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Radioterapia y medicina nuclear

Estatal y estratégica: reconocimiento internacional para la Comisión Nacional de Energía Atómica

El director del Organismo Internacional de Energía Atómica, el argentino Rafael Grossi (primer latinoamericano en presidirlo), visitó la CNEA y señaló que en 2024 la actividad entre ambas instituciones tendrá un ritmo más acelerado. Argentina es el único exportador de esa tecnología del sur global


El director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el argentino Rafael Grossi (primer latinoamericano en presidirlo), visitó la sede de la Comisión Nacional de Energía Atómica y señaló que en 2024 la actividad entre ambas instituciones adquirirá un ritmo más acelerado. Y volvió a destacar el rol protagónico de la Argentina en campos como la medicina nuclear y la construcción de reactores.

Grossi se reunió con la titular de CNEA, Adriana Serquis, y con los responsables de las distintas gerencias. “Daremos continuidad a una cantidad de proyectos del organismo en los cuales la
Argentina y en particular la CNEA y todas sus instituciones asociadas o dependientes tienen un papel muy importante. Naturalmente, toda el área energética y la del programa nuclear son un componente permanente de este relacionamiento, pero en adición a eso hemos dado un énfasis muy especial a todo lo que tiene que ver con la radioterapia y la medicina nuclear a través del programa Rayos de Esperanza de la OIEA”, detalló el diplomático especialista en temas de seguridad, desarme y no proliferación nuclear con fines bélicos.

“Tenemos la aspiración de que la Argentina, a través de los centros de medicina nuclear vinculados a la Comisión Nacional de Energía Atómica, se transforme en un foco regional, de modo tal de
aumentar las capacidades locales y también proyectarlas a la región”, agregó el director de la OIEA.

En el marco del Plan Nacional de Medicina Nuclear funcionan siete centros repartidos entre la Ciudad de Buenos Aires, Mendoza, Entre Ríos, San Carlos de Bariloche y Río Gallegos. Además,
se está construyendo el Centro Argentino de Protonterapia frente al Instituto Roffo, y se acaba de iniciar el proyecto para dotar al Hospital de Pediatría Juan P. Garrahan de un nuevo servicio de radioterapia y medicina nuclear.

 

Átomos para la alimentación y contra la contaminación plástica

“También existen importantes tareas que vamos a ir realizando con otros proyectos asociados, como Átomos para la Alimentación, en el cual, a través de las tecnologías de la irradiación, la CNEA tiene un papel insustituible. La Argentina, con su polo agroindustrial y productivo, tiene un gran interés en integrar la tecnología y las aplicaciones nucleares a esa actividad. Por lo tanto, el trabajo conjunto de la Comisión y del OIEA va a tener un ritmo aún más acelerado en este 2024 que se inicia”, afirmó Grossi.

La CNEA también participa en NUTEC Plastics, una iniciativa del OIEA que aborda el problema de la contaminación por plásticos a nivel mundial. En el marco de ese proyecto, Grossi visitará
la Antártida en los próximos días. “Allí vamos a dar inicio al primer programa con la Argentina en materia de identificación de microplásticos y nanoplásticos en el medio antártico. Esto es un hito histórico, porque hasta ahora el OIEA había tenido mucha actividad en el Ártico, pero jamás en la Antártida”.

 

Cambio climático y energía nuclear

 

El miércoles, Grossi visitó el rompehielos Irízar, cuyos laboratorios están siendo equipados por el OIEA. “Vamos a estar en la base Marambio y llevaremos técnicos de los laboratorios de protección del medio ambiente marino que tenemos en Mónaco, con los que estaremos dando capacitaciones”, explicó el director del organismo internacional.

