Coronavirus

Entrevista exclusiva

Ernesto Resnik: “La vacuna es el tratamiento médico más seguro contra el covid”

El biólogo molecular, inmunólogo y biotecnólogo explicó los problemas fundamentales de la contención del avance de la pandemia en Argentina y el mundo. Destacó la importancia de las inmunizaciones masivas y por qué se puede confiar en ellas


A lo largo del 2020, el biólogo molecular, inmunólogo y biotecnólogo Ernesto Resnik fue una de las voces científicas que estuvo en las redes y los medios siguiendo con detalle el avance del coronavirus. Actualmente reside en Minnesota, Estados Unidos, pero sigue de cerca cómo evoluciona la pandemia en nuestro país.

En diálogo con El Ciudadano, explicó cómo funciona el virus, el conocimiento que se acumuló en el último año y por qué es importante que se avance campañas de vacunación masivas.

¿Cuáles fueron las mayores dificultades de este virus a lo largo de la pandemia?

El problema fundamental fue que al comienzo no lo conocíamos entonces tratamos de entenderlo en base a lo que sabíamos de antes. La gran diferencia con otros virus es el tema de los asintomáticos. Esto es bastante inusual en un virus: tener un rango tan amplio entre nada y muerte con exactamente la misma carga viral o sea que la gente tiene la misma cantidad de virus pero en unos es mortal y en otros no es nada. El problema fundamental es que esos que no sienten nada logran contagiar igual que los otros: durante toda la pandemia tuvimos millones de personas que estuvieron contagiadas y contagiaron a otros sin saberlo y esto fue muy difícil de contener. Después viene la parte de cómo lidiamos con eso. Nos llevó unos meses conocer el modo de transmisión del virus. Hoy sabemos que es más que nada a través de aerosoles, es decir gente hablando o gente en grupos cara a cara. El uso de barbijos es algo que los asiáticos ya tenían y en el resto del mundo nos negamos a verlo hasta que fue necesario. Después de todo en lo que va de la pandemia las únicas medidas que funcionaron son el aislamiento y el uso de barbijos.

—¿Todavía no hay explicación sobre por qué algunas personas tienen la misma carga viral pero unas lo viven como una enfermedad leve o incluso sin síntomas y otras puede llevarlas a la muerte?

No exactamente, y ese es uno de los grandes problemas del virus. Vemos algunas cosas, sabemos cosas genéricas que ya sabíamos de antes como que el sistema inmune de la gente mayor es más débil, pero no entendemos por qué la enfermedad progresa de un modo tan violento en algunos y absolutamente nada en otros.

—¿Hay números o porcentajes de cuánto representan los asintomáticos?

Sí, es variable pero el promedio en los estudios da que los asintomáticos representan un 45 por ciento o sea casi la mitad de las personas que cuando fueron testeadas no tenían síntomas. Entre asintomáticos y presintomáticos son casi la mitad, un 45 por ciento, pero de esos la mayoría, un 33 por ciento de todos los infectados, son verdaderamente asintomáticos. Un sólido tercio de los infectados con coronavirus nunca desarrollan síntomas. Es un montón.

—¿Son posibles las burbujas sociales?

Son posibles donde circula poco el virus, ahí es relativamente posible. Para hacer una burbuja efectiva tiene que ser muy estricta, o sea dos familias que están en una burbuja realmente no tienen que compartir nada con otros. En los lugares donde circula mucho el virus es prácticamente imposible porque hay una intersección entre burbujas. Las burbujas van intersecando a otras burbujas hasta que llegás a alguien cuya burbuja está totalmente rota, donde hay una familia infectada y ya está, se traslada a todas las burbujas.

—En Argentina se anunció la apertura de escuelas, ¿se podría dar una apertura de forma cuidada? ¿Hay algún ejemplo en el mundo?

Una de las cosas que se han hecho con este tema y otros es tratar de separar las actividades y las decisiones de la pandemia en general. Decir: bueno, vamos a abrir las escuelas aunque la circulación del virus es amplia. Claramente en este momento en ciertos lugares de Argentina, sobre todo AMBA, el virus circula mucho y se ha tratado de decir que las escuelas son independientes de eso. Todos los estudios indican claramente que las escuelas no son independientes. Los estudios más serios que han analizado a varias ciudades al mismo tiempo, en Europa y Estados Unidos donde se abrieron y cerraron escuelas, muestran que las escuelas son un foco primario de infecciones. Un estudio está en la revista más importante del mundo, Science. Éste muestra que las dos actividades más propensas a diseminar virus son cualquier evento de más de 10 personas, por ejemplo iglesias o fiestas, y las escuelas. Porque son esencialmente lo mismo. Juntar un montón de chicos y maestros, en general, en un espacio cerrado, donde mezclás gente infectada con gente no infectada. Volviendo al tema de las burbujas, este es un tema fundamental porque tenés un montón de familias que se cuidan desde hace mucho y se siguen cuidando, lo que sería una burbuja, con familias que no se cuidan, porque les parece que el virus no es para tanto que es algo que lamentablemente se vendió bastante, esta idea de que es una enfermedad como otras y que no pasa nada. Las escuelas son uno de los pocos lugares en la sociedad donde obligás a juntar esas dos burbujas: gente que se cuida y gente que no se cuida, que no sería una burbuja. Obligás a compartir un espacio cerrado a personas que tienen  una manera distinta de tomarse el peligro del virus. En un lugar donde circula mucho el virus las escuelas son un problema y esto lo estás viendo hoy en Europa. En la mayoría de los países dijeron que lo primordial era mantener las escuelas abiertas y lo hicieron cuando el virus circuló poco. En mayo abrieron las escuelas porque el virus había caído a casi cero. Ahora que subió muchísimo y encima hay una nueva cepa que temen que empeore la situación, cerraron las escuelas. A menos que logres bajar la circulación del virus hay un montón de actividades que van a ser peligrosas. Si queríamos mantener las escuelas abiertas o si queremos abrirlas hay que hacer cosas en otro sentido, hay que mantener bares cerrados. Todo es difícil pero no hay solución fácil, abrir las escuelas no es una solución simple.

