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Este martes se conoce en Netflix la dura historia de “El cuaderno de Tomy” de Carlos Sorín

El film argentino, basado en un hecho real, muestra los últimos días de una mujer enferma de cáncer que quiere dejar un diario para su pequeño hijo, con el fin de que no la olvide. Está protagonizada por Valeria Bertuccelli, Esteban Lamothe, Mauricio Dayub y Malena Pichot


Este martes llega a la plataforma audiovisual de Netflix un film argentino dirigido por Carlos Sorín que promete ser una gran y dura historia ya que trata un tema tan temido como es la muerte. Se trata de El cuaderno de Tomy, una trama inspirada en la historia real de María “Marie” Vázquez y el libro que le escribió a su hijo: El cuaderno de Nippur. “A María muchos le resaltaban su valentía, pero ella decía: «¿Qué otra cosa queda?». (Martin) Scorsese dice exactamente lo mismo y es algo que me sorprendió. Yo creo que hace falta tener mucho valor para enfrentar a la muerte”, dijo Sorín en una entrevista con Télam.

El film, que está protagonizado por Valeria Bertuccelli, Esteban Lamothe, Mauricio Dayub y Malena Pichot, revela la historia de María (Bertuccelli), quien, al enterarse de que tiene una enfermedad terminal decide enfrentarse al triste final a su manera: con emoción y el humor sarcástico que la caracteriza. Emplea buena parte de su tiempo en escribir un cuaderno para Tomy, su único hijo de 4 años, con la idea de que la imagen de su madre lo acompañe toda la vida. Además, María relata su experiencia a través de las redes sociales, con un estilo único, y su historia de vida se vuelve muy popular. En su camino, repleto de sentimientos encontrados, la acompañan su entrañable marido, Federico, y su grupo de amigas íntimas que están con ella en lo que llaman “La fiesta del final”.

El film comienza con María ingresando, en camilla, al sanatorio, mientras habla con su marido Sebastián (Lamothe). La primera escena ya da cuenta de lo que el propio Sorín quiso reflejar: “No es una biopic, es sobre un clásico del cine, que es el triunfo del amor sobre la muerte”.

La película no cae en golpes bajos, sino que trata con total naturalidad un tema que para muchos es tabú, pero que para la propia María, según lo dejó escrito en su blog, era: “Tener cáncer es como tener gripe: nada vergonzoso, sólo mil veces peor”.

“Ella tenía esa cosa socarrona -dijo el director-. Era muy atractiva en su forma de ser. Lo que tiene valor es que ella no cambió hasta el último día. Nunca se derrumbó”.

Se trata del noveno largometraje de ficción del realizador que comenzó en 1986 con La película del Rey y dirigió en 1989 al oscarizado Danny Day Lewis en Eterna sonrisa de New Jersey.

“Es una película que se basa en la actuación de todos y en especial de Valeria. Ella leyó el libro, tuvo entrevistas con algunas amigas de María y con su esposo. Fundamentalmente, tuvimos muchas entrevistas con el doctor Lucio Criado, que fue el que la atendió los últimos días”, dijo Sorín.

Sobre el trabajo que puso, junto a Bertuccelli, en el personaje, Sorín compartió que “se trató más el universo interno”. “Ella lo percibió, era la cantidad de datos externos, como lo flaca que estaba, la sonda, la morfina, hacer una graduación a lo largo de la película. Teníamos permanentes consultas con el doctor”, relató.

Los protagonistas reales de la historia: María y Nipur

 

“Leí ese libro, por una propuesta de Pampa Films, y vi una charla TED del viudo. Lo que me fascinó fue ese humor sarcástico, desfachatado, en momentos tan extremos y dramáticos. Eso me parece lo más atractivo. Y a partir de ahí tuvimos más de un año con las amigas, Sebastián y con el médico y otros médicos tratando de obtener información”, amplió el director.

Más allá de la historia, entre los diálogos se menciona la eutanasia y la muerte digna, algo que Sorín explicó: “Mi objetivo era ser fiel a lo que fue ella. Era la película de María, eso no lo podía distorsionar. Con respecto al tema de la eutanasia es un tema muy atrayente, pero yo no quería entrar en ese tema porque iba a eclipsar a María y a los seres queridos. Igual el tema está ahí, planteado”.

A su vez, el director no es el único Sorín que figura en el film también está su nieto, en el papel de Tomy: “Algún Sorín tenía que meter, ¿no? (risas) Mi nieto vivió siempre en los escenarios tanto por su padre como por su madre (Lula Bertoldi), así que estaba muy acostumbrado. A él lo presenté junto con varios más y enviamos una terna a Netflix. Por obvias razones, le cambié el apellido por el de madre y salió elegido. Fue una relación muy fácil, tuvo una muy buena relación con todos, sobre todo con Esteban y Valeria, yo intenté no intervenir”.

Respecto a la muerte, Carlos Sorín compartió que es “un tema inevitable”. “Yo tengo 76 años, no es un tema lejano ni indiferente, es un tema inevitable. No sé si me hizo replantear, pero los dos años que estuve con el guión, la presencia conceptual de la muerte era muy pesada. Como venía de trabajar dos años seguidos sobre la serie de Cromañón (se encuentra en búsqueda de financiamiento), el tema de la muerte me estaba matando, sobre todo las muertes injustas”, apuntó.

Y amplió sobre el rol de María en las redes sociales donde al comienzo de su tratamiento ella está en los primeros planos, pero en un momento el pedido de entrevistas y los requerimientos parecen agobiarla: “Ella era bloguera, trabaja mucho en redes. Yo no uso redes, así que toco de afuera, pero sé que todo lo que escribió ella fue el material para construir los textos y los diálogos. Ella fue una suerte de coguionista. Era muy inteligente e interesante”.

En tanto, sobre sus proyectos como la serie sobre Cromañón y el perito Francisco Pascasio Moreno, Sorín mencionó: “Son dos proyectos con dos productoras distintas. Supongo que el tema de la cuarentena y la imposibilidad de hacer un protocolo han frenado las negociaciones. Como fui contratado para escribir y dirigir, no participé en el negocio. Igual, recién estaba en unas primeras versiones de guión”.

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