Policiales

Abuso de armas

Estaba preso por correr picadas y ahora lo acusan de balear un gimnasio horas antes de su detención

Se trata de un joven de 21 años apresado en noviembre junto a un adolescente, ambos acusados de conducir un auto robado donde hallaron pistolas y chalecos antibalas. Ahora le agravaron la imputación porque esa misma noche fue acribillado el frente de un lugar de entrenamiento de box

Valeria Haurigot, fiscal del caso.

La situación de un joven que hace cuatro meses fue detenido por hacer maniobras bruscas con un auto e intentar huir de la Policía unas diez cuadras, se complicó este jueves con una nueva acusación por un abuso de armas perpetrado horas antes de su detención: le achacaron haber sido quien disparó varias veces contra la fachada de un gimnasio de boxeo de zona sur desde un Volkswagen Suran, secuencia que quedó registrada en cámaras de seguridad. El mismo modelo y color de vehículo y la cercanía horaria entre ambos hechos agravaron su imputación.

Durante una audiencia celebrada este jueves donde se debía revisar la prisión preventiva de Brandon Ezequiel S., de 21 años, la fiscal Valeria Haurigot lo acusó de un nuevo hecho, una balacera registrada minutos antes de las 22 del domingo 22 de noviembre contra el frente del gimnasio Alanis Boxin Gym, en Rueda al 2500.

En términos judiciales, entre los delitos que le habían endilgado en noviembre por correr una picada y los nuevos, el joven quedó imputado de intimidación pública agravada por el uso de arma de fuego, portación ilegítima de arma de fuego, resistencia a la autoridad, alteración de un objeto registrado de acuerdo con la ley y encubrimiento agravado.

El juez Alejandro Negroni admitió la nueva calificación legal y lo dejó preso por el plazo de ley.

El muchacho había sido detenido junto a un adolescente en la madrugada del lunes 23 de noviembre pasado, algunas horas después de la balacera contra el frente del gimnasio.

Según la versión policial, las detenciones se produjeron porque a los agentes les llamó la atención las maniobras bruscas que realizaba el conductor de un Volkswagen Suran e intentó detener su marcha para identificar a los ocupantes, lo que dio inicio a una persecución vehicular que se prolongó casi diez cuadras.

En el auto, siempre de acuerdo a la versión de los uniformados, iba el acusado y un menor de edad. Ambos detuvieron la marcha en Benito Juárez al 2000 y continuaron la huida a pie pero fueron apresados.

Los policías dijeron que encontraron una mochila que habían “descartado” los ocupantes a metros del auto y que en su interior había dos chapas patente, una pistola calibre 9 milímetros y dos cajas de balas.

En relación al Volkswagen Suran que conducían, se comprobó que la chapa patente que llevaba no coincidía con las dos obleas de verificación técnica que el rodado contaba pegada a su parabrisas. Luego se supo que el auto había sido denunciado como robado algunos días antes, el 5 de noviembre.

Por último, los uniformados reportaron que dentro del vehículo había otra pistola 9 milímetros y dos chalecos antibalas con inscripciones policiales.

El adolescente y una pista falsa

Al momento de la detención de ambos jóvenes, voceros del caso dijeron que el menor, de 16 años, estaba vinculado al asesinato de Sebastián “Oso” Cejas perpetrado en la puerta del hospital Español en un presunto hecho de robo. No obstante, fuentes judiciales desmintieron esa información y aclararon que el juez de Menores que quedó a cargo de la investigación contra el adolescente no lo acusó por ese delito porque no encontró elementos incriminatorios que lo vincularan al homicidio.

De esa manera, el juez Estanislao Surraco, quien actuó en reemplazo de su par Alejandro Cardinale, lo indagó y lo dejó detenido por el delito de portación de arma de fuego.

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