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Escolaridad dispar entre aborígenes

Un relevamiento de Unicef pone de manifiesto las carencias y contrastes.

Los pueblos kolla y mapuche tienen una alta tasa de escolaridad primaria y una secundaria similar a la media nacional, en tanto, la mitad de los adolescentes qom (tobas) no completó el primario, afirmó un relevamiento de Unicef divulgado ayer.

“No resignamos nuestro derecho a tener nuestra propia educación bilingüe, de carácter federal”, enfatizó la kolla Natalia Sarapura durante la presentación del informe que se realizó en el Senado, por invitación de la senadora Marta Osuna.

Los datos presentados por Elena Duro, especialista en educación de Unicef, fueron elaborados por Marcela Cerrutti y Georgina Binstock a partir del relevamiento de la “Situación socioeducativa de niñas, niños y adolescentes” en comunidades de Chaco, Misiones, Jujuy, Salta, Tucumán y Río Negro.

Las especialistas reivindicaron la actitud de apoyo e interés de las autoridades provinciales y nacionales en la ejecución y la publicación de la calificada investigación, y agradecieron al gobernador del Chaco, Jorge Capitanich, haber prologado el capítulo toba.

La mitad de los chicos qom de entre 15 y 19 años no terminó séptimo grado, y sólo uno de cada cuatro ingresó al nivel medio, aunque apenas alguno logró finalizarlo, con lo que las cifras de repitencia y abandono escolar en estas comunidades de Chaco, Formosa y Santa Fe triplican la media nacional.

“La repitencia y el retraso escolar es de al menos tres grados”, afirmó Binstock, quien además describió como situaciones que atentan contra la permanencia en la escuela al trabajo infantil, embarazo precoz, falta de alimentación adecuada y de vestimenta, así como la incidencia de la dependencia a sustancias como “paco y pegamento”.

El pueblo qom es el tercero en cantidad en el país y uno de los pocos que preserva su idioma nativo: a diferencia de kollas y mapuches, que luchan contra la extinción de sus lenguas maternas, el 78 por ciento de la población toba utiliza el idioma propio en el hogar.

Pero pese al esfuerzo de las autoridades en incrementar la cantidad de auxiliares docentes aborígenes, la falta de maestros bilingües y de programas interculturales en las escuelas operan de barrera para que los chicos se alfabeticen, enfatizaron las investigadoras, quienes elaboran un proyecto con el asesoramiento de la lingüista Sara Melgar.

“El derecho de los indígenas a la educación está asociado a los otros derechos, como el de la territorialidad”, observó Sarapura, quien pidió repuestas para la comunidad qom que reclama territorio ancestral con un acampe en la porteña avenida 9 de Julio.

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