazonado de la mayoría, sino más vital y esperanzado. El cantante aclaró: “Yo sé que en el rock la dicha tiene mala prensa, pero así me siento hoy”. Calidez, una comunicación directa y cómplice con su público, puso a Moretti en la más profunda consideración del público, que pidió distintos temas durante toda la noche. Como un anfitrión, Coki Debernardi fue el invitado de la banda para acompañar a Manuel en la exitosa “Ardimos”, incluida en “Estelares”, disco de 2003.
Canciones y baladas simples y seductoras es la marca en el orillo de la música de Estelares, para cantar y no menos para moverse, pero al mismo tiempo con una poesía medular que cuela perfectamente los temas. “Tanta gente”, “Arthur Rimbaud”, “Aires”, de distintas épocas y discos, son un ejemplo.

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