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Estalló la bronca

El Canalla sumó la segunda derrota seguida en el Clausura. Final con repudio. “Hay que ser fuertes” Política sin mística

zelayaaa

Guillermo Ferretti

Dos partidos jugados, dos perdidos. El arranque de este Central en el Clausura no podía haber sido más preocupante. Ayer mostró su peor cara ante Tigre. Tuvo una floja presentación y terminó perdiendo frente a un tibio e inexpresivo rival, que casi no hizo méritos para quedarse con los tres puntos.

Fue tan pobre la producción colectiva que el pitazo final de Loustau generó la espontánea reacción de los hinchas locales contra la dirigencia, a la que se le reclamó, entre otras cosas, por los jugadores que se fueron y por lo refuerzos que no llegaron.

Es que hasta acá este Central es apenas una mueca del que sumó 31 puntos en el Apertura. Tal vez afectado por el mal de ausencias, el funcionamiento colectivo se resintió. Pero tanto desde lo físico como en lo futbolístico, el equipo está a una enrome distancia del que era hueso duro de roer para cualquier rival en el campeonato pasado.

El Canalla no pudo desordenar jamás a un Tigre que sólo se dedicó a obstruir y a marcar. El empate era un negocio que le cerraba al equipo de Caruso Lombardi. Y lo demostró desde el minuto inicial.

Y Central colaboró para que la visita no tuviera demasiados problemas. Se repitió en pelotazos frontales. Tampoco hubo sorpresa desde el medio, ni cambio de ritmo en tres cuartos, ni presencia en ataque. Así, entre la falta de ideas y el orden defensivo de Tigre, el primer tiempo transcurrió sin sobresaltos para los arqueros.

Para el complemento, Central salió a jugar con más decisión. Pero con eso tampoco le alcanzó. Para colmo, a los 14 apareció Luna para meter un cabezazo de gol y hundir aún más a un equipo confundido.

Aturdido por la desventaja, se agudizaron los problemas de gestación. Los ingresos de Caraglio y Ocampo no modificaron nada. Un tiro en el palo de De León fue la única carta que mostró Central para exigir el empate. Demasiado poco ante un rival limitado.

El Canalla volvió a perder y su pueblo sintió el golpe. Los reclamos hacia los directivos no sólo tienen que ver con la decepcionante tarea del equipo. Ese fue el disparador. Las quejas de la gente marcan la disconformidad por la política futbolística adoptada para afrontar este torneo. Por primera vez en mucho tiempo, el hincha manifestó su preocupación por un futuro que asoma muy complicado. La tabla de los promedios indica que el margen de error se redujo. Y algunos no parecen haberse dado cuenta que está en juego la permanencia en primera división.

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