Pizzería y sandwichería, casa de comidas, anuncia el cartel del local de Ayacucho al 3900 al que un hombre que se paró este jueves por la noche en el frente, sacó un arma y disparó cuatro veces. La dueña del local de barrio Tablada recibió un balazo en el tobillo derecho. Este ataque armado se cometió pocos más de dos semanas y a una cuadra del asesinato a tiros de Nélida Susana Benítez, una vecina que denunció que la estaban amenazando para que entregara su casa y tenía que tener custodia policial.
De acuerdo con voceros policiales, la balacera fue pasadas las 20 de este jueves cuando el gatillero llegó como acompañante de un motociclista, quien lo esperó cerca de la puerta del local que está en la cuadra de Ayacucho al 3900, a metros de la esquina con Presidente Quintana. El atacante se paró frente al comercio disparó cuatro veces. Uno de los proyectiles impactó en el tobillo derecho a la propietaria del local, identificada como Carina D., de 46 años, quien tiene una tobillera electrónica pero los voceros oficiales no indicaron por qué motivo.
El caso quedó a cargo del fiscal de la Unidad de Homicidios Dolosos Gastón Ávila, quien ordenó medidas al personal de la Agencia de Investigación Criminal (AIC). Los pesquisas recolectaron cuatro vainas servidas calibre 9 milímetros, que coincidieron con los dichos que los testigos aportaron a los policías. Además, agregaron que el intruso apuntó directamente la mujer que terminó herida.
El crimen de Nélida Benítez
Los vecinos de la zona sur no logran salir del a conmoción porque hace sólo 17 días que un solitario atacante se paró el martes 8 de junio pasadas las 14 en la ventana de una casa de pasillo que queda en inmediaciones de Ayacucho al 4000 y abrió fuego. Nélida Susana Benítez, de 45 años, la dueña de ese vivienda recibió un impacto en el cuello, fue trasladada al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca) donde falleció pasadas las 18 de ese mismo día.
Nélida había denunciado varias amenazas e intimidaciones para que abandonara su casa. Luego le balearon la casa y tuvo custodia policial, pero el día que la mataron los policías fueron convocados a hacer patrullajes y el homicida pudo cometer sin problemas su objetivo.
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