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Estar bien y no tener razón

Por Rodrigo Joaquín del Pino.- Si consigues liberar tu mente de las exigencias que te colocas para estar bien descubrirás que no las necesitas. Son todas propuestas del ego que nacen de un temor y una inseguridad ficticios.

Cuando nos sentimos angustiados, incómodos, deprimidos, confundidos, preocupados o solos es porque el ego encontró una “buena” razón para sufrir en “paz”. Hay una interpretación errónea en tu mente, un pensamiento de escasez, una creencia de no merecimiento vivenciándose, un juicio, una razón.

Entre tú y tu felicidad perfecta se interpone una historia, la que te estás contando ahora. No existe el sufrimiento sin esa historia. No tomaría realidad en tu mente sin tu esfuerzo de arrastrar ese pasado hasta este momento santo de paz. Ese drama interrumpe tu comunión natural contigo y con el Universo. Quizá no te sea fácil darte cuenta de que todo momento está cargado de paz, y que esa paz es asequible gratuitamente. Buscas el reconocimiento de la sociedad, la aceptación de tus familiares, el amor de tu pareja, tu dinero, tu salud, tus hijos. Estás feliz cuando está todo armado. Estás feliz cuando te exiges a fondo. Y es debido a que siempre te diste razones para estar feliz o estar bien, que ahora te encuentras perdido y te cuesta sentir. Te sigues buscando dentro de una historia que nunca parece lucir como pensaste, y que al final termina.

Fabricas así la noción de carrera como idea de Vida y desarrollas en tu fuero interno la percepción y la sensación profunda de supervivencia en el mundo. Esto fue un error que te sirve para reconocer aún más tu verdadera naturaleza de amor incondicional, libertad y descanso enla Verdad.¿Cómo podrías decir algún día quela Vidaes perfecta si tratas de arreglarla por imperfecta?

En verdad, serías feliz sin razón aparente, o por la única razón de entender al Amor, algo considerado locura en el mundo de los dormidos egos absortos en el sueño de la forma. Pero como la existencia de los cuerpos pertenece al ámbito de la dualidad, al haber dependido de ella exclusivamente, también has encontrado razones “indiscutibles” para estar mal: muerte, enfermedad, vejez y abandono corporal. Pero si sueltas lo inevitable y aprendes a no exigirte más razones inventadas para ser feliz te liberarás de inmediato de las razones por las cuales temes estar mal.

Si liberas tu mente de las exigencias que te colocas para estar bien, descubrirás que no las necesitas. Son todas propuestas del ego que nacen de un temor y una inseguridad ficticios, y de la sensación de supervivencia, que sólo está asociada a la noción falsa de ser un cuerpo mortal. Al no defenderte en toda y cualquier situación, descubrirás tu inmortalidad. Al no creer en la ilusión, evitas hacerla real, y encuentras tu mayor poder. Apenas comprendas quién eres despertarás, te verás en un paraíso perfecto de amor, y te darás cuenta de que dormido estabas soñando este mundo. En el silencio, en la quietud y en tu comunión constante con el Amor, en la pureza de tus propios pensamientos y en tu visión perfecta de los demás, debes encontrar la felicidad. Y si no la encuentras allí, en el núcleo dela Vida, nada en este mundo te saciará.

El ego no nace de una circunstancia o contenido específico que podemos señalar en el tiempo y el espacio, sino de la estructura ancestral de conflicto enraizada en la mente. El ego siempre encuentra razones para sentirse incómodo y por lo tanto se proyecta a través del cumplimiento de deseos con el anhelo de ser salvado en el futuro. A esto le llama vida. El ego está cansado pero no lo admite. Este futuro nunca se alcanza porque no se le ha dado salida aún a la estructura de conflicto que está muy arraigada en la mente subconsciente. Si tú no te demuestras a ti mismo que eres feliz debido a que ya lo tienes todo, no habrá manera en que la concreción de tus deseos pueda aliviarte. Y como el mañana es un ahora futuro, si no eres feliz ahora no lo serás nunca. No busques más razones para ser feliz y serás feliz, porque te habrás encontrado, aceptado y respetado.

Cuando nos reunimos con otras personas podemos sentir la necesidad de ser de nuestro ego a través de las ganas de tener razón en cuestión de opiniones o puntos de vista. Podemos pasar muchas horas hablando-luchando y quedar luego pegados mentalmente a alguna razón que nos llevará a buscar la revancha en el futuro. Poder observar éste y otros procesos del ego nos permite liberarlos, perdonarlos y tomar decisiones sabias.

El ego es adicto al especialismo (sentirse diferente, hacer únicos a algunos pocos) y a controlar un mundo de juguete para darse crédito. Prefiero estar bien que tener razones; es una idea y una afirmación poderosa, que comprendida y practicada regularmente, ayuda a deshacer el anclaje del ego de creerse feliz por algo específico y no por todo. Te ayuda a soltar, en los momentos apropiados, las razones que sostienes para sufrir, pero que ya no quieres. Es una manera más de entregar al Amor tus ilusiones y agradecer la ternura e inocencia que eres. Porque cuando te entregas con confianza el Amor te regala su abrazo.

Prefiero estar bien, que aparentar ser amoroso y bueno.

Prefiero estar bien, que buscar lucir inteligente.

Prefiero estar bien, que ostentar belleza y atractivo.

Prefiero estar bien, que sentirme caritativo y dador.

Prefiero estar bien, que buscar ser especial.

Prefiero sentir la vida, que elucubrar para definirla.

Prefiero estar bien, que intentar entender el porque “me abandonó”.

Prefiero estar bien, que “ganar la discusión”.

Prefiero estar bien, que buscar que me acepten.

Prefiero estar bien, que escuchar mis vergüenzas internas.

Prefiero estar bien, que añorar ser un maestro.

Prefiero estar bien, que intentar ser un salvador.

Prefiero estar bien, que andar preocupado por dinero.

Prefiero estar bien, a sentirme turbado por lo que piensan de mí.

Prefiero estar bien, que obsesionarme con lo que hace mi pareja.

Prefiero estar bien, que correr detrás de alivios pasajeros.

Prefiero estar bien, que tildarme bueno por cuidar “a otro”.

Prefiero estar bien, que esperar ser reconocido.

Prefiero estar bien, que intentar modificar a otro.

Prefiero estar bien, que sentirme culpable si me va bien.

Prefiero estar bien, a creerme mejor que los demás.

Prefiero estar bien, que parecer feliz y exitoso.

Prefiero estar bien, que juzgarme por mi pasado.

Prefiero estar bien…

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