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Estreno teatro

“Esta obra es una queja profunda contra la estupidez”

La dramaturga y directora Romina Mazzadi Arro habla de “Esta máquina no era dios”, su nuevo trabajo al frente de Hijos de Roche, grupo que está cumpliendo veinte años, y en el que actúan Elisabet Cunsolo y Paula García Jurado


“Del otro lado de la reja está la realidad. De este lado de la reja también está la realidad. Lo único irreal es la reja”, escribió Paco Urondo a modo de poema desesperado estando detenido en la Cárcel de Villa Devoto, en abril de 1973. Esa frase, que pertenece en “La verdad es la única realidad” aparece de manera reveladora entre los materiales que la dramaturga, directora, gestora cultural y docente teatral local Romina Mazzadi Arro utilizó como búsqueda de sentido de su nuevo material, la obra teatral Esta máquina no era dios, que luego de una función para prensa e invitados del fin de semana anterior dará a conocer este sábado en Espacio Bravo nuevamente al frente de Hijos de Roche, grupo emblemático de la escena local que además está cumpliendo veinte años desde el estreno de Como si no pasara nada, su espectáculo fundacional, en 1999.

“Esta es una obra que tiene mucho humor y es de esta época, porque tiene un contenido político enorme, con un mensaje muy directo, que va a la yugular, con dos personajes: una ministra y su contadora”, expresó la directora acerca del trabajo que en escena tiene a las talentosas Elisabet Cunsolo y Paula García Jurado, quienes completan Hijos de Roche y junto con Mazzadi Arro llevan adelante la gestión del nuevo Espacio Bravo, ahora en su propiedad definitiva, adquirida e inaugurada el año pasado en Catamarca al 3600.

“Si yo tuviera que traducir la frase que da título a la obra, «esta máquina no era dios», diría que este sistema no ha funcionado: el material muestra al sistema como una especie de monstruo burocrático que te va comiendo como nos está comiendo a todos, y lo hace desde el cuerpo de estas dos funcionarias o servidoras públicas que dejan bastante que desear”, detalló la directora. Y profundizó: “Buscamos que el público se sienta increpado; de hecho es el público el que de algún modo termina protagonizando la escena, buscando ponerlo en jaque porque se trata de una obra que tiene mucho humor político, porque además yo creo que uno produce en relación con la época en que vive y el malestar tremendo que tenemos y compartimos en estos últimos años nos disparó este trabajo, que salió muy rápido y es muy directo. Y más allá de que es atemporal, son personajes muy reconocibles”.

De regreso al absurdo

El teatro del absurdo, que surge precisamente como una respuesta política del arte frente a lo inexplicable del mundo en tiempos de guerras, plantea desde el existencialismo una serie de cuestionamientos a la sociedad de su tiempo, por lo general a través del humor y el disparate.

“Que lo intente, que se rebele, que grite, que muerda y vocifere. Que salga del sinsentido mientras es puesto frente a él de manera continua. Que se levante de la silla y cambie el mundo”, escribió Mazzadi Arro acerca de un material que busca, precisamente, dialogar con el presente y donde retoma una estética fundacional en Hijos de Roche como es el absurdo, del que se había corrido un poco en sus últimas producciones singularizadas a partir de otras poéticas.

“Hay una especie de vuelta al absurdo por esta cosa repetitiva; de hecho me sorprendió, porque cuando terminé de escribir la obra noté esta fuerte presencia del absurdo como pasaba con el grupo hace veinte años, y que además era un lugar del que me había corrido. También creo que vuelve por algo, porque todo se volvió bastante absurdo en este país, por eso sentimos que esta obra es una reflexión y una crítica profunda a lo que nosotras creemos que es un sistema que va en contra de la gente, porque no le encontramos ni la vuelta ni el sentido; de todos modos, en el final, miramos al futuro con cierta esperanza, con una propuesta hacia nosotros mismos como pueblo y como público de redoblar la apuesta, de mantener la esperanza, la calma, y de tirar para adelante. A diferencia de otras obras, y sin ironías, acá sí aparece una luz al final del túnel”, dijo la directora que vuelve a escena con la inolvidable dupla de Baby Jane, dos de las actrices más destacadas de la escena local.

