El gobierno nacional arribó a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, con el que logró dos años y medio de un programa de Facilidades Extendidas que le permitirán seguir gobernando sin la necesidad de reformas estructurales en el corto plazo. Ni el presidente Alberto Fernández, ni el ministro de Economía Martín Guzmán, refirieron a un acuerdo deseado, sino que prefirieron hacer hincapié en que es el mejor acuerdo posible.
Mientras corrían los minutos camino al vencimiento de la cuota de 731 millones de dólares (correspondientes a parte de la deuda contraída por Cambiemos) que Argentina debía pagarle este viernes al organismo multilateral (y que finalmente fueron saldados), tanto Fernández como Guzmán decidieron aferrarse al argumento de que estrecharle la mano en este momento al FMI no significará una devaluación, ni ajuste en las jubilaciones, tampoco una reforma laboral o poner un freno a la expansión económica que registró el país durante 2021. Sí se encuentra detallado un plan para reducir el déficit (diferencia entre ingresos y gastos) y en paralelo una administración tributaria orientada a seguir más de cerca la evasión y el lavado.
Ambos también hicieron hincapié en que el propio Fondo tuvo que reconocer sus errores y sobre todo admitir que el programa firmado con el gobierno de Mauricio Macri fracasó, no solo por el incumplimiento de objetivos, sino también porque el dinero que se le prestó en 2018 terminó financiando la salida de capitales extranjeros.
Este probablemente no sea un dato a subestimar, y es que a la hora de las negociaciones, el gobierno nacional recordó constantemente que el Fondo no cumplió con su parte al asignar el multimillonario crédito. No parece casualidad que el organismo haya admitido a través de un documento oficial publicado a fines de 2021 que ese acuerdo fracasó, y que ahora, en principio, las pautas para el nuevo acuerdo no resulten tan rígidas como se esperaba.
Ahora la pelota la tiene el Congreso nacional. Horas después del anuncio algunos referentes opositores ya habían manifestado públicamente su apoyo al gobierno nacional. Para el oficialismo será necesario cosechar voluntades ajenas, sobre todo en la Cámara de Diputados, ya que con sus propios legisladores no le alcanza para reunir el Quorum.
El acuerdo
“Planteamos tener el apoyo para poder refinanciar la deuda sin socavar las posibilidades de desarrollo de la Nación”, planteó Guzmán antes de proceder al detalle fino del acuerdo.
El programa va a tener una duración de dos años y medio. Se negoció un financiamiento equivalente a 44 mil millones de dólares para cubrir los montos que restan vencer, más el monto de las amortizaciones de capital ya realizadas.
Cada tres meses va a haber revisiones. Si el Fondo aprueba las políticas aplicadas en ese período, en cada revisión va a haber desembolsos. Con una parte se van a hacer los pagos correspondientes a la deuda y con el remanente se van a acumular reservas.
El marco de acuerdo consta cuatro bloques de políticas macroeconómicas, consensuadas entre ambas partes, con el que Argentina puede aspirar a un crecimiento a largo plazo y de esa manera hacer frente a sus compromisos.
Detalles macroeconómicos: cuatro bloques
1 Bloque Fiscal: Se acordó una política fiscal que no inhiba la continuidad de recuperación. Con un gasto “moderadamente expansivo”. Reducción gradual del déficit sobre la base de una economía que se recupera.
*Para el año 2022 se proyecta un déficit de 2,5% del PBI. Para 2023 del 1,9% y para 2024 del 0,9%.
*Mayor focalización de recursos del Estado y expansión de la inversión pública para generar más capacidad productiva.
*Se va a respetar el financiamiento de la Ley de financiamiento para ciencia y tecnología.
*Para la reducción del déficit se fortalecerá la administración tributaria, buscando evitar problemas de evasión en segmentos de mayor contribución. Atacar el lavado de dinero
2 Bloque monetario y financiero: “Reducción gradual pero decidida” de la asistencia monetaria del Banco Central al tesoro.
*En 2021 esa asistencia finalizó en 3,7 puntos porcentuales del PBI (respecto a los 7 puntos de 2020). Se apunta a que en 2022 sea del 1% del PBI, en el año 2023 alrededor del 0,6% y en 2024 cercano a 0. El acuerdo propone converger a una situación donde no haya más financiamiento sistemático al tesoro.
*Tener una estructura de tasas de intereses reales de modo de fortalecer la demanda de activos en nuestra moneda.
3 Bloque sobre inflación: Enfoque integral donde se parte de la premisa que es un fenómeno multicausal y hay que atacar todos los frentes.
*Anclar expectativas. Para ello ponderar el rol de las políticas de precios e ingresos es fundamental. Acuerdo de precios con rol fundamental.
*Trabajo entre el sector público y privado en los próximos dos años y medios para que acuerdo de precio anclen expectativas y redundar en mejora del poder adquisitivo de trabajadores y trabajadoras.
*Incluye el factor productivo: Contar con las divisas necesarias para siga el crecimiento sin chocar con falta de reservas internacionales. Desarrollo de sectores que pueden generar divisas.
*Esquema fiscal monetario: mejorar el perfil de financiamiento de la política pública. Apunta a reducir la emisión monetaria.
*Política monetaria: tiene como base apunar a tasas de interés positivas.
*Bloque externo y política cambiaria: no va a haber ningún salto cambiario, va a seguir en la misma línea.
*Se plantea un objetivo de acumulación de reservas para favorecer la resiliencia en el frente externo y estabilizar expectativas.
*Meta 2022: crecimiento de reservas de 5 mil millones de dólares. Seguirá habiendo regulaciones que impidan que argentina transite situaciones de inestabilidad. Evitar la salida de activos financieros y facilitar la inversión externa directa.
4 Bloque estructural: Se mantendrán todos los derechos de jubilados y jubilados y no hay ninguna reforma ni privatización de empresas publicas.
*El plan apunta a profundizar el desarrollo de capitales y que haya financiamiento en nuestra propia moneda.
*Se apunta también a incrementar la inversión en dólares.
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