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Al debate

Estacionar en el centro, el gran tema pendiente del Concejo

Ediles suspendieron la aplicación de la ordenanza para las playas privadas de superficie. Y deben tratar las subterráneas.


Luego de varias idas, vueltas y numerosos proyectos presentados, el debate de las cocheras, tanto subterráneas como en superficie, fue bajando escalones durante las últimos sesiones del año pasado en el Concejo Municipal, soslayado por temas clave como el aumento del boleto y la aprobación del Presupuesto 2015, con la adecuación de la TGI. Ahora, cuando el Cuerpo Legislativo está a punto de tener, este jueves, la primera sesión del año, ediles de distintas bancadas buscan avanzar en una reglamentación que aporte soluciones a la problemática del estacionamiento en el radio céntrico.

Caracterizado principalmente por el exceso de demanda y por la ampliación de cuadras en las que quedó prohibido dejar el auto, el tema sería tratado en el recinto en el corto plazo. En este sentido, hay dos posturas que se imponen con mayor fuerza: mientras un sector, con el apoyo del Ejecutivo local, solicita la concreción del proyecto de las cocheras subterráneas –se aprobaron seis localizaciones posibles y en octubre el Ejecutivo envió los pliegos para las dos primeras, en la ex estación Rosario Central y en la Plaza del Foro– el otro pide avanzar en un sistema de movilidad sustentable y con generación de cocheras en altura, con menor impacto ecológico.

“Es importante saber qué hacer con las cocheras en el centro porque, así como sucede con los taxis, no es un emprendimiento netamente privado sino un servicio público impropio, lo que significa que el Estado delega en particulares algo que considera importante para la ciudad. A partir de errores urbanísticos, como dejar construir edificios sin cocheras o no fomentar el transporte público, tenemos enormes cantidades de autos particulares ingresando al microcentro, una altísima demanda de lugares para estacionar y una bajísima oferta”, analizó el concejal del PRO, Roy López Molina.

El edil macrista presentó a mediados del año pasado un proyecto, posteriormente aprobado, que obligaba a todas las cocheras con menos de 40 plazas a realizar obras de ampliación, por considerar que éstas, que por lo general cuentan con una precaria mediasombra que hace de protección, perjudicaban la actividad de aquellos espacios cuyos dueños invierten fuertemente en infraestructura y realizan mantenimiento con regularidad. En caso de no adecuarse, la habilitación de estos lugares no iba a ser renovada, obligándolos a cerrar.

Un punto de vista antagónico es sostenido por Roberto Sukerman, edil del Frente para la Victoria, quien formuló otra iniciativa que suspendió momentáneamente la aplicación de la ya aprobada: la argumentación es que parece “absolutamente contradictorio” avanzar en la prohibición del estacionamiento en el área central y, por el otro, eliminar las pequeñas cocheras. “Ese negocio está dentro de las leyes del mercado: si mañana abren otras cocheras más grandes y todos los autos van para esos lugares, obviamente van a tener que cerrar. Ahora, si siguen generando rentabilidad y siguen siendo ocupadas, ¿por qué el Estado las va a obligar a cerrar?”, analizó.

Para el precandidato a intendente resulta “totalmente absurdo” avanzar en una ordenanza de estas características ya que “hay múltiples ejemplos de pequeñas cocheras que son irremplazables” por estar ubicadas en zonas donde, sea por la prohibición de estacionamiento en la vía pública o por carriles exclusivos, no se puede dejar el automóvil.

Asimismo, criticó que ese proyecto aprobado no contemplaba los casos de los empresarios que alquilaban: “Hay que pensar en las personas que se quedan sin trabajo sin ninguna justificación porque muchas de esas pequeñas cocheras son explotadas por locatarios. Entonces, si el dueño no quiere realizar reformas, ¿cómo se van a readecuar a la ordenanza?”

Respecto a esta última cuestión, López Molina explicó que si bien “una ordenanza no puede ir en contra del Código Civil”, la mayoría de los cuestionamientos que realizaron distintos sectores –los estacioneros pidieron directamente su derogación– podrían resolverse con la reglamentación de la norma de su autoría. Y detalló que el propósito es que paulatinamente –la norma tiene aplicación no inmediata sino que plantea la readecuación antes de 2019– se elimine la posibilidad de que en el área central (avenida Pellegrini, bulevar Oroño y el río) haya playas de estacionamiento sin techo”.

“Esto es porque aquel que demuele una casa y especula con la construcción de un edificio puede habilitar un lugar para 10 ó 15 autos y competir deslealmente con el resto”, explica López Molina. La competencia desleal la explica en que “no posee el mismo gasto en mantenimiento”, que un empresario del rubro que invierte para mantenerse en la actividad.

Proyectos para ver qué hacer con el auto

El concejal del PRO se prestó al diálogo para debatir, simultáneamente, la readecuación de las cocheras, la prohibición de estacionamiento en el centro y el proyecto de las cocheras subterráneas. “Lo que estamos apuntando con estas normativas es a ampliar la cantidad de plazas. Necesitamos dar un poco de certidumbre: que en Rosario se hayan empezado a debatir las cocheras subterráneas en 2008 y que recién ahora estén llegando los primeros pliegos no es un gesto de madurez”, disparó.

Luego de un extenso debate en el Palacio Vasallo sobre los posibles lugares en los que podrían desarrollarse los proyectos bajo tierra, la Secretaría de Planeamiento municipal envió en octubre pasado los pliegos para los dos emplazamientos con mayor consenso: la plaza del Foro (frente a Tribunales) y la ex estación Rosario Central (detrás del distrito Centro), dejando para una segunda etapa al Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias de Rosario (Cemar, de San Luis y Moreno), el parque Sunchales (Oroño y avenida de la Costa), Corrientes y Pellegrini y la plaza Libertad (Mitre y Pasco).

Esta iniciativa promovida por el Ejecutivo local como una solución al problema del tránsito en el centro de la ciudad no es vista con el mismo entusiasmo por todos los sectores.

“Nunca hay que ver las cocheras subterráneas como una prioridad. Es un espectacular negocio para pocos, para inversores que seguramente no son de la ciudad. Yo prefiero que haya inversiones locales y que se generen cocheras en altura en lugares estratégicos”, señaló Sukerman.

El ex jefe de Ansés Rosario dijo estar convencido que tanto el discurso como los proyectos presentados por el PRO alimentan las ambiciones de la gestión municipal.

“Eliminar las pequeñas cocheras justifica más las cocheras subterráneas. Es casi un traje a medida. Las cocheras en altura son económicamente más convenientes, más tentadoras para inversionistas y tienen un impacto ambiental menor”, agregó al tiempo que pidió “rediscutir todo el esquema de movilidad de la ciudad” ya que los principales problemas son consecuencia de una deficiente planificación urbana que “se fue de las manos por dejar construir edificios sin cocheras y por generar una ciudad en la que el transporte público es la última opción para movilizarse”.

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