—Hiciste mención sobre la caída de casos en Europa, casi a cero, pero en Argentina en ningún momento llegamos a niveles de ese tipo

En Argentina lamentablemente el único momento en el que bajó, ni siquiera a cero pero bajó bastante, fue en diciembre cuando obviamente no hay escuelas así que ni siquiera fue una discusión.

—Y después empezaron a subir los casos

Claro, la segunda ola o sea la vuelta a subir fue demasiado rápida, lo que indica que en Argentina el virus nunca se había ido porque en Europa el virus después de tomarlos por sorpresa y resultar en miles de muertos, hubo una cuarentena muy estricta y al salir de ella los casos estaban realmente bajos. Les duró tres o cuatro meses la bajada de casos que fue durante el verano y el comienzo del otoño. Ahí volvió a subir y de forma impresionante y ahora están en la situación en la que están en la que tienen que cerrar todo.

—¿Qué estrategias o medidas pensás que se podrían tomar para contener este momento de la pandemia en Argentina?

Está claro que la vuelta a cuarentena estricta es imposible. Tenemos una relativa ventaja, las vacunas están en el horizonte, esperemos, cercano masivamente. Hay dos soluciones para esto, o la solución dura como hace China o Nueva Zelanda o Australia que es que apenas hay casos cerrar todo hasta terminar con ellos, es lo que algunos llaman covid cero. Eso parece imposible en el resto del mundo porque ya dejamos tanto al virus que es imposible volver a cero a menos que realmente cierres al país con, hasta diría, con represión como China. La otra solución es lo que hacen en algunos lugares de Europa con relativo éxito que es toque de queda o cierre nocturno de todo. Creo que esto debería hacerse entre las 10 y 6 de la mañana, cierre parcial de bares y restaurantes y una gran campaña que indique que la gente no se tiene que juntar. En algunos países como el nuestro, que es emergente, todo es más difícil porque en Estados Unidos o Europa tenés mucha gente que puede trabajar desde la casa. Pero en Argentina el 30 por ciento de la economía es informal y cuando tenés un gran porcentaje de la población que tiene que salir a la calle es imposible. Es muy difícil pero yo no relajaría como está haciendo CABA. Esta pretensión de que todo está normal tiene un costo grande, sigue habiendo casos y seguimos teniendo cientos de muertos por día en Argentina, algo que hace 8 o 10 meses hubiera sido inaceptable ahora se acepta. No veo otra solución que tomar algunas medidas parciales para por lo menos apaciguar un poco, o sea evitar lo peor que en general en el mundo fue la saturación de hospitales que por suerte en Argentina no se llegó.

—Hay muchas personas que tienen miedo de vacunarse por el poco tiempo que hace que se desarrollaron las vacunas, ¿Qué riesgos hay de aplicarlas sin la fase 3 cumplida?

