No puede. Ir al Monumental es una misión imposible para Central. Es que ya acumula 21 años sin poder gritar en Núñez. Esta vez el Canalla cayó 2-0 frente a River en uno de los duelos de la fecha 23 de la Superliga y se alejó del objetivo de pelear por la clasificación a la Copa Sudamericana.
Santos Borré a los 29 y Lucas Pratto a los 31, ambos en el segundo tiempo, anotaron los tantos de la victoria millonaria.
El arranque fue de estudio. Con River manejando el balón y Central retrasado y esperando salir de contra. Poco pasó en los primeros 20 minutos. Un mano a mano de Zampedri que no se animó a patear (se enredó y terminó perdiendo) y algunas insinuaciones del local aunque sin mayor peligro para el arco de Jeremías Ledesma.
La chance más clara del primer tiempo estuvo del lado del local, pero el zurdazo de Nacho Fernández que tenía destino de red fue salvado milagrosamente por Jeremías Ledesma, quien se estiró y sacó el balón al tiro de esquina.
Antes, Rapallini obvió un penal contra Ignacio Fernández de José Luis Fernández, quien le pegó una patada sin pelota pero el juez dijo “siga, siga”. Un minuto después, la polémica se trasladó al área millonaria cuando Zampedri enganchó y al sentir el contacto con Lollo se tiró. Rapallini dijo “siga, siga”.
En el complemento hubo de todo. Desde llegadas del local hasta una oportunidad única para el Canalla. La tuvo Lovera, pero su cabezazo fue salvado por Armani. Y cuando fallás en el arco de enfrente…
A los 29 la defensa canalla se equivocó y tras un remate mordido de Pratto apareció Borré para doblegar a Ledesma y poner el 1-0.
Y dos minutos más tarde, el local llegó al segundo. Pratto la recibió dentro del área tras un mal saque de Ledesma y con un derechazo puso el 2-0.
Sobre el final Central tuvo el descuento, pero el remate de López Pissano terminó en las manos de Armani.
River fue más que Central y ganó con justicia. El Canalla tuvo errores determinantes que lo condenaron a volverse a Rosario con las manos vacías y sabiendo que el objetivo de llegar a la Copa Sudamericana se aleja aún más.
El comentario final de nuestro enviado especial Enrique Genovar
