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Equipo sin gol

Por Diego Mussetta. El seleccionado argentino careció de poder ofensivo y encima la ausencia de Messi frente a Costa Rica se sintió y mucho. Checho, ¿y el “9”?

Las preguntas caen de maduras: ¿qué hacer cuando no juega Messi? y ¿por qué no juega un centrodelantero? Las respuestas seguramente las tendrá Sergio Batista, pero la situación es alarmante luego de la ausencia de la Pulga en el partido ante Costa Rica, donde se vio a un equipo argentino tibio, abusando del toque intrascendente, falto de cambio de ritmo y sobre todo carente de potencia en ofensiva.

Y esto, a falta de 92 días para el debut en la Copa América, genera preocupación porque más allá de los cambios de fichas, Argentina fue más de lo mismo en una gira que dejó demasiadas dudas en la recta final de cara al torneo más importante de esta parte del continente.

Batista apuesta a un esquema extraño. ¿4-3-3? ¿4-1-2-3? No. Argentina juega 5-5. ¿Cómo? Clarito: cinco para defender y cinco para atacar. Una línea de cuatro con laterales que van y un cinco tapón (Mascherano) que es el encargado de ordenar. Luego, cinco generadores de juego para lastimar, aunque dos volantes (caso Banega y Cambiasso, titulares indiscutibles para el DT) que también colaboran en la marca.

Frente a Estados Unidos la idea salió a medias, ya que luego de un primer tiempo que rozó la perfección, el equipo decayó en el complemento y por eso terminó empatando.

Ante Costa Rica la historia fue otra, ya que las piezas cambiaron aunque el estilo fue el mismo: moverse con el balón, rotar y llegar en bloque.

Sin embargo, en ambos encuentros la materia pendiente fue la misma: el gol. Hoy Argentina juega sin un “9” definido, y lo siente. Le ganó a Brasil y a Portugal por las genialidades de Messi, pero con Estados Unidos y Costa Rica la ausencia de un referente de área se sintió.

Messi no es nueve. Y allí Batista miente. Messi, sin dudas el mejor del planeta, juega libre, sin obligaciones. Puede aparecer por el centro del área, por las bandas y por momentos hasta detrás de Mascherano. Pero no es nueve. Claro que dentro del área no perdona, pero necesita de una referencia. Por eso las miradas estarán puestas en Gonzalo Higuaín, quien se recupera luego de una operación y se espera que esté presente en la Copa América.

Y aunque Batista no lo confirme, Higuaín es pieza vital en este equipo, ya que la apuesta de los tres “rapiditos” (Lavezzi, Messi, Di María) aún no dio réditos. Messi necesita a un Higuaín o a un Milito. O quizás a Tevez, aunque el DT, quien no lo hizo público, no volverá a tenerlo en cuenta.

Argentina es dependiente de Messi. Y eso queda demostrado cada vez el rosarino juega con la albiceleste. Y si no vale el ejemplo de lo que ocurrió anteanoche en Costa Rica: mucha circulación, excesivo toque y poco punch. Pastore no explota, Sosa es lagunero, Gaitán no desequilibra y Salvio es un proyecto. Para destacar, la movilidad de Banega (siempre pide el balón y es un jugador decisivo en el apoyo a Messi), la inteligencia de Biglia (ganó puntos pensando en la Copa América) y la sobriedad de Rojo, hoy por hoy el “3” indiscutido de la selección. ¿En el debe? La inseguridad por momentos de Andújar, la fragilidad de Angeleri y la falta de gol.

La última gira antes de la Copa América dejó dudas y algunas certezas. Batista tendrá trabajo extra pensando en el 1º de julio. Tiene el as de espadas (Messi), pero por ahora no encuentra las cartas de peso para acompañarlo. Por ahora hay tiempo. Pero…

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