La vacunas hacen fase 1 y 2 que son de seguridad, pero en menos gente. Hoy tenemos datos de que las vacunas producen inmunidad y se toleran bien en menos gente. Por ejemplo, la Pfizer dio muy bien en cuanto a eficacia y no dio grandes efectos secundarios, pero cuando se empezó a aplicar en millones de personas se empezaron a ver casos de hiper reacción alérgica en algunas personas. Fueron pocos casos pero nunca los hubiéramos visto en 15 mil personas. La Spuntik V ya ha sido usada en millones de personas en Rusia y está siendo aplicada en Argentina. Creo que esto hace que la seguridad esté garantizada. Y sobre la posibilidad de infectarse aún aplicada la vacuna, los organismos reguladores aceptaban un 50 por ciento de efectividad y no hay vacuna que haya dado menos de 50 por ciento. Eso quiere decir que de dos personas que vacunás una está protegida seguro y la otra veremos. La vacuna es el tratamiento médico más seguro, sobre todo las vacunas modernas. En la antigüedad, aunque todavía hay un par de vacunas que se usan así, se usaba el virus atenuado. En algunos casos el virus atenuado se podía reactivar pero ahora las vacunas no son más así; la Sputnik es una de ellas. Son simplemente un pedacito del virus y es imposible que tenga efectos como el virus. Entonces las vacunas son muchísimo más seguras que los medicamentos normales que toma la gente, por ejemplo, para el colesterol. Y ni hablar los remedios para el corazón, todos tienen efectos secundarios muchísimo más importantes que cualquier vacuna. Las vacunas tienen muy pocos efectos secundarios, el único más común es que el día de la inyección en el lugar de la aplicación se produce una inflamación que es bueno porque quiere decir que el sistema inmune está reaccionando a la vacuna, pero es un problema que dura un día en general. Algunas personas tiene dolores musculares, otras fiebre. La vacuna es lo más seguro que hay y lo estamos viendo ahora en el mundo que ya hay cerca de 50 millones de vacunados. No escuchás que haya problemas de ningún tipo porque las vacunas modernas son extremadamente seguras. Entiendo el sentimiento de temor, acá en Estados Unidos escuchás mucha gente que dice que se la va a aplicar pero primero que lo hagan los demás. La población negra históricamente ha sido conejillo de indias de las vacunas y por eso muchos se sienten así. En el peor de los casos las vacunas funcionan poco como la vacuna de la gripe, que tiene una efectividad bastante menor, hasta un 40 por ciento aproximadamente, pero no tienen ningún efecto secundario.

—¿Es una vacuna que nos tendremos que poner todos los años? ¿Se puede aplicar un año una vacuna como la Sputnik y otro año la de otro laboratorio?

Sí, se pueden mezclar, de hecho cuando te das la de la gripe seguramente estás mezclando vacunas. Todavía no sabemos cuánto dura la inmunidad, esperamos que dure bastante. Ahora estamos viendo un problema porque el virus acumula cambios, mutaciones, que hacen que la inmunidad que yo haya desarrollado hoy por ahí el año que viene o en dos no logra detectar y eliminar al virus cambiado. Es lo que aterra a Europa, con el virus circulando tanto en el mundo. Esta circulación tan amplia de un virus no ocurría hace 100 años. Cuanto más circula el virus, más mutaciones acumula, con lo cual es posible que haya que vacunarse el año que viene de vuelta con una modificación de la vacuna. Pero a largo plazo pareciera, por cómo este virus cambia relativamente más lento que otros, que no tengamos que vacunarnos demasiado seguido porque vamos a haber eliminado la circulación del virus. Eso es lo fundamental. Esta es una enfermedad muy  grave y hemos desarrollado muchas muy buenas vacunas. Necesitamos que todos los países del mundo se vacunen. Ahora estamos viendo dificultades en la producción, esperemos que este año haya vacunaciones masivas y podamos terminar durante 2022.

—¿Qué mundo imaginás post-pandemia, qué cambios profundos podés visualizar?

Hay un cambio que es el que espero: que estemos mejor preparados. Por ejemplo en Estados Unidos el nuevo gobierno acaba de formar una agencia que se va a dedicar solamente a la vigilancia de epidemias y pandemias. ¿Cuál es el objetivo? anticiparse, como hicieron los países asiáticos. Una vez que aparezca un virus en algún lado, por ejemplo, cerrar fronteras inmediatamente, iniciar el desarrollo de vacunas, establecer un plan epidemiológico. Argentina tendría que hacerlo también, no cuesta mucho, y tiene una infraestructura científica bastante buena y amplia. Por otro lado, creo que van a quedar ciertas normas, ojalá. Que cuando la gente no se sienta bien acostumbremos a usar barbijo y hacer un relativo aislamiento del resto. En lo individual, por lo menos por algún tiempo mientras viaje en avión voy a usar barbijo. Creo que poco a poco con el tiempo vamos a ir volviendo a la normalidad, lo estamos viendo ahora que todavía está la pandemia en Argentina y el mundo pero hay personas que actúan como si nada. Lo fundamental es que se creen las instituciones gubernamentales oficiales de vigilancia y de respuesta rápida a la pandemia. Un poco copiar lo que hicieron los países asiáticos como Taiwán y Corea del Sur que estaban preparados por las epidemias anteriores de MERS y SARS. Si vos estudiás lo que hizo Taiwán, ves que mandó médicos inmediatamente a Wuhan a entender qué pasaba y entonces cerró las fronteras, enseguida cerró la exportación de barbijos.

—Pensando que puede llegar a haber otras pandemias o epidemias

Va a haber. Los virus son virus, circulan en murciélagos, ratas, ratones, en chanchos, otra va a haber pero nunca podremos saber cuándo. Hasta ahora ha habido pequeñas y no tan terribles cada 10 o 20 años. Esta fue una similar a la ocurrida hace 100 años. Es imposible predecir si puede haber una pandemia en 5 o 10 o 100 años; lo único que podemos hacer es mejorar la preparación.

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