En la actualidad, existe un nuevo auge de la energía nuclear a nivel internacional, porque se la considera una energía limpia y renovable. Esto es clave en un contexto en el que se busca reducir la emisión de gases de efecto invernadero para mitigar el cambio climático. “Es un momento muy especial, efectivamente”, aseguró Grossi. Y agregó: “Hace pocos días, estuvimos en la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se celebró en Dubai, y lo que se ha vivido allí es prácticamente una revolución en términos de lo nuclear y la diplomacia medioambiental. En ese foro, la palabra nuclear era una mala palabra y generaba muchas resistencias. Pero esta vez hubo un hecho histórico: el documento final de la COP dice que hay que acelerar el aporte de la energía nuclear junto con el de las energías renovables. Paralelamente a eso, tuve la oportunidad de copresidir con el presidente francés, Emmanuel Macron, el enviado presidencial especial de Estados Unidos para el Clima, John Kerry, y el Gobierno emiratí, un evento donde un número importante de países se comprometió a triplicar el aporte de la energía nuclear a sus propias capacidades”.

En ese encuentro, se anunció la realización de la primera Cumbre Mundial de Energía Nuclear, que tendrá lugar en Bruselas, Bélgica, el 21 y 22 de marzo de 2024. “En más de 70 años de utilización comercial de la energía nuclear, no ha habido jamás una cumbre de líderes mundiales sobre el tema. Esta semana tuve la satisfacción de entregarle al presidente Javier Milei la invitación mía y del primer ministro belga, Alexander De Croo, para que asista a esa cumbre”, contó el director del OIEA.

 

Argentina, única exportadora de tecnología nuclear del sur global

Grossi resaltó las oportunidades que tiene la Argentina en medio de la revalorización de la energía nuclear y sus aplicaciones. “Tiene un papel realmente muy claro para jugar en cuanto a la aportación de la energía nuclear para la economía nacional y, también, en un marco regional e internacional. Porque es uno de los pocos países exportadores de tecnología nuclear y dentro del hemisferio sur, el único”, dijo. Por eso, recomendó “seguir trabajando con mucha dedicación”.

En este sentido, destacó la trascendencia de los proyectos emblemáticos de la CNEA, entre ellos el RA-10, un reactor multipropósito de producción e radioisótopos e investigación, y el CAREM, un reactor modular pequeño diseñado y fabricado íntegramente en la Argentina. “Estoy seguro de que va a haber un lugar muy importante para estos proyectos argentinos”,
concluyó.

 

Diplomático de carrera, clave en el hallazgo del ARA San Juan

Grossi se graduó en Ciencia Política en la Universidad Católica Argentina en 1983, ingresando al servicio exterior en 1985 tras egresar con medalla de plata en el Instituto del Servicio Exterior de la Nación (ISEN). En 1991, realizó una maestría en relaciones internacionales en el Instituto Universitario de Altos Estudios Internacionales de la Universidad de Ginebra, Suiza, y luego un doctorado en historia y política internacional en la misma casa de estudios.

Su inicio en el campo nuclear fue a partir de una formación llevado a cabo por el ISEN en INVAP, la empresa de alta tecnología especializada en la industria nuclear con sede en Bariloche. Como experto en temas de seguridad, desarme y no proliferación nuclear, representó a la Argentina en todos los foros referidos a esos temas.

El 2 de agosto de 2019, la Cancillería argentina lo presentó como candidato para ocupar el cargo de Director General de OIEA. Tras una primera votación en la que ningún candidato obtuvo los dos tercios de los sufragios necesarios para ser electo, Grossi obtuvo 24 de los 23 votos necesarios, convirtiéndose en el primer latinoamericano en dirigir la Organización.​

En noviembre de 2017, tras la desaparición del submarino ARA San Juan (S-42), Grossi tuvo la idea de revisar registros de la red de hidrófonos de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBTO), como una alternativa para la obtención de pistas sobre lo sucedido. Así, se contactó con Lassina Zerbo, director ejecutivo del CTBTO, y logró convencerlo de que se haga dicha revisión. Sus esfuerzos dieron fruto: el organismo posteriormente informó sobre “un evento impulsivo submarino” ocurrido cerca de la última posición conocida del submarino, captado por dos estaciones hidroacústicas (Isla Ascensión HA10 e islas Crouzet HA4) instaladas en el fondo marino.

 

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