Policiales

Cuento del tío

Estafaron a una docente rosarina que quedó endeudada con un monto millonario

La mujer tuvo un inconveniente con su cuenta bancaria e ingresó su número telefónico a un sitio web en busca de ayuda. Le respondieron con un llamado a los pocos minutos sin que notara que era un engaño. Así consiguieron sus datos, sacaron un crédito a su nombre y lo transfirieron a otras cuentas


Una docente rosarina de 51 años fue víctima de una estafa virtual por casi medio millón de pesos luego de brindar datos de su cuenta bancaria de forma telefónica a una persona que se hizo pasar por un empleado del Nuevo Banco de Santa Fe y quien, apenas cortó la comunicación, utilizó esa información para sacar un crédito a su nombre y transferirlo a otras cuentas. La mujer radicó la denuncia el mismo día de la estafa, el 10 de noviembre pasado, luego de advertir que podía haber sido engañada. Y pese a que bloqueó su home banking poco después, fue tarde porque la operación ya estaba hecha. Ahora espera que la Fiscalía tome cartas en el asunto ya que el crédito fue de 400 mil pesos y tendrá que abonar con intereses una cifra millonaria: 1.200.000 pesos en 36 cuotas

En diálogo con El Ciudadano, el abogado que patrocina a la docente en la denuncia penal, Roque Bustos Fernández, resaltó el poder de convicción de los estafadores que lograron engañar a una profesora instruida.

Según contó, la mujer tenía problemas con su home banking por lo que ingresó a la página web del Nuevo Banco de Santa Fe en busca de ayuda. Como no lo pudo resolver de esa manera intentó comunicarse por teléfono, pero tampoco consiguió que la atendieran. Entonces, siempre de acuerdo con su relato, accedió a un link de la página del banco que le daba la opción de conectarse por Instagram y allí dejó registrado su celular.

Por eso, cuando sonó su teléfono minutos después y una voz masculina le dijo que llamaba del banco para resolver su problema técnico, no sospechó.

Según contó el abogado Bustos Fernández, la persona que llamó a la maestra le dio instrucciones telefónicas para realizar un cambio de clave y, para ello, le ofreció ayudarla a través del celular dándole indicaciones mientras realizaba la gestión en un cajero automático.

La mandaron a la sucursal de calle Santa Fe y San Martín y le pidieron que por favor no corte la llamada. Como ella vive a una cuadra de allí hizo lo que le pidieron”, dijo el abogado. Así que la mujer, mientras blanqueaba su clave le brindó el nuevo código que le dio el cajero automático al presunto empleado y se volvió a su casa contenta.

Un rato después, otro llamado del banco la puso en alerta. Es que esta vez era un empleado real y al escuchar lo que la docente le contó, que ya le habían resuelto el problema y los detalles de la llamada anterior, le aseguró que nunca le pueden pedir del banco los datos de su clave y que lo más probable era que la hayan estafado.

Fue entonces que nuevamente la docente quiso ingresar a su home banking y no lo logró. Y así, al bloquear la cuenta para evitar que le roben, supo que con su código habían sacado un crédito de más de 400 mil pesos a su nombre, y ya habían transferido a otras cuentas cerca de 300 mil.

El resto no pudieron porque la docente logró bloquear las operaciones antes que le vaciaran la cuenta. Aunque ya era tarde. Según su abogado, con intereses la mujer deberá pagar una cifra millonaria: 1.200.000 pesos en 36 cuotas.

La denuncia la radicó en la seccional 2ª y ahora espera que un fiscal de la Unidad de Delitos Económicos tome cartas en el asunto.

“Encima le siguen llegando mail agradeciéndole el crédito que sacó y pidiéndole que conteste encuestas sobre la gestión del préstamo”, lamentó el letrado.

Viejo ardid

El mes pasado, ocho personas fueron detenidas y acusadas de formar una asociación ilícita que realizaba estafas virtuales y que en los últimos tres años logró engañar a más de 20 personas. Aunque no se sabe si los acusados tienen vinculación con el caso de la docente rosarina, la modalidad de las estafas en varios de los hechos que les endilgaron era similar.

Los integrantes de la banda, mixta entre rosarinos y cordobeses, se hacían pasar por abogados de la Ansés para conseguir datos bancarios de sus víctimas, en general personas mayores, y una vez que las convencían de que las estaban ayudando, las guiaban para que cambiaran sus claves de seguridad y así poder sacar créditos a su nombre y luego transferirlos a otras cuentas bancarias.

Esa mecánica fue detallada por la Fiscalía durante la audiencia imputativa, donde se dictó la prisión preventiva de seis de los ocho acusados. Tres convictos detenidos en un penal de Córdoba fueron señalados como los jefes de la banda. Las madres de dos de ellos, una esposa, un hermano y una cuñada completan la asociación ilícita investigada por el fiscal de Mariano Ríos Artacho, de la Unidad de Investigación y Juicio.

 

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