Sociedad

Otra pandemia

Estados Unidos: Bayer pagó 11 mil millones de dólares por daño a la salud causado por el glifosato

El gigante alemán deberá pagar por el pesticida que desarrolló Monsanto, la empresa estadounidense que compró en 2018. El herbicida, asociado a la siembra directa de soja transgénica junto con fertilizantes es uno de los agrotóxicos más utilizados en la Argentina, hasta en zonas urbanas y banquinas


Enrique de la Calle

Agencia Paco Urondo

El gigante alemán Bayer decidió terminar con un acuerdo judicial una demanda colectiva que incluyó a más 100 mil personas en Estados Unidos. Aceptó pagar 11 mil millones de dólares: 9 mil serán destinados para afectados actuales, y 2 mil millones más a posibles enfermos. La denuncia sostiene que el glifosato, creado por Monsanto e incluido en el herbicida RoundUp, produce cáncer.

El glifosato es un potente pesticida que fue desarrollado en los años 70 por Monsanto, empresa que fue absorbida por Bayer en 2018 (fue un acuerdo por 80 mil millones de dólares). Acumula demandas en muchos países por su posible impacto sobre la salud.

Bayer decidió pagar antes de que los casos progresaran en los tribunales norteamericanos. Ocurre que un organismo de la Organización Mundial de la Salud que se dedica a investigar sobre el cáncer (se trata de la Agencia Internacional de Investigación contra el Cáncer) aseguró en 2015 que la exposición constante al glifosato era “probablemente cancerígena”.

La causa debería renovar los debates sobre el glifosato en el país, donde es el plaguicida de mayor uso. Según la Agencia Paco Urondo, en 2017 se emplearon en Argentina 3,8 millones de toneladas de agrotóxicos. La Argentina lidera el ranking mundial de litros por habitantes.

Actualmente la regulación en la Argentina es muy laxa sobre los agrotóxicos en general y sobre el glifosato en particular. Sobre este último producto, el propio Senasa, nada menos que el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria, lo define como “inocuo”, a pesar de lo resuelto por la OMS, un organismo dependiente de Naciones Unidas. Además, en el país no existe una legislación nacional que regule su uso, sino que son las provincias las que lo hacen a través de normativas locales, que, salvo excepciones, son muy permisivas para las fumigaciones, que a veces ocurren a metros de casas o escuelas. No es una exageración: vecinos de Entre Ríos se reunieron bajo la campaña “Paren de fumigar a las escuelas”, que terminó con condenas en la Justicia. Y en Santa Fe funciona el colectivo Paren de fumigarnos, cada vez con más integrantes a lo largo y a lo ancho de la provincia.

 

De Estados Unidos a Córdoba

En Canals, una pequeño pueblo ubicado en la provincia mediterránea, la organización Vecinos Autoconvocados viene trabajando desde hace años para concientizar sobre los efectos de las fumigaciones sobre la salud local. El pueblo tiene menos de 9 mil habitantes. Según constataron, entre 2017 y 2018, el 50% de los fallecimientos en la zona fueron por algún tipo de cáncer, cuando esa causa no llega al 18% en todo el país. ¿Llegó el momento de debatir en serio sobre el glifosato?

Comentarios