“Más allá de los cuestionamientos acerca de dónde salieron estas dos mujeres, lo cierto es que salieron de la realidad, aparecieron en dos tardes escribiendo, por eso entra Urondo con tanta fiereza porque fue un gran observador de la realidad, donde lo político y la cuestión burocrática aparecen mezclados, y ése es el trato que tenemos todas las personas cuando tenemos que enfrentar este tipo de situaciones, que siempre son millones y con las que nos cruzamos todos los días”, evaluó. Y completó: “Es también la estupidez del sistema que crece sin parar, teniendo que enfrentar situaciones tan absurdas que no se pueden narrar, particularmente vinculadas a la falta de comunicación. Porque además suponemos que el sistema está creado y puesto al servicio de la gente y lo cierto es que la gente no entiende al sistema y viceversa; en definitiva, esta obra es una queja profunda contra la estupidez. De hecho, se podría haber llamado perfectamente La Estupidez, pero ya existe y la escribió Rafael Spregelburd”.

Discurso de posverdad

En un tiempo donde la mentira es la verdad, a partir de que lo que muchos llaman “posverdad”, que se instaló fuertemente en el imaginario colectivo con aseveraciones que van desde “cómo no va a ser verdad si lo vi en televisión” o “es verdad, lo dijo un funcionario del gobierno”, la continuidad del poema de Urondo sigue potenciando el sentido del nuevo trabajo de Hijos de Roche. “La libertad es real aunque no se sabe bien si pertenece al mundo de los vivos, al mundo de los muertos, al mundo de las fantasías o al mundo de la vigilia, al de la explotación o de la producción”, escribió el autor de Adolecer.

“Estas dos mujeres están instaladas en una posverdad continua y lo que hacen todo el tiempo es declararla y ponerla en evidencia frente a la gente como aceptando el sinsentido; pero es algo inherente a esta modernidad tremenda y globalizada que está coptada por un sinsentido frente al que no reaccionamos y la idea es que finalmente reaccionemos un poco”, explicó la también directora de Insoportable, el término de un largo día o Se finí.

Y concluyó: “De algún modo sostenemos con esta obra una especie de respuesta porque tiene algo contestatario; si seguimos inmóviles y sin capacidad de reacción esta oruga nos va a seguir comiendo eternamente, y más allá de que es un tema complejo, hay mucho humor que siempre lo asocio a la fuerza y a la esperanza, con un poder de crítica que incluso va siempre más profundo”.

Un teatro por mujeres

La producción de Hijos de Roche está marcada por grandes hitos que en estas dos décadas tuvieron como protagonistas a grandes actrices además de la producción dramaturgia, la docencia y la dirección de Mazzadi Arro.

“Por cuestiones personales, me tocó nacer a la orilla de muchas cuestiones, y no lo digo sólo por ser mujer”, expresó la directora. Y cerró: “Me costó ser incluida en muchas cosas en mi vida, por eso que esta revolución de las mujeres es algo que viene conmigo desde siempre y era algo que se tenía que visibilizar, que tenía que pasar: llevamos muchos siglos siendo sojuzgadas, por eso esto no va a ser ni fácil ni rápido. Si lo pensamos en tiempos históricos, no hace nada que las mujeres no votábamos. No había otro camino en este presente más que el de levantar la voz de las mujeres con todo el precio que eso está costando, porque más levantamos la voz, más dura es la patada, más allá de que para mí como para muchos y muchas sea algo tan evidente que mujeres y hombres somos iguales”.

Para agendar 

Esta máquina no era dios se presentará este sábado, a partir de las 21, en Espacio Bravo, de Catamarca 3624, donde seguirá en cartel los sábados de julio y agosto en el mismo horario, con entradas a precios populares

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