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La desaparición de Paula

“Es un poco más de impunidad”

Así calificó Alberto Perassi la decisión del juez Adolfo Prunotto Laborde de liberar a los ocho acusados en la causa en la que se investiga la muerte de su hija. Dijo que podía entender que algunos quedaran libres pero no todos.


Asombro, indignación, desazón. Esas fueron algunas de las sensaciones que se vivieron ayer en una audiencia oral donde el vocal de la Cámara Penal Adolfo Prunotto Laborde revocó la prisión preventiva dictada a ocho personas procesadas en la causa Paula Perassi.

La presencia de personal de GEOP, con escudos en la sala de audiencia, en una especie de cordón que resguardó a los imputados, fue un dato llamativo previo al acto. Durante los 20 minutos que hubo que aguardar para que se iniciara la audiencia, se vivió un ambiente enrarecido que cobró sentido cuando el camarista dio a conocer su decisión.

Mientras los familiares de los imputados se palmeaban y los sospechosos se abrazaban con sus defensores sin contener el llanto, los Perassi fueron desalojados de la sala. En el pasillo, Alberto Perassi trataba de comprender lo que pasó en aquel recinto. Entender qué implicancias tenía aquella decisión para su lucha mientras su mujer Alicia se preguntaba ¿Pero quién me devuelve a mi hija?

Paula Perassi desapareció el 18 de septiembre de 2011. La joven salió de su casa en horas de la noche luego de recibir un llamado, y con la excusa de buscar una tarea para el colegio de uno de sus hijos. Nunca más regresó. La teoría de la querella y la fiscalía es que la joven mantenía una relación amorosa con Gabriel S. y fruto de ese vínculo quedó embarazada. Esta noticia no influyó positivamente en Gabriel S., por lo que fue sometida a un aborto no consentido que derivó en la muerte de la muchacha

En mayo pasado, el juez Juan José Tutau procesó al matrimonio S. y a Mirta R.–sospechada de provocar el aborto que llevó a la muerte de Paula Perassi– por los delitos de aborto sin consentimiento seguido de muerte. Mientras, los uniformados Jorge K., María José G., Aldo G., Daniel P. y Gabriel G., corrieron la misma suerte por los delitos de encubrimiento agravado y omisión de los deberes de funcionarios públicos. En aquella decisión, el magistrado además dispuso la prisión preventiva del grupo que ayer fue revocada por el camarista Adolfo Prunotto Laborde, que se limitó a fijar algunas restricciones a los imputados como una caución que va de 100 mil a 30 mil pesos, según el caso, y una asistencia semanal al Juzgado de San Lorenzo.

Fundamentos de la revocación

Entre sus fundamentos, el camarista sostuvo respecto a Gabriel S. que no hay más que indicios en su contra y respaldó la teoría de que el sospechoso estuvo en su casa cuando Paula desapareció. Agregó que no está acreditado si la joven salió de su vivienda a la hora que dijo el concubino, ni se determinó quién hizo el último llamado que recibió.

Prunotto revocó la prisión preventiva del matrimonio aunque de la resolución no surgen elementos que respalden la decisión respecto a la esposa del acusado.

En cuanto a Mirtha L., sostuvo que la teoría fiscal carece de pruebas. Y afirmó que el policía Daniel P. tenía una relación comercial con Gabriel S. y justificó los llamados entres ambos. En cuanto a los uniformados Gabriel G. Jorge K. y sus brigadistas María José G. y Aldo G., el juez se basó en el planteo de la defensa para liberarlos y dedicó un resumen de la postura de los abogados.

Concluyó su decisión con orden de extraer y remitir copia de los discutido al Ministerio Público de la Acusación para que investigue lo expresado por los defensores respecto a la actuación del fiscal Román Moscetta y la abogada Paula R. quien –según se expresó en la audiencia– le recomendó a Alberto Perassi que secuestrara a un hijo de Daniel P. para obtener información de su hija. Concluyó el acto sugiriendo a la fiscalía que eleve la causa a juicio.

El reino del revés

Al finalizar la audiencia, Alberto Perassi salió de Tribunales con su esposa y un nutrido grupo de manifestantes. En la vereda del Palacio de mármol sostuvo que el viernes pasado un periodista en San Lorenzo fue amedrentado. “Van a salir todos y qué van a hacer”, le habrían adelantado. Alberto sostuvo que “acá se cierra el círculo, sabían perfectamente lo que iba a pasar. Se vendió todo, acá cada uno tuvo un precio, espero que ahora no sigan en lo mismo”. El hombre detalló: “Si me quieren matar a mí ya está, les digo que vengan a mi casa o donde me encuentren que me maten. Tengo 5 custodios, ¿Yo soy el criminal? Me parece que estamos en el mundo del revés”.

“Si el juez dictó esto, lo tengo que aceptar, no tengo otra”, sostuvo y le dirigió unas palabras al magistrado: “Lo acepto señor juez, aposté hasta 20 minutos antes de entrar a la sala por usted. Nunca pensé que iba a hacer una cosa tan alevosa y tan grande, ésta es la Justicia que tenemos. No sólo de Perassi, de todos” detalló. Alberto se mostró azorado por la decisión, deslizó que podría entender la libertad de algunos, pero se preguntó ¿Todos? A pesar de la desilusión y la tristeza que lo embargaron, el hombre aseguró: “Vamos a seguir peleando hasta encontrarla, porque se lo tenemos que decir a nuestros nietos” y agradeció a toda la gente que lo apoya y lo acompaña. “Hoy, a lo mejor, ellos se están riendo, porque salieron y porque los tienen muy bien escondidos y no los vamos a poder encontrar (por los restos de su hija), que Dios no les dé un castigo como el que nos dio a nosotros”, y concluyó “que esto es un poco más de impunidad de la fuerza del poder y si no que me lo demuestren”.

Camporini

Por su parte el fiscal de Cámaras Guillermo Camporini, si bien sostuvo que ante una apelación existe una posibilidad de revocación, se mostró sorprendido por la decisión de revocar todas las prisiones preventivas. El funcionario sostuvo que si bien Prunotto aconsejó la elevación a juicio de la causa, hay medidas que aún restan producir y detalló que la Fiscalía no abandona la hipótesis de que hay otras personas que deberían estar sujetas al proceso. Respecto a la decisión sostuvo que espera hacerse de los fundamentos y luego evaluar los pasos a seguir, reunirse con la querella y escuchar a la familia Perassi para determinar si es conveniente o no presentar un recurso extraordinario.

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