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Estela de Carlotto: “No tenemos que olvidar jamás lo que pasó”

Así se refirió la titular de las Abuelas de Plaza de Mayo al declarar como testigo en el juicio de la megacausa La Perla por crímenes durante la última dictadura cívico-militar.


La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, exhortó hoy a “no olvidar jamás lo que pasó” durante la última dictadura “porque el olvido promete la repetición de todo eso”, al declarar como testigo ante la Justicia Federal en Córdoba en el marco de la megacausa La Perla por crímenes de lesa humanidad.

“Estas cosas malas (que hicieron los represores) se imitan si no tienen castigo”, afirmó sobre la importancia de los juicios por delitos de lesa humanidad cometidos durante el terrorismo de Estado.

Acompañada por la titular de Abuelas en Córdoba, Sonia Torres, Carlotto recordó que los represores, en causas tramitadas en todo el país, “se han negado a declarar o, cuando lo han hecho, han dicho que no se arrepienten, que hicieron bien y que si fuera necesario, dadas las circunstancias, lo volverían hacer a hacer”.

Estas actitudes demuestran una “deshumanidad total, ya no son personas, se han deshumanizado de tal manera que se alegran de sus propios crímenes”, expresó.

“Queremos seguir luchando mientras tengamos vida y dejar el relevo para lo que falta, para que esta historia no se repita en ningún lugar el mundo”, subrayó la titular de Abuelas de Plaza de Mayo.

Carlotto declaró, en esta audiencia, en el marco de la causa que investiga la apropiación del nieto de Sonia Torres, parte de la megacausa La Perla.

La hija de Torres, Silvina Parodi y su esposo Daniel Orozco fueron secuestrados el 26 de marzo de 1976 cuando ella estaba embarazada y el bebé nació en cautiverio, según testimonios.

En este marco, Carlotto recordó que hubo un “plan sistemático” de apropiación de hijos de desaparecidos y que, durante el terrorismo de Estado, los represores “disponían de los niños como un botín de una guerra que no existía”.

En otra momento de su declaración, afirmó que hubo sectores de la iglesia que participaron “en la entrega de nuestros nietos” y vinculó con estos delitos al Movimiento Familiar Cristiano.

Sobrevivientes “nos contaban los agravios que sufrían, tanto hombres como mujeres y las chicas embarazadas, y cómo las dejaban vivir, y nosotros, inocentes, creyendo que era para que se reunieran con sus hijos, pero las dejaban vivir para que tuvieran sus hijos y después matarlas”, expresó.

En el caso de su hija Laura, recordó, “la mataron dos meses después de dar a luz a mi nietito. A ella la asesinaron en una ruta, y al nieto buscándolo 36 años y encontrándolo y eso demuestra que están, que son desaparecidos vivos